Ir al contenido principal

Slayer - Hell awaits (Metal Blade 1985)


Amigos, es hora de finalizar el curso y darse un respiro en esto de reseñar vinilos para poder regresar con mayor ímpetu tras el parón estival, por lo que pretendo despedirme por todo lo alto con una obra imprescindible del thrash de los 80, ni más ni menos que el mítico Hell awaits de Slayer. Después de ser fichados por Brian Slagel –un antiguo periodista musical que había fundado su propio sello– que había editó la primera grabación autofinanciada de los californianos, el éxito fue tan grande que Slagel contrató a Ron Fair como productor y a Bill Metoyer –que ya había participado en el debut de la banda– para grabar y mezclar su segundo álbum entre los Eldorado studios y los Track records studios. El line up fue el mismo que grabó su predecesor y que se convertiría en la formación clásica y habitual de la banda, con Kerry King y el malogrado Jeff Hanneman a las guitarras, Tom Araya al bajo y voces y Dave Lombardo a la batería.


Con portada de Brian James y Albert Cuellar, el track list del disco fue: 

A 
Hell awaits 
Kill again 
At dawn they sleep 

B 
Praise of death 
Necrophiliac 
Crypts of eternity 
Hardening of the arteries 


El álbum se inaugura con un satánico inicio, distorsión guitarrera y Araya grabado al revés pidiendo que nos unamos a las hordas de Slayer justo antes de entrar el hipnótico riff del tema título que da comienzo a este mítico vinilo. Aplastante. Le sigue Kill again, otro temazo de alto octanaje guitarrero a cargo de King y Hanneman sobre el que vocifera Araya al ritmo que marca Lombardo, un muro sónico de violencia con solos afilados. At dawn they sleep es sencillamente apabullante, con gran presencia del bajo de Araya, un sonido típicamente thrashy ochentero y esos duelos dialécticos a las seis cuerdas entre Kerry y Jeff que encajan en un tema con diversos cambios de ritmo que pone fin a la primera cara del vinilo. 


Praise of death da comienzo a la cara B con más de lo mismo, rapidez, letras no aptas para estómagos sensibleros, violencia sónica, riffs pesados y solos afilados. Y la cosa se mantiene con Necrophiliac, una nueva colección de guitarrazos y otro ejemplo de la energía de Lombardo golpeando los parches sin descanso ejerciendo de conductor rítmico del resto de la banda. Es el momento del tema más extenso del disco, la enorme Crypts of eternity cargada de cambios de ritmo. Debo deciros que hay momentos en los que recuerda un montón a los primeros Flotsam and Jetsam, lo que no es de extrañar al ser estos otro fichaje de Slagel con Bill Metoyer como responsable del sonido. Y finaliza el álbum con Hardening of the arteries, un tema brutal de Hanneman en solitario que finaliza con el riff inicial de Hell awaits, cerrando el círculo de este elepé infernal y maligno. 


En fin amigos, un álbum grande lo mires por donde lo mires que no puede faltar en la colección de ningún metalhead ochentero que se precie y que por fin ha llegado a casa. Original de 1985, la versión que poseo es la del trigésimo aniversario de su lanzamiento, basada a su vez en la edición de Metal Blade de 1988, muy cuidada y con un póster de la portada. 


Feliz verano y felices vacaciones para los que las inicien. 

@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Hoy estamos todos muy satánicos \m/!!! Buena entrada, saludos y buen verano!!

    ResponderEliminar
  2. Pues ya faltaba por #FFvinilo este pedazo de disco. Aquí le damos a todo. Yo hoy me he ido por el blues. La verdad que últimamente ando algo blandito. Tendré que aprovechar el verano para re-satanizarme un poco. Nos seguimos leyendo por las redes. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si con el calor es buena idea satanizarse jajajaja. Un abrazo. Nos leemos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura