Jose Carlos Molina, dios de Ñu, pasa por ser un loco, un pasado, un mago, un genio... En cualquier caso, un personaje único que con su flauta, su particular voz y esa manera de fabricar melodías ha dejado una huella indestructible en la historia del rock patrio. Para mí su mejor álbum, Fuego, ya se comentó en el blog, pero hay otro que también me gusta mucho... a pesar de la horrible producción a cargo de Mariano García.
En estos casos un periodista de pro diría el "ínclito" o un "descanse en paz" o algo así; Mariano se merece muchos elogios por todo el curro que hizo durante años en el rock madrileño (y, por extensión, nacional), a pesar de ser otra figura polémica (en especial su última época). En aquellos ochenta manejaba el cotarro con su programa de radio (mítico Discocross) y la relación con salas de Madrid (Canciller y luego Barrabás). La creación del sello discográfico y su paso a la producción no tardó, y con Jose Carlos Molina montó un tándem curioso: las sesiones de grabación debieron ser finas.
No se puede negar que este álbum de Ñu tiene un sonido "clásico", es decir, digno del año en que fue grabado: baterías y bajo programados, presencia de teclados por doquier, cuidadosos arreglos y armonías, canciones sencillas, alejadas de experiencias anteriores de Molina. Un artefacto pensado para agradar a los oídos en las emisoras de radiofórmula, vaya. Lo bueno es que contaron con músicos de lujo: Eduardo Pinilla a las guitarras, Miguel Ángel Collado a los teclados y la programación, Enrique Ballesteros a la batería y Jose Luis Rodríguez al bajo (colabora el violinista Enrique Valiño). Jose Carlos Molina se encargó de flauta, programación (esa batería truño), teclados, armónica y otros desmanes.
Comienza a mostrar sus cartas con No te dejes ganar, donde teclados y guitarras cobran protagonismo y la flauta no se oye; arreglos cercanos al hard comercial de la época y un estribillo muy pegadizo. Tras el breve instrumental Fuga... sin modales (pedazo guitarra de Pinilla), Molina se luce, por fin, con la flauta sobre un buen riff de guitarra; la letra, sin desperdicio: que alguien nos pare, queremos estar dentro de la ley. En Fuera de juego Molina suena a los Ñu de discos anteriores, más duro, más centrado en la melodía de su flauta. Además, escuchamos uno de los mejores solos de guitarra del álbum.
Ñu - Fuera de juego
En Yo para ti hay, a mi entender, una rareza en la discografía de la banda: una canción con un tempo lento en las que teclas y voz ocupan el espectro evolucionando hacia una melodía poprock extraña, con demasiado protagonismo del teclado y violines. Lo raro es que el estribillo funciona y el final de la canción resulta más que interesante. El solo de guitarra no pega nada. En El tren azul, Molina y compañía se marcan una versión del viejo tema que compusiera el flautista con Rosendo y que hiciera famoso con los Leño. En el conjunto global, los teclados y los sonidos electrónicas desentonan un poco (aunque, cuestión de gustos), pero la flauta y la interpretación de Jose Carlos rayan a buen nivel.
En la cara B, el tema estrella, La granja del loco: buena melodía basada en la flauta, línea vocal made in Molina, letra visceral y crítica y tema muy bien arreglado. La siguiente El mejor no puede ser más sencilla: un ritmo clásico, una melodía de voz y guitarra accesible y un tema bailón. Trovador de ciudad nos devuelve a los Ñu que me gustan... si no fuese por esa horrible batería. A pesar de ello, un tema muy bueno y otro gran trabajo de flauta.
Ñu - Trovador de ciudad
En Nada me detendrá, Pinilla borda con su guitarra un tema con buena estructura y un estribillo bien conseguido; el arreglo de violín, sobra un poco, pero el impass de teclado y guitarra está muy bien. Para cerrar, mi favorita: Tocaba correr, tema que vale por todo un álbum: buena letra, interpretación genial de Jose Carlos, bien arreglada. La versión de La taberna encantada (1997) es otra pasada.
Por cierto, si tenéis curiosidad por la discografía de Ñu, en este enlace os presentan su época dorada en vinilo.
Ñu - Tocaba correr
Pasad un fin de semana cojonudo... ¡¡Vamos al lío!!
Vaya, parece que hoy le has quitado el testigo a Paco. Otro mito del rock de este país, te guste o no, es indudable.
ResponderEliminar¡No puede quedarse el blog sin un poco de rock ochentero! Jose Carlos Molina y sus Ñu son historia aún viva de nuestra música.
EliminarLo que dice el King, Molina es una crack y algunos de sus trabajos oro puro. Este es muy macarra y divertido, del 88, con el temazo de tocaba correr, todo un himno imposible de no tararear una noche de birras...
ResponderEliminarComo digo en la entrada, esa canción vale la compra del álbum. De mis favoritas de Molina, me ha acompañado en cientos de fiestas y viajes.
EliminarUno de los grupos básicos del rock patrio, y un frontman bastante singular; aunque no controlo toda su discografía este disco me gusta
ResponderEliminarEste disco está muy bien, aunque no creo que sea el mejor. Para mí, Molina gana con los directos, esos merecen y mucho la pena.
EliminarSe dice que Enrique Ballesteros tocó la batería en este disco. ¿Alguien puede decirme en que tema? porque yo no percibo a nadie tocando la batería. Son todo baterías programadas y con un sonido tan sumamente malo que acaban arruinando un disco que podía haber estado muy bien.
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