Mientras que a mediados de los 80s la escena musical de los Angeles estaba dominada por la estética naïf y colorida del sleaze rock más cantón (spandex por doquier y enormes pelos crepados) en New York se respiraba otro ambiente. Una escena musical mucho más real con una actitud que salía de unos barrios castigados por la falta de trabajo y la dura lucha por ganarse la vida día a día. El caldo de cultivo perfecto para dar rienda suelta a los grupos de rock'n'roll directo y sencillo, sin grandes florituras. El telón de fondo ideal para grupos como Ramones, Raging Slab, Smashed Gladys...y por supuesto Circus Of Power.
Los Circus Of Power se formaron a mediados de los 80s en New York y, tras ganarse una buena reputación como banda de directo, ficharon por la multinacional RCA con la que grabaron este magnifico debut de homónimo nombre
El también newyorkino y reputado productor Daniel Rey fue el encargado de producir el disco debut de sus colegas Circus Of Power. Daniel Rey cuya lista de bandas producidas es interminable (Ramones, Raging Slab, White Zombie, D-Generation, The Misfits, Joey Ramone y un largo etcétera) fue el encargado de plasmar toda la rabia y fuerza de Circus Of Power en este disco. El resultado es tan brillante que, a día de hoy, sigue sonando tan fresco y directo como lo hizo en 1988. De hecho este disco es uno de los debuts de hard rock más potentes de finales de los 80s.
Motor abre el disco con un riff que apesta a gasolina y carretera. La potente voz de Alex Mitchell recuerda irremediablemente al Astbury de registro más rockero.
El tándem Alex Mitchell y Rickey Beck Mahler (guitarra y cofundador del grupo junto a Alex) firman todas las canciones del disco, excepto Crazy que es una canción que el mismísimo Iggy Pop compuso para ellos. Poca broma con los colegas de Circus Of Power, una banda que ya antes de editar el disco de debut ya se codeaban con un buen puñado de musicos de renombre.
Una colección de himnos hardrockeros con la musculosa voz de Alex Mitchell al frente, cubierta por las pétreas guitarras de Ricky Beck Mahler. En Circus Of Power no hay ni rastro de glamour, ni de pelos crepados, ni de pirotecnia innecesaria ni hay lugar para imágenes impostadas. Aparecieron en mitad de la escena sleaze rock con su piel completamente tatuada, sus Harleys y sus contundentes guitarras, ganándose el respecto de los Hell Angels de New York.
Llegar al bar, enchufar la guitarra con volumen a 11 y fuera tonterías...esta es la filosófia del grupo. Hard rock de alto voltaje sin florituras con temas como Backseat Mama, Machine, White Trash Queen, Needles (de aire épico, todo un himno), Call Of The Wild, In The Wind o Little Home (que recuerda a los Rolling Stones más salvajes) como carta de presentación.
En 1990 telonearon a Black Sabbath durante todo el tour de Tyr tocando así para grandes audiencias pero nunca dejaron de ser una banda de clubs, que es su habitat natural.
Gasolina, grasa y goma quemada. Rock sucio y básico. La verdad es que a mi me gustaba más la escena flashy y decadente de L.A. pero ahora mismo me voy a escuchar este disco. Gracias por la inspiración y un abrazo.
ResponderEliminarLa escena flashy, como todas, tiene sus cosas buenas...faltaría más!! (para más datos ver algunas de tus propuestas). En esta ocasión me ha dado por desempolvar el de Circus Of Power, que lo tenía un tanto olvidado. la verdad es que esta gente suenan bien. Gracias a ti por leer y difundir. Que vaya bien el descanso del guerrero!!
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