Ir al contenido principal

Ratt - Reach for the sky (WEA Atlantic - 1988)



A veces las casualidades en el microuniverso bloguero donde me muevo alcanzan niveles sorprendentes. Tenía preparado este vinilo de Ratt desde hace unos días y hoy mismo, en varios de esos blogs que sigo asiduamente, han comentado discos de bandas contemporáneas como Dokken y Great White. Y si ya llevaba la semana machacándome el coco, estas lecturas han añadido más gas a mi pensamiento. En aquellos años, pongamos desde los primeros ochenta hasta el cambio de década, surgió un movimiento de rock desde las calles y playas de Los Ángeles que se comió el mercado de Estados Unidos y, por extensión, de buena parte del planeta, consiguiendo imitadores en todos lados (algunos realmente increíbles). 


Bajo una  serie de etiquetas hetereogéneas, como glam metal, hair rock, pop metal, sleazy, o cualquiera que se les ocurriera a los plumillas o los vendedores de las multinacionales, se metieron grupos que en definitiva no hacían más que hard rock melódico (puro eighties). Cierto que algunos fueron productos prefabricados, como en cualquier década, que otros se metieron para hacer caja (como en cualquier época y lugar) y que algunos, como Ratt, desarrollaron una fabulosa carrera musical sin salirse un ápice de los márgenes del estilo. 


Desde 1983, con la publicación de su primer EP, hasta el Detonator de 1990 regalaron seis años de rocanrol lleno de overdubs, maquillaje, riffs hipercomerciales, armonías vocales imposibles, una base rítmica que te menea los dos pies y unas letras de usar y tirar deliciosas. 

En 1988, producido por Beau Hill y Mike Stone, grabaron en los A&M, The Record Plant y The Enterprise Studios diez canciones que conformaron este (no puedo dejar de recomendarlo que lo escuches) Reach for the sky

La banda la conformaban Stephen Pearcy a la voz, el gran Warren DeMartini en las guitarras solistas, su colega Robbin Crosby como segundo guitarrista, Juan Croucier al bajo y, al fin, el excelente batería Bobby Blotzer

Editaron dos singles: I want a woman, muy bacilona, con una buena guitarra, y Way Cool Jr, una de sus mejores canciones, muy al estilo Aerosmith. En el álbum encontramos temas de hard rock melódico muy conseguido, como City to city, Chain reaction o Don´t bite the hand that feeds, junto con baladas como I want to love you tonight. Buenas guitarras también en Bottom line, estribillos pegajosos en No surprise y un cantante en perfecto estado en la final What I´m after.

El vinilo que comparto hoy fue editado en España por Wea Records en 1988. Contiene una funda con foto y anagrama, sin letras, pero con los créditos del disco. La portada la realizó Gene Francois Povedim.

Un álbum perfecto para recordar los años en que un puñado de bandas conquistaron el mundo (de nuevo) con sexo, drogas, mucha laca y rocanrol. Buen fin de semana.

Ratt - Way Cool Jr


Ratt - I want a woman 



Ratt - Chain reaction




Comentarios

  1. RATT, dios mío, unos de mis ídolos. No sería este el álbum que más reivindicaría de ellos... pero es más que aceptable.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tampoco es mi favorito, pero, no sé porqué, me apetecía compartir este, quizá por la portada que, aunque onírica, me gusta. En cualquier caso, ¡hacía falta un vinilo de Ratt por aquí ya! Caerá algún otro.

      Eliminar
  2. Hacía años que no me acordaba de RATT, geniales.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues dales una escucha, de vez en cuando hay que caer en los viejos vicios, ¿no?

      Eliminar
  3. Anónimo8/3/14 17:00

    No son plato de mi gusto pero "Round And Round" de su disco "Out of the Cellar" siempre estará entre mis preferidos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre he creído que Ratt, a pesar de su éxito, no han logrado el reconocimiento a lo largo del tiempo del que si disfrutan otras bandas coetáneas sin una discografía tan acertada. Pínchalos un par de veces y verás como entran.

      Eliminar
    2. Anónimo8/3/14 19:35

      Me compré dos de sus discos por sus portadas jajajaja, uno fue Out of the cellar donde aparece Tawny Kitaen la que fuera mujer de Coverdale y el otro Invasion Of Your Privacy, esa portada con la playmate de turno fue histórica. Más de una vez me he puesto con ellos pero salvo unos pocos temas no me llenan.

      Eliminar
  4. Buen recuerdo para aquella época. Tengo que reconocer que no era yo muy seguidor de este género,pero aún así cada vez que suena dan ganas de bailar...

    ResponderEliminar
  5. Jaja, muy bailón estás tú últimamente. Me alegro de alegrarte el rato con esta entrada.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.