Este viernes 18 es uno de los días grandes del año en cuanto a música se refiere, y es que no todos los días salen nuevos LPs de artistazos como los 091 y Quique González, que además ayer precisamente soplaba 46 velas. Como todavía no tengo el nuevo disco, le voy a dedicar unas líneas al que, hasta hace unas horas, todavía era su último trabajo: Me Mata Si Me Necesitas.
Los que no entendemos la vida sin música, y utilizamos los auriculares como salvavidas en este mundo carapijo y feliz, sabemos que hay discos que eligen quedarse con nosotros. Así, sin más, porque son las canciones las que destrozan hasta el más sucio rincón de tu negro corazón, y también las que te hacen sentir en casa sin importar los miles de kilómetros que te separen de lo que consideres hogar. Qué quieren que les diga, en este mundo de fronteras, yo prefiero vivir en mis discos.
Podría escribir millones de líneas más, y creo que jamás sería capaz de transmitir lo que este disco significa para mí. Desde que lo compré al poco de que saliera en Bajoelvolcán (larga vida a las tiendas de discos) ha flotado en la memoria de los días grises, pero también cuando quemé mi Capri del 82 y solo salvé el CD del Último Vals. Desde que con los primeros surcos resuenan los compases de Detectives, la sensación de casa ya me atrapa.
Me encanta la furia de Sangre En El Marcador, con esa navaja sin una sola hoja cerrada y su juramento de mejoría firme incluido. La voz de Nina (Morgan, no tardaré en traerles por aquí) en Charo no se entiende sin el objetivo de conquistar el alma de todos sus oyentes. Amo el intimismo acústico que rodea el aura de Ahora Piensas Rápido, con uno de esos punteos irresistibles que Quique parece sacarse de la manga. Las teclas de César Pop, al que nunca está de más reivindicar, tienen un alto grado de responsabilidad en conseguir que Relámpago sea tan adictiva. Aunque son los dos últimos cortes del disco los que más alto vuelan en un hipotético ascenso hacia la inmortalidad: No Es Lo Que Habíamos Hablado y aún así, me quedaría, es un maravilloso canto a la improvisación como forma de vida; por otra parte, todavía no se han inventado las palabras adecuadas que casen bien con una canción tan desgarradora como La Casa de Mis Padres, dedicada a la memoria del padre de Quique, muerto poco tiempo antes de la salida de este LP.
Un disco para escuchar a fuego lento y con las emociones a flor de piel. El mundo sería un lugar mejor si estas canciones se quedasen a vivir en muchos corazones. Hace un tiempo, una de las personas más importantes de mi vida hizo un comentario con el que me identifico absolutamente: "cuando escucho a Quique González, siempre me acuerdo de ti". Música, canciones, vida...
dicen que la cultura rock la programan desde torrejon
ResponderEliminarmejor no doy mi opinion del album xDD porque me voy a liar lo se, las letras uff me ha dado por oirlo por curiosidad, estan en la matrix. Muy metidos. Pero bueno son felices. Parece.
ResponderEliminarDa tu opinión hombre, que para eso es este blog. Quique es uno de mis músicos favoritos y este disco uno de los que más me gusta, pero siempre se admiten comentarios, para eso es este blog. Me has dejado con la curiosidad jajaja saludoss
EliminarNunca me ha enganchado Quique González. Lo he intentado pero no alcanzamos ese feeling ninguno de los dos para establecer una relación estable. Ahora, excelente entrada; eso me gusta de ti, que escribes por aquí con pasión y sinceridad bárbara. Enhorabuena. Le daré otra oportunidad, aunque ya te digo que somos Universos paralelos. Un abrazo.
ResponderEliminarSe agradece mucho el comentario Manu. Somos humanos, y lo bonito de esto es poder comentar nuestras opiniones y gustos sin miedo. Viva la música, y abrazoss
EliminarEste ha sido el primer disco de Quique que me ha gustado desde la primera escucha. Me pasa un poco como Manu, que Quique no termina de engancharme e, incluso a veces, pienso que está un poco sobrevalorado. Pero este disco hizo reconciliarme con él. Gran entrada.
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