Amigos, me permitiréis que hoy abra un paréntesis en la serie de entradas que estoy dedicando a mis vinilos recientemente adquiridos en Tokyo y os hable de este álbum que acabo de recibir hace unos días. Como podéis ver, me estoy refiriendo al último y calentito lanzamiento de los suecos The Night Flight Orchestra, el flamante Amber galactic. Hay tíos aún que cuando les preguntas si no les parece que Paul Newman era guapísimo, responden ofendidos y heridos en su hombría aquello tan manido de “yo, de eso no entiendo”. Pues bien, en este caso ocurre algo parecido. Cuando a algunos jebis les cuentas que estos tipos crean una especie de mezcla de hard rock melódico, pop y guitarras agitada en una coctelera y servida en una copa de cóctel en la barra del neoyorquino Studio54, te miran de una manera que parece que teman que se les caigan los huevos al suelo o que se les aparezca Chuck Schuldiner y les meta una hostia con la mano abierta. Lo cierto es que, no sé si será cosa de la edad, pero yo disfruto igual con el riff matador de Objection overruled que con esta maravilla.
A The Night Flight Orchestra los descubrí a principios del año pasado –ver artículo aquí– y quedé prendado por su música, a la que definí como dance hard rock con influencias de la E.L.O. Ya entonces eché en falta una edición en vinilo de sus dos álbumes, pero he tenido que esperar poco más de un año para tener en mis manos –en la edición doble en vinilo violeta estrellado– su tercer trabajo de estudio, otro estupendo disco de los suecos: Sí amigos, Amber galactic ya está aquí.
Grabado en los Handsome Hard studios de Dösjebro para Nuclear Blast, la formación que ha participado en el disco cuenta con Björn Strid a las voces, David Andersson a la guitarra –ambos en Soilwork–, Sharlee D’Angelo al bajo –de Arch Enemy y Spiritual Beggars–, el batería Jonas Källsbäck, el teclista Richard Larsson y Sebastian Forslund a la segunda guitarra y percusión, autor también de la portada y de la mezcla final del álbum. Como colaboradores de sesión figuran Johanna Beijbom a las voces y Hanna Carlsson y Martin Lindqvist al cello y el saxo, respectivamente.
Producido por la propia banda, el track list que podemos encontrar es el siguiente:
A
Midnight flyer
Star of Rio
Gemini
Sad state of affairs
Jennie
B
Domino
Josephine
Space whisperer
C
Something mysterous
Saturn in velvet
Just another night
Inicia el álbum Midnight flyer, que también fue la primera canción que sacaron de adelanto en YouTube, un temazo en el que dejan claro que se afianzan en los sonidos de su predecesor Skyline whispers pero con mayor predominio de la guitarra. Se trata de un hard rock melódico de alto octanaje. Le sigue Star of Rio, que tiene un riff de guitarra sobre el que se van añadiendo sonidos –primero la batería, luego el bajo– y que tiene un ritmo salvajemente setentero, entre hard rock clásico y disco sound, con un estribillo pegadizo. Gemini es otro de los temas que adelantaron antes del lanzamiento completo y es de esos que se le meten a uno en el cerebro, lleno de ritmo, con una melodía y arreglos que lo convierten en bailable pero a su vez muy hard, con un estupendo solo de guitarra. Sad state of affairs fue el último adelanto del disco y comienza con un riff de guitarra, al que rápidamente se suman una batería y piano machacones. Estamos ante otro hard rock melódico de gran nivel en el que Andersson y Strid se salen. Por último, Jennie es uno de esos temas con regusto a E.LO. que Björn y compañía tanto veneran, pasado por un filtro AOR, con un resultado espectacular.
En la cara B tenemos a Domino –otro de los temas que nos regalaron mientras esperábamos la publicacion del álbum– es un hard melódico con aire funky, sobre todo por las líneas de bajo de D’Angelo. Josephine nos lleva al pasado más rápido que el DeLorean de Doc, con ese piano que al principio de la canción me recuerda al de Far from over de Frank Stallone. El solo de guitarra me encanta.
Y Space whisperer es un estupendo hard rock potente, aunque con unos coros marca de la casa, mezclando teclados setenteros con una guitarra afilada, todo acompañado de la base D’Angelo/Källsbäck.
En la cara C –última del álbum, la otra no tiene surco– está Something mysterious, un AOR de altos vuelos, con ese ritmo seco de bajo, batería y piano primo hermano del de Burning heart de Survivor, a la que sigue Saturn in velvet, otro temazo que tiene unos teclados y un ritmo que te hacen mover los pies sin remedio, es The Night Flight Orchestra en estado puro, una mescolanza de purpurina sónica, bola de espejos y guitarras rockeras que en algunos pasajes del tema incluso me recuerda a Pete Townsend. Y como bonus, una respetable versión del Just another night de Jagger, más discotequera que la original. En resumen amigos, un pedazo de álbum que no me ha defraudado en absoluto.
A modo ilustrativo os acompaño unos cuantos temas que espero que disfrutéis como toca. Y tranquilos, no seréis menos jebis por ello.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
buahh que ochentero como mola, en verdad es puro hard rock.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste. No dudes en escuchar sus dos anteriores. Saludos!
EliminarNunca me he sentido menos jebi por mover las caderas con Chicago o disfrutar con un disco de David Foster o Cliff Magness. Gran recomendación, me ha maravillado el tema tipo Survivor y lo del Paul Newman (toda la razón del mundo) Saludos
ResponderEliminarJajajaja, me alegro que coincidamos en lo de Newman.
EliminarEn cuanto a lo de sentirse menos jebi... a mi me pasó en la postadolescencia. Ya sabes, no podía gustarte Anthrax, Motorhead y Poison, Survivor... ¡o Depeche Mode! Pero todas esas mandangas se curan con la edad y escuchando música y más música.
Estos TNFO son de lo mejorcito en esta especie de Hard melódico discotequero jajajaja
Saludos!