Ir al contenido principal

John Hiatt - "Bring the Family" (1987)

"Bring the Family" es un disco tan grande que cuando lo escuchas por primera vez sabes que siempre te va a acompañar, nunca va ser una necesidad como otros, "Bring the Family" va a ser una elección que siempre va a estar presente, venciendo a muchos trabajos que ya no son tan necesarios, éste siempre va a ser una feliz decisión.
Son los mejores LPs, los que siempre están ahí, los que nunca cansan porque no son explotados, no han nacido para ese fin, menos inmediatos que otros discos, menos urgentes, pero con un sentido de eternidad que muy pocos álbumes poseen.
Es por eso que cada vez que me asomo a "Bring the Family" la escucha tiene algo de primera vez, como si algún momento se me había escapado hasta entonces, no entendiendo como tan exquisito detalle ha pasado desapercibido después de tantos años, después de tantos estremecimientos.
Los años van poniendo en un lugar cercano al que realmente merece a John Hiatt, digo cercano porque me temo que nunca le será impuesta la corona que realmente haga justicia a su realeza en el mundo de la música...¿Saben qué?...mejor.
Con este trabajo empieza todo y acaba mucho, empieza a ser reconocido su talento y termina un tortuoso pasado personal de triste poso que con estos temas parece catarsizar.


Así que como todos los discos especiales y mágicos, este fue construido en condiciones singulares, tan solo en cuatro días, gracias a la fe que en este grupo de canciones depositó el productor John Chelew, quien puso a disposición de las mismas y del autor de ellas un grupo de músicos de excepción compuesto por Nick Lowe al bajo, Ray Cooder a las guitarras y Jim Keltner a la batería.
El resultado es un delicioso muestreo de rock, folk, blues y mucho soul de intuitiva esencia, que cuenta con la voz excepcional de John Hiatt y la confluencia exacta de astros, actitudes, pesares y musas para crear una maravilla que nunca dejas de descubrir...y en tan solo cuatro días.
Por supuesto todos los temas se elevan al notable alto o sobresaliente, empezando por: "Memphis in the Meantime", tema de esencia rockera con salpicaduras blues y aire pionero.
"Alone in the Dark" es un tema de oscuridad y blues de doloroso pero sanador efecto en Hiatt y delicioso pase por oídos, entre el rock y el soul, con los consiguientes efectos blueseros se mueve la excelente: "Thing Called Love" que hiciese mas popular posteriormente Bonnie Raitt.



Absolutamente bonita y perfecta es "Lipstick Sunset", balada de sensaciones country, y que es imposible no emocionarse ante su belleza, cosa que evidentemente también ocurre con "Have a Little Faith in Me", uno de los temas soul mas definitivos que existen, perfecto de linea y celestial en interpretación, se trata de una de esas canciones que marcan una carrera para bien, y que además he tenido la suerte de escuchar cantar en vivo al maestro en uno de los momentos mas emocionantes que he presenciado en mi vida.



Con un pelotazo marca de la casa llamado: "Thank You Girl" da comienzo la cara B para que nada falte en esta obra única, mención especial merecen las guitarras delirantes de Cooder.
Vuelve el Hiatt melódico y dolido en la maravillosa balada acústica rellena de soul titulada: "Tip My Tongue" que hace de perfecto contrapunto al corte siguiente, mucho mas animado y rítmico, de efectivo estribillo llamado: "Your Dad Did".
Cantante de muchos quilates como demuestra en una balada marcada por el alcohol: "Stood Up" que nos conduce a la romántica y esperanzada: "Learning How to Love You" que cierra de forma inmejorable el disco, con broncíneos acentos vocales.



Un disco inigualable, de los mas destacados de la década ochentera, a espaldas de lo que el mercado delimitaba como vendible pero que gozó de considerable y merecido éxito, disco que hoy, como tantas veces antes, como tantas veces en un futuro, me ha vuelto a acompañar en un dulce viaje que os invito a iniciar.

Comentarios

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura