Doc McGhee es un tipo que cualquiera de los que en los 80 leíamos las thanks list de las cubiertas de los vinilos o devorábamos publicaciones como Rip o Hit Parader tenemos que conocer por fuerza. Este señor, con físico de mafioso y cara de pillo, era el mánager que en sus mejores tiempos se ocupaba de conducir las carreras de Mötley Crüe, Bon Jovi, Skid Row o Scorpions y de mantenerlos contentos –a cambio de un buen pellizco económico– con conciertos, mujeres, alcohol y drogas. No es de extrañar pues que este hombre al que Richard Bozzett, el por entonces tour manager de Bon Jovi, se ha referido en alguna ocasión como Doc Corleone, fuese condenado por contrabando de marihuana en la primavera de 1988 a raíz de un episodio con origen en Sudamérica seis años antes. La pregunta que cualquiera que conociese al personaje se hace de inmediato es ¿sólo marihuana?. Sea como sea, tanto Bon Jovi como el mismo condenado habían llegado a lo más alto del mundo del espectáculo en los Estados Unidos, lo que –para un país sin aristocracia ni abolengos ilustres– significa tener habitación de invitados en la morada de los poderosos. Por eso, con episodio incluido en el que cobró especial importancia una carta personal de Jon Bon Jovi al juez William Earl Britt de la corte de Carolina del Norte abogando por su amigo y valorando lo mucho que este podía hacer por la sociedad desde su posición en la industria del espectáculo, Doc McGhee fue multado con 15.000 dólares y a organizar eventos para concienciar a la juventud de los peligros de la droga. El mánager de Skid Row o los Crüe librándose de la cárcel y agregándose a la campaña antidrogas estatal Just Say No! auspiciada por Nancy Reagan. La de risas que se debieron echar McGhee y sus amigos.
Y fue precisamente este sello el que, junto a la Make a Difference Foundation de McGhee lanzó la recopilación Stairways to heaven/Highway to hell con Bruce Fairbairn a los controles, quien en los últimos tiempos había producido New Jersey para Bon Jovi. El disco –con portada de Bob Tillery diseñada por Margery Greenspan– contenía grabaciones de los grupos participantes en el mencionado festival sobre temas de otras bandas en cuyo seno habían tocado músicos que más tarde habían fallecido por culpa de sus adicciones. El vinilo finalizaba con varios temas grabados en diversas tomas de las dos noches del festival e interpretados por músicos diversos haciendo jamming.
A
My generation de The Who, por Gorky Park (1)
Holidays in the sun de Sex Pistols, por Skid Row (2)
I can’t explain de The Who, por Scorpions (3)
Purple Haze de Jimi Hendrix, por Ozzy Osbourne (4)
Teaser de Tommy Bolin, por Mötley Crüe (1)
B
The boys are back in town de Thin Lizzy, por Bon Jovi (1)
Move over de Janis Joplin, por Cinderella (5)
Moby Dick de Led Zeppelin, por Drum Madness (*)(1)
Hound dog (6)
Long tall Sally/Blue suede shoes (6)
Rock and roll (6)
(1) Grabado en los Little mountain studios.
(2) Grabado en los Mushroom studios.
(3) Grabado en los Wisseloord studios.
(4) Grabado en los A&M studios.
(5) Grabado en los Kajem Victory studios.
(6) Grabado en directo con los Dierk studios remote trucks.
(*) Con batería tocada por Tico Torres, Jason Bonham, Mickey Curry y Jim Vallance.
La cara B comenzaba con Bon Jovi, los niños mimados de Mercury por entonces, ejecutando una estupenda The boys are back in town de Thin Lizzy, que ya llevaban años tocando en muchos de sus conciertos. En esta ocasión, pese a no aportar nada nuevo al tema, transmitían perfectamente el espíritu de Lynott y compañía. Le seguía la versión de Move over de Janis Joplin interpretada por unos Cinderella en el momento álgido de su carrera, con un Keifer actuando de sosias vocal de la texana que demostraba que esta Cenicienta tenía muy poco que ver con el saco del hair metal vacío de valor en el que algunos se empeñaban en meter a los de Filadelfia. Era, sin duda, otro de los momentos álgidos del disco. La Moby Dick instrumental que seguía estaba únicamente indicada para baterías y fanáticos de Led Zeppelin ilusionados por la aparicion del hijo de Bonzo, de promoción ese año tras haber editado el fabuloso y zeppelinesco The disregard of timekeeping (por cierto, con reseña aquí mismo). Y esta condena por tráfico de drogas con forma de vinilo tenía su guinda en varios temas tocados por diversos de los músicos que conformaban el cartel del Moscow Music Peace Festival, típico divertimento de fin de fiesta sin más interés que el de reverdecer viejos clásicos en grupo y entre los que destacaría esa Hound dog con Jon Bon Jovi, Klaus Meine y Tom Keifer al frente.
En resumen amigos, un elepé que aporta poco, tanto como obra independiente como en la discografía de cada banda de las que participaron en su creación, pero que tiene detrás una historia tan surrealista que valía la pena recuperar. Ay aquellos ochenta, qué entretenidos eran.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Es cierto que no tenia mucha credibilidad aquellos conciertos contra la droga donde participaban gente como Motley Crue o los Ratt, pero si sirvieron para que algún joven no se metiera en las drogas, pues entonces sirvieron para algo. Y no quiero ir de puritano,oero no me gustsa frivolizar con el tema de las drogas. Se lo que es acompañar todas las semanas a algún hermano al centro de desintoxicación y no es muy divertido que digamos. Y desde luego fue importantisimo el concierto que tuvo lugar en Moscu, de aperturista con todos los grandes grupos americanos del momento. Era como una celebración del final de la guerra fría, que pocos meses despues terminaría con la caída del muro de Berlin. Creo que este disco tiene mucha importancia por todo el contexto que le rodea y de todo lo que puede llegar a aportar el mundo del Rock.
ResponderEliminarNo frivolizo con el tema de las drogas, por eso mismo resulta de lo más ridículo un festival que se montó por compromiso con el fin de salvar la cara delante de la justicia por un tipo acusado de traficante que representaba a unas bandas que se pusieron ciegas tras el escenario. Eso es hipocresía. En cuanto a que el concierto fue importantísimo, bueno, a lo mejor a los fans les gustó ver a sus ídolos en Moscú. Pero las bandas participantes no estuvieron demasiado contentas del resultado. McGhee era todo un personajillo manipulador el tío.
EliminarEstaba hablando por mi, que no me gusta frivolizar con el tema de las drogas. No lo decia por ti, ni te estaba acusando de que lo hicieras. Solo digo que si se pudo evitar que alguien cayera en las drogas con todo esto, por mucha hipocresía que fuera pues bienvenido. Y en cuanto a que el festival fue importante, pues creo que si. Lo echaron en la 2 en aquella época, que no había mas canales, salio en todos los periódicos de información general, como el País o el recien creado El mundo, en un momento que se marginaba totalmente todo lo que fuera u oliera a Heavy
EliminarMe ha encantado el disco, como fan de los recopilatorios de musica decirte que si quieres puedo coger las canciones y hacer el album en versión mp3 bien editado con su caratula y tal para subirlo a internet y pasaroslo si quereis. Saludos!!
ResponderEliminarBueno, yo con mi versión vinilo tengo suficiente. Saludos.
EliminarUna rareza curiosa, en cualquier caso. Muy buena entrada, me ha gustado mucho. Del contenido, algunas versiones más logradas que otras. No es un vinilo fácil de encontrar hoy en día, por cierto. Un abrazo.
ResponderEliminarSaludos. Encantado con que te haya gustado.
EliminarCreo que tuve este disco en mis manos una vez. Como tú bien destacas estos recopilatorios (con independencia de su función social)no aportaban mucho musicalmente. Seguro que os acordáis del HEAR N'AID con aquel temazo de DIO "We´re stars" pero con una serie de temas que lo acompañaban muy justitos. Gran entrada (que documentada) y mejor historia.
ResponderEliminarGracias compañero. En efecto, me acuerdo del Hear n'Aid. En este mismo espacio le dediqué una entrada al EP. Lo mejor era ese Stars con la cadena de solos.
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