Cómo pasa el tiempo, amigos. Parece que fue ayer cuando escuché por primera vez el Con clavi con Dio de los suecos Ghost en su versión en directo, con la intro sacada del inquietante tema Masked ball de Jocelyn Pook. Esa grabación me llevó a hacerme con el primer elepé de los de Linköping a la vez que me metía en su extraño mundo de Papas satánicos y músicos enmascarados unidos por la denominación Nameless ghouls. Y parece mentira en el mundo actual en el que cada vez más cuesta mantener ocultos los secretos, pero a Tobias Forge –músico sueco que en el pasado había militado en los deathmetaleros Repugnant– le pareció buena idea emular a los setenteros Kiss o los más cercanos Brujería. Sorprendentemente, el invento le funcionó hasta que –sobre todo por la avaricia de sus músicos de apoyo– no pudo hacer otra cosa que admitir su identidad como frontman de la banda. Con motivo de la demanda que algunos de esos ghouls le presentaron, no contentos con ser unos meros asalariados, Forge también hizo pública la relación de músicos que habían pasado por la banda entre los que hay bajistas como Gustaf Lindström y Megan Thomas, guitarristas como Martin Persner, Henrik Palm o Simon Söderberg, baterías como Aksel Holhgren o teclistas como Mauro Rubino, entre otros. De hecho, Forge defiende que Ghost es su proyecto, y que para grabar todos los álbumes ha utilizado a algunos de estos intérpretes pero también a numerosos músicos de sesión, todos ellos con un sueldo como empleados suyos.
Es decir, que queda claro que pese a los cambios aparentes de frontman como Papa Emeritus I, Papa Emeritus II, Papa Emeritus III y el actual Cardinal Copia, lo cierto es que Tobias es el único que se ha mantenido fijo a lo largo de los años, siendo el resto de los ghouls los que –a lo largo de más o menos tiempo, según el caso– han ido formando eventualmente parte del grupo. Sin embargo, el éxito de la banda ha sido ajeno estas idas y venidas, ganando numerosos premios y aumentando año tras año su legión de seguidores, entre los que obviamente me encuentro. Tras hacerme con Opus Eponymous, en vinilo por supuesto, llegó Infestissumam –en vinilo rojo– y más tarde Meliora, todos ellos estupendos, con esa mezcla de metal gótico, death, doom, hard & heavy clásico, pop y teatralidad tan atractiva. Definitivamente, Ghost no han inventado nada pero no se puede negar que han combinado todos esos elementos con gran talento. Y así, finalmente, llegamos a este año y a la edición de su cuarto álbum, un fantástico Prequelle que por si no había quedado claro ya, demuestra que Ghost no son una banda fake sino un cuidado proyecto en el que Tobias Forge ha puesto durante años todo su empeño, talento, cariño y respeto.
Así pues, grabado y producido por Tobias Forge y Tom Dalgety entre los Artery studios de Estocolmo, el Psalm studio de Bath y los angelinos Westlake studios, tal como ya ha quedado claro, Prequelle es la criatura de Forge, que –a las labores vocales, esta vez como Cardenal Copia– se ha rodeado de músicos de sesión y amigos para dar forma a este fantástico álbum. Así, además de diversas colaboraciones puntuales, la corresponsabilidad del sonido de este disco ha recaído en el norteamericano Steve Moore a los sintetizadores, y los suecos Ludvig Kennberg a la batería y Salem Al Fakir al piano y teclados.
El track list de este Prequelle –en cuya portada se ha vuelto a lucir el habitual Zbigniew Bielak– es el siguiente:
A
Ashes
Rats
Faith
See the light
Miasma
B
Dance macabre
Pro Memoria
Witch image
Helvetesfönster
Life eternal
El disco se inicia con Ashes, un pequeño preludio con voces infantiles –cortesía de Minou, la hija de Tobias– que da paso a Rats, un temazo pegadizo y potente que se editó como primer single acompañado de un clip fantástico. Le sigue Faith, con momentos vocales en los que parece que escuchemos a Alice Cooper (Because faith is mine!), llena de coros, riffs potentes, un estupendo solo y arreglos grandilocuentes... un temazo como una catedral. Llega entonces See the light con ese inicio majestuoso y eclesiástico que abre otro estupendo ejemplo de hard pop intimista. Y es que si hace quince días os recomendaba The Night Flight Orchestra y esa fusión setentochentera disco hard pop, Ghost –en su estilo, más poppy que funky disco– ha supuesto para el panorama otro ejemplo de mescolanza de estilos que junta la teatralidad del mencionado Cooper con temáticas oscuras, arreglos pop y riffs heavies. No en vano, a las mezclas encontramos ni más ni menos que a Andy Wallace, que no necesito descubriros a estas alturas. Y la cara finaliza con Miasma, una instrumental con unos teclados a lo synthwave arropados por una base rítmica compacta y heavy en la que –sin demasiado esfuerzo– se puede escuchar una referencia al Beat it de Michael Jackson y en la que Forge incluso ha metido un solo de saxo a cargo del británico Gavin Fitzjohn.
En la cara B encontramos Dance macabre –no os perdáis tampoco el clip, muy sexy– que se inicia con un riff y arreglos con reminiscencias a los Scorpions del Love at first sting y es otro tema pegadizo de hard pop con mucho ritmo y un buen solo de guitarra. Luego llega la orquestada intro de Pro Memoria, enorme, otra de mis favoritas, que adquiere más fuerza conforme avanza y en la que el piano de Al Fakir tiene gran protagonismo hasta ese final a de coro catedralicio. Witch image es pop rock ochentero con Tobias haciéndose los coros a si mismo sobre una melodía muy marca de la casa que también tiene un bonito solo y le sigue otra instrumental titulada Helvetesfönster, un estupendo y largo tema –nada de interludios breves de relleno– con Mikael Åkerfeldt de Opeth colaborando en las guitarras acusticas. Y la guinda la pone la grandiosa aunque breve Life eternal, un temazo cargado de emoción, melancolía y fuerza.
Definitivamente, espero que quienes pensaban que Ghost era un chiste cuando hace ocho años apareció en escena el difunto Papa Emeritus I –Lucifer lo tenga en su seno– se hayan dado cuenta de su error y que por muchos años Tobias Forge sepa regalarnos obras tan frescas como Prequelle o su predecesor –y para muchos superior–, Meliora.
¡Feliz viernes!
@King Piltrafilla
Felicitaciones por ésta entrada, sólo me queda agregar que igual es una de las mejores grabaciones del 2018, una banda mucho más madura y entregada a su audiencia que ha hecho que vuelvan a estar en los primeros planos. buen fin
ResponderEliminarGracias Marco, estoy de acuerdo.
EliminarDiscazo que mantiene (e incluso aumenta) el gran nivel de esya banda, sin duda uno de los discos del 2018.
ResponderEliminarSin duda.
EliminarNi una coma a tu entrada. Una banda con mucho futuro si sigue por esta línea, que en directo suena pero que muy bien y con un show de lujo. Larga vida
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