Me da la sensación, y puede que esto sea solo cosa mía, de que la figura de Elliott Murphy, otrora respetada y mirada con entusiasmo y admiración, se esta viniendo abajo y este prestigio poco a poco va mutando a una especie de menosprecio tímido y medio escondido, como si el artista intelectual y culto de hace unos años se estubiese convirtiendo en un músico mediocre que carece del talento necesario para crear una obra definitiva, un himno inmortal o una composición épica.
Quien fuera alabado por preferir los ropajes humildes de la esencia rockera mas nocturna y callejera de los decadentes cafetines nocturnos parisinos en lugar de los elegantes abrigos armani y las carísimas y brillantes vestimentas con que colaborar al despampanante paisaje de los lujosos clubs neoyorquinos, parece que hoy es considerado como un exiliado de su natal capital del mundo, viéndose obligado a esconder su falta de éxito comercial en un piso de la vieja Europa, alejado de focos y flashes, de alfombras rojas y galas en salones de multiestrellados hoteles, del lujo y status de triunfador.
A este fracaso, antes se le llamaba bohemia y a ese alejamiento voluntario del artificio mediatico personalidad y sinceridad artística...insisto...es solo una impresión que he recibido después de leer algunos artículos que entendí que miraban en esta dirección que no considero en absoluto justa hacia un artista sincero, valiente y honesto como Murphy.
Y es que a pesar de que los últimos trabajos del neoyorquino no son lo mas conseguido de su discografía, en especial el flojo Ep que este 2014 nos sorprendió a todos por lo inesperado y, lo que es peor, por lo mediocre y que se titula: "Intime", aunque entiendo que su anterior trabajo "It Take's a Worried Man" (2013), no estaba nada mal, la discografía del rubio rockero esta tocada con un buen número de discos notables y en algunos casos, como el que hoy nos ocupa, realmente sobresalientes.
Y es que "Night Lights" es un disco, el tercero de su discografía, excelente, nocturno y urbano, dotado su sonido de una luz...como de neón tan artificial como cálida, tan irreal como cotidiana, tan joven como desesperada...
Un álbum que parece pasearse por el lado salvaje de la vida, que parece refugiarse en la semioscuridad de un rincón húmedo y deprimente de algún local nocturno frecuentado por Lou Reed y gente de ese pelaje, que da la sensación de estar concebido entre lágrimas, alcohol y drogas sabiamente combinadas en tragos de amargura y soledad compartida con recuerdos y una guitarra desafinada.
Tóxica poesía en los textos, romanticismo violento y sin piedad en las melodías, rock seco y de lasciva personalidad en el sonido, a pesar de todo, brillante, luminoso, lo dicho, como un neón.
Los temas, todos ellos definitivos, auténticos quejidos de soledad y amargura llena de esperanza comienzan en la estupenda "Diamonds By The Yard", tema que mira a los oscuros y polvorientos poemas del Reed setentero, teclas solemnes y estribillo fiestero, un tema extraño y perfecto.
Seguiré el orden oficial a pesar de que mi vinilo tiene las caras intercambiadas, es decir, los temas que aparecen como cara B, vienen en la etiqueta del disco como A y viceversa.
Un piano jazzero y como de local berlinés de entre guerras nos saluda para la fantástica "Deco Dance", tema de texturas cabareteras que mira al "Hunky Dory" de Bowie, pero con violines.
Como aquel Bowie que cayó del espacio para sumergirse junto a Reed y los suyos en la negrura de la inconsciencia anfetamínica de las noches de excesos y aventuras de autodestrucción de sus primeras POM parece haber sido concebida la triste y decadente "Rich Girls", bella y salvaje.
"Abraham Lincoln Continental" es un rock mucho mas encendido y feliz, guitarras clamando fibra y teclas mas pioneras, un poco de luz natural para variar.
Un video doblete con "Diamonds By The Yard" y "Deco Dance":
Comienza la cara B, (la A en mi ejemplar) con la acústica y stoniana "Isadora's Dancer", preciosa y con una sobrecogedora voz de Elliot.
El segundo tema de esta cara es la mítica "You Never Know What You're in For", imprescindible en sus conciertos, revisitada mil veces por Elliott, siempre bella, siempre oscura y bohemia, siempre como un canto de sirenas, peligrosa, atrayente y envolvente, te oprime y derrite, una obra maestra de muchos cojones señores.
Una dosis de glamour y estilo, de dorados y maderas nobles donde en temas precedentes había plomo y plástico, nuevamente los stones se asoman al desquiciado abismo del fondo de la extraordinaria "Lady Spilletto", y no podía ser de otra manera estando dedicada a la gran Patti Smith.
Otro doblete, ahora con "Isadora's Dancer" y "You Never Know What You're in For":
Y "Lady Spilletto" en homenaje a Patti Smith:
Mas ágil, jugetona y multicolor, con esas teclas que la hacen inmortal por divertida y deseable, por disfrutable y desenfadada, otro respiro al humo y polvo de la oscuridad del lado salvaje, hablamos de "Looking For a Hero".
Tristeza para el final, porque el final de una obra maestra como lo es este disco solo puede ser triste, la encargada de hacer de pañuelo es la radiante "Never As Old As You", y hace bien su papel, porque este temazo es terapéutico y mezcla en su píldora anti-tristezas a los Stones con Bob y los hace bailar al ritmo de los días felices de los veranos de nuestras infancias, así pues, final feliz.
Lp que sugiero escuchar a los que ponen en duda el talento y clase de un artista como Elliott, un tipo digno, sincero y capaz, que lo fué, de facturar maravillas como este vinilo que engrandece mi colección.
Quien fuera alabado por preferir los ropajes humildes de la esencia rockera mas nocturna y callejera de los decadentes cafetines nocturnos parisinos en lugar de los elegantes abrigos armani y las carísimas y brillantes vestimentas con que colaborar al despampanante paisaje de los lujosos clubs neoyorquinos, parece que hoy es considerado como un exiliado de su natal capital del mundo, viéndose obligado a esconder su falta de éxito comercial en un piso de la vieja Europa, alejado de focos y flashes, de alfombras rojas y galas en salones de multiestrellados hoteles, del lujo y status de triunfador.
A este fracaso, antes se le llamaba bohemia y a ese alejamiento voluntario del artificio mediatico personalidad y sinceridad artística...insisto...es solo una impresión que he recibido después de leer algunos artículos que entendí que miraban en esta dirección que no considero en absoluto justa hacia un artista sincero, valiente y honesto como Murphy.
Y es que a pesar de que los últimos trabajos del neoyorquino no son lo mas conseguido de su discografía, en especial el flojo Ep que este 2014 nos sorprendió a todos por lo inesperado y, lo que es peor, por lo mediocre y que se titula: "Intime", aunque entiendo que su anterior trabajo "It Take's a Worried Man" (2013), no estaba nada mal, la discografía del rubio rockero esta tocada con un buen número de discos notables y en algunos casos, como el que hoy nos ocupa, realmente sobresalientes.
Y es que "Night Lights" es un disco, el tercero de su discografía, excelente, nocturno y urbano, dotado su sonido de una luz...como de neón tan artificial como cálida, tan irreal como cotidiana, tan joven como desesperada...
Un álbum que parece pasearse por el lado salvaje de la vida, que parece refugiarse en la semioscuridad de un rincón húmedo y deprimente de algún local nocturno frecuentado por Lou Reed y gente de ese pelaje, que da la sensación de estar concebido entre lágrimas, alcohol y drogas sabiamente combinadas en tragos de amargura y soledad compartida con recuerdos y una guitarra desafinada.
Tóxica poesía en los textos, romanticismo violento y sin piedad en las melodías, rock seco y de lasciva personalidad en el sonido, a pesar de todo, brillante, luminoso, lo dicho, como un neón.
Los temas, todos ellos definitivos, auténticos quejidos de soledad y amargura llena de esperanza comienzan en la estupenda "Diamonds By The Yard", tema que mira a los oscuros y polvorientos poemas del Reed setentero, teclas solemnes y estribillo fiestero, un tema extraño y perfecto.
Seguiré el orden oficial a pesar de que mi vinilo tiene las caras intercambiadas, es decir, los temas que aparecen como cara B, vienen en la etiqueta del disco como A y viceversa.
Un piano jazzero y como de local berlinés de entre guerras nos saluda para la fantástica "Deco Dance", tema de texturas cabareteras que mira al "Hunky Dory" de Bowie, pero con violines.
Como aquel Bowie que cayó del espacio para sumergirse junto a Reed y los suyos en la negrura de la inconsciencia anfetamínica de las noches de excesos y aventuras de autodestrucción de sus primeras POM parece haber sido concebida la triste y decadente "Rich Girls", bella y salvaje.
"Abraham Lincoln Continental" es un rock mucho mas encendido y feliz, guitarras clamando fibra y teclas mas pioneras, un poco de luz natural para variar.
Un video doblete con "Diamonds By The Yard" y "Deco Dance":
Comienza la cara B, (la A en mi ejemplar) con la acústica y stoniana "Isadora's Dancer", preciosa y con una sobrecogedora voz de Elliot.
El segundo tema de esta cara es la mítica "You Never Know What You're in For", imprescindible en sus conciertos, revisitada mil veces por Elliott, siempre bella, siempre oscura y bohemia, siempre como un canto de sirenas, peligrosa, atrayente y envolvente, te oprime y derrite, una obra maestra de muchos cojones señores.
Otro doblete, ahora con "Isadora's Dancer" y "You Never Know What You're in For":
Y "Lady Spilletto" en homenaje a Patti Smith:
Mas ágil, jugetona y multicolor, con esas teclas que la hacen inmortal por divertida y deseable, por disfrutable y desenfadada, otro respiro al humo y polvo de la oscuridad del lado salvaje, hablamos de "Looking For a Hero".
Tristeza para el final, porque el final de una obra maestra como lo es este disco solo puede ser triste, la encargada de hacer de pañuelo es la radiante "Never As Old As You", y hace bien su papel, porque este temazo es terapéutico y mezcla en su píldora anti-tristezas a los Stones con Bob y los hace bailar al ritmo de los días felices de los veranos de nuestras infancias, así pues, final feliz.
Lp que sugiero escuchar a los que ponen en duda el talento y clase de un artista como Elliott, un tipo digno, sincero y capaz, que lo fué, de facturar maravillas como este vinilo que engrandece mi colección.
Ningún artista hace mejores discos en la sesentena que en la veintena, y probablemente pierden de vista el concepto de elepé en favor de las canciones. Centrándonos individualmente en estas, en las canciones, creo que en los últimos años Elliott Murphy las ha hecho mejores que muchos de sus contemporáneos de más éxito: el más evidente de ellos, por los paralelismos, Springsteen.
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes razón, exceptuando quizás a Dylan, y es cierto que Murphy ha grabado buenos temas, pero incluso no hace tanto de "Coming Home Again" que es un gran disco.
EliminarLo de Springsteen es incluso doloroso.
Gracias por pasarte y un abrazo.