Cheap Trick es modelo de eclecticismo musical, su propuesta, de difícil clasificación, vive en tierra de nadie, especialmente en aquellos finales de los setenta en que ven la luz sus primeros cuatro discos, cuatro obras magnas no del todo comprendidas, años en los que el público no se sentía capaz de acomodar al grupo dentro de los parámetros rígidos de la época, proclive a todo tipo de etiquetas asociadas a tribus excesivamente disciplinadas en cuanto a una militancia coherente y escrupulosa en lo estrictamente musical.
Así pues, sus riffs y distorsiones resultaban demasiado rabiosas y decibélicas para el público mas popero que se sentía a gusto embarcado en las dóciles aguas melódicas de acarameladas bandas como Abba o a los preciosistas e inofensivos pianos y falsetes de perfeccionistas y académicas formaciones como Supertramp.
En cambio los mas rockeros echaban de menos en su sonido un mayor asilvestramiento sónico, tintes blues o country que solidificasen sus perfectas melodías y sus irresistibles estribillos.
En el sur no encontraban semejanzas con los ídolos locales de épicas proclamas que si encontraban con: The Allman Brothers o Lynnyrd Skynyrd, y los mas duros no hayaban en sus guitarraas la suciedad y bravura testosteronica de: AC/DC o el oscurantismo diabólico de: Black Sabbath.
Resumiendo, que terminaron clasificandolos como Power-Pop, que me parece una etiqueta que se adhiere a su estilo tan bien como cualquier otra, pues en cualquiera de sus álbunes encontraremos pop en melodías pegadizas y luminosas, rock de pesado poso en guitarras que arañan gracias al inmenso guitarrista que es Rick Nielsen, rhythm & blues que acaricia al blues en ritmos contundentes y sólidos nacidos de ese dúo que formó una de las bases rítmicas mas rotundas que ha pisado tierra, y que formabán el batería: Ben E. Carlos y el gran bajista (auténtico experto en la utilización del instrumento de 12 cuerdas): Tom Petersson.
Si a esto unimos al guitarrista y vocalista: Robin Zander, apodado como El Hombre de las mil voces, por su inusitada capacidad para cambiar el color de su privilegiado instrumento y en cuyo registro y fraseo caben cualquier estilo musical conocido, uno de los mas grandes vocalistas que ha existido sin duda, nos encontramos ante un grupo difícilmente superable en lo interpretativo, que gracias a la labor compositiva de ese genio que es su disparatado guitarrista: Rick Nielsen, dió lugar a un grupo de Lps absolutamente grandiosos, infravalorados y escasamente analizados, que recogían de forma anárquica pero intuitiva y sublime influencias del pop británico de la invasión sesentera, en especial de: The Beatles, The Who, The Kinks y los también infravalorados: The Move, combinadas con los sones mas blueseros y americanos de otros isleños como Yardbirds o Cream, y los poderosos: Led Zeppelin o Rolling Stones.
En este tercer disco que cuenta con la impecable producción de Tom Werman, nos ofrecen una nueva colección de canciones de factura impoluta, de melodías energéticas, dentro de un cáustico sentido del humor, situadas como siempre con un pié a cada lado de las fronteras que delimitan estilos, resultando como decía al principio el conjunto, un modelo de eclecticismo pocas veces visto en la historia del rock.
Empezando por la versión que a modo de homenaje realizan del tema de The Move: "California Man", al que le dotan de una mayor mordiente guitarrera y la intrepidez vocal de Zander, terrible versión que respeta y enriquece el original.
Pero además la rockera y trepidante, eléctrica y adictiva: "On The Top of The World", la pesadez guitarrera a lo AC/DC de la sugerente: "High Roller" o "Auf Wiedersehen" que cierra la cara A del vinilo a ritmo punkarra y grasiento, con la voz de Zander como protagonista junto a base rítmica y guitarras, osea toda la banda.
"Heaven Tonight" es una semi-balada a lo E.L.O de presuntuosas intenciones orquestales, resueltas con intuición y clase por toda la formación, con un estribillo que ya suena a 80's.
Vuelven las guitarras mas macarras y heavilongas en la infecciosa: "Stiff Competition", una prueba mas del porque de El Hombre de las Mil Voces, y la justificada fama de esa base rítmica.
Y antes de que el injerto en directo que demuestra el poder de la banda en un minuto escaso y que se titula: "Oh Claire" cierre el disco nos dejan en medio de la pista, bailando como si fuésemos niños, abandonando al esqueleto al criterio de un ritmo sincopado y alocado de beatlemana locura lisérgica que responde al titulo de: "How are You?".
No, de verdad, daros un respiro, pero no comiendo chocolate (si os apetece...) pero si dejándoos llevar por esta musculosa e irrepetible formación que es en mi modesto entender una de las mas infravaloradas de la historia.
Estos tíos hacen un sonido divertido. Me suenan de la época algunos de los temas, sobre todo Surrender. No soy mucho de catalogaciones y si de oir y, en su caso, disfrutar. Gran aporte AdW
ResponderEliminarEs una banda que suena fresca pero con aportaciones muy serias, musicos excepcionales y en directo una locura.
EliminarGracias y un abrazo.