Ir al contenido principal

Thin Lizzy "Johnny The Fox" (1976)


Una de las (muchas) virtudes de comprar música en formato físico es que asocias ese vinilo, CD o casete a un momento o época determinada. Cuando repaso mi colección de vinilos en busca de algo que llevarme al oído, un torrente de recuerdos pasan por mi cabeza.  Es curioso como de algunos apenas recuerdo nada pero de otros recuerdo vivamente donde y cuando los compré. Ese es el caso de Johnny The Fox de mis ínclitos Thin Lizzy. En este caso es fácil recordarlo prácticamente todo, ya que fue el primer vinilo que me compré de ellos y lo hice a ciegas. A tiro pasado es fácil deducir que una compra de Thin Lizzy a ciegas, sea la que sea, es siempre un acierto, pero en la era pre-internet, siendo apenas un adolescente y sin haber oído nada de ellos, el riesgo era muy elevado. 
Con poco dinero en los bolsillos y un mar de vinilos donde elegir el no acertar la compra podía ser muy decepcionante. La bella portada de Jim Fitzpatrick, con ese zorro solitario a la luz de la luna (que recuerda a la pantera aparecida en la portada de Nightlife de Thin Lizzy, obra del mismo autor) enmarcado entre cenefas de inspiración celta, me cautivo desde que me topé con ella en la cubeta de discos de la tienda. El precio se ajustaba a mi escasa economía así que decidí llevármelo a casa.

El disco fue editado en 1976 y compuesto casi íntegramente por Lynott ese mismo año durante su recuperación de una hepatitis que lo dejó durante unos meses fuera de la carretera (tuvieron que anular la gira americana de presentación de Jailbreak que tenían programa nada más y nada menos que junto a Rainbow).

Es el disco más Lynott de Thin Lizzy ya que predominan los temas de cadencia lenta y melancólica (Old FlameBorderlineSweet Marie)  y los firltreos con el Pop o los sonidos más funk ,como la adictiva Jimmy The Fox Meets Jimmy The Weed. Eclécticas sonoridades todas ellas muy del agrado del icónico bajista. El álbum fue grabado por la formación clásica de Thin LizzyLynott, Downey, Gorham y Robertson y contiene algunos temas imprescindibles de la  banda, que nunca dejaron de tocar en directo, como la adrenalínica Massacre o la mítica Don’t Believe A Word. Dicho tema fue concebido por Lynott como un medio tiempo con cierto aire blues, tal y como luego aparece en el disco Back On The Streets (1978) de Gary Moore o en el directo póstumo de la banda Live/Life (1983), pero al final se grabó en versión acelerada, cortesía dicen del siempre malcarado Brian Roberston. De hecho Robertson se cabreó por que no se le menciona en los créditos como co-autor del tema.

Los dos temas iniciales muestran que, a pesar de la reciente enfermedad de Lynott, el grupo está en plena forma. Hard rock con todas las características de los Lizzy: la melancólica voz de Phil, las inconfundibles melodías de las dobles guitarras e historias de rockstars encantadoramente perdedores (Rocky) y personajes con muy mala suerte (Johnny). Temáticas recurrentes en la discografia del grupo.


Fools Gold es una de mis preferidas, donde Lynott da cancha suelta al storyteller que lleva dentro. Entre bellas melodías de twin guitars (cortesía de la dupla Roberston-GorhamLynott narra las desventuras de sus compatriotas irlandeses a mitad del siglo 19, huyendo de la hambruna de Irlanda hacia una nueva vida en América.

La enérgica Boogie Woogie Dance cierra un disco perfecto, quizás mi preferido de Thin Lizzy (por aquello de ser el primero), cuya única pega fue editarse entre dos disco tan enormes como Jailbreak Bad Reputation.

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con esto: Es curioso como de algunos apenas recuerdo nada pero de otros recuerdo vivamente donde y cuando los compré De algunos incluso recuerdo cuando llegué a casa y los escuché por primera vez, ¡y hablo de hace más de 30 años!.
    Y por supuesto, suscribo íntegramente eso de A tiro pasado es fácil deducir que una compra de Thin Lizzy a ciegas, sea la que sea, es siempre un acierto, pero en la era pre-internet, siendo apenas un adolescente y sin haber oído nada de ellos, el riesgo era muy elevado. Así es como todos comprábamos los discos en ese tiempo. Suerte teníamos si habíamos podido leer alguna reseña en una revista o escuchar algo en un programa de la radio. Comprar vinilos de nuestras queridas bandas era toda una aventura a ciegas, sobre todo si eran antiguos.
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. The Outlaw 7629/4/16 23:30

      Ay, querido King...que viejunos somos, siempre contando batallitas...pero es que tenemos razón!!

      Eliminar
    2. Gran banda y álbum, con una portada hipnótica sin duda. ¿Cómo no recordar coger las carpetas repasarlas, volverlas a repasar... volver de nuevo, comprarlo y nada más salid de la tienda tener esa sensación de haberla cagao con la compra? jaja Seguro que tuvimos más aciertos que errores, pero estos no vienen a cuento. ¿Quién recordará cuando se descargo el último de.....? nadie. Gran entrada chaval. Saludos

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura