Ir al contenido principal

Wishbone Ash – Raw to the bone (1985)


Amigos del vinilo, a todos aquellos que al ver el título de mi entrada de hoy imaginen que soy un entendido, un tipo que disfruta con Wishbone Ash –uauuuu, un enterado de la música de los 70/80, un connoisseur- les digo que cuando adquirí este vinilo no había oído hablar nunca de ellos y tras comprármelo y escucharlo no surgieron en mi precisamente unas irrefrenables ganas de conseguir sus obras anteriores y convertirme en fan. Así pues, ¿por qué me lo compré?... y lo más importante, ¿por qué os hablo hoy de ellos? Pues bien, ya he contado en alguna ocasión que en los 80 –época en la que la información internacional no nos llegaba tan fácilmente como ahora- la mayoría de las veces nos fijábamos en los vinilos gracias a sus portadas y en un porcentaje elevado de ocasiones la experiencia de descubrir grupos era similar a un apuesta en la ruleta del Casino de Lloret. Y bueno, un águila en la portada –en la versión alemana que yo tengo, la británica era diferente-, un tipo con una Flying V en la contraportada, ansias por descubrir buenos grupos, un nombre que sonaba bien... total, que Raw to the bone tenía todos los números para resultar un vinilo memorable. No fue así. 


Amiguitos, tras una carrera trufada de elepés exitosos durante los años 70, tengo el honor de poseer el primer álbum de los británicos que no apareció en las listas de éxitos... ni en último lugar, nada, ignorados. Habiendo cambiado su mezcla de rock progresivo y folk por una dirección algo más heavy –entendedme, dentro de un orden, ni se os ocurra hacer los cuernos aún- lo cierto es que Wishbone Ash y este Raw to the bone –el decimotercero de su historia, lagarto, lagarto- intentaban seguir las influencias de la NWOBHM aunque sin conseguirlo del todo, convirtiéndose en una especie de quiero y no puedo –o puedo pero no quiero-, una mezcla de progresivo, AOR, blues, folk y hard rock que no convenció a nadie. De hecho, el vocalista y guitarrista Laurie Wisefield abandonó la banda tras la grabación después de once años con ellos. Sin embargo, hablando en serio, el resultado tampoco era tan patético y –con la distancia de miras que otorga el paso del tiempo, ya que en el 85 me pareció que había tirado el dinero de una manera bárbara- me parece ahora que este vinilo contiene algunos temas muy logrados y que en general no deja de ser una obra bastante válida y característica de una época en la que algunas bandas buscaban un cambio de estilo acorde con los volubles tiempos que vivían. 

Producido por Nigel Gray –un habitual de The Police-, Raw to the bone lo grabaron Andy Powell a la voz y las guitarras, el mencionado Laurie Wisefield a la voz y las guitarras, Mervyn Spence al bajo y las voces y Steve Upton a la batería. 

El track list era: 

A 
Cell of fame 
People in motion 
Don’t cry 
Love is blue 
Long live the night 

B 
Rocket in my pocket 
It’s only love 
Don’t you mess 
Dreams 
Perfect timing 

Os adjunto el álbum enterito y –para los que no quieran invertir demasiado tiempo en él- los temas que para mi gusto destacan sobre el resto, que no son otros que Cell of fame, People in motion y –sobre todo- Don’t you mess. Sinceramente, espero que os gusten. 





Feliz viernes! 

@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Yo me adentré en el mundo Wishbone Ash hace bien poco, cuando un amigo fanático del grupo (los hay, doy fe) me llevó al último concierto en Madrid. El concierto fue estupendo y me animé con la discografía, pero, claro, empecé por Argus y otros discos de los setenta. A este ni me acerqué. Ahora le doy al play a ver cómo suena. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Escuchándolo estoy.
    Como bien dices, yo también compraba discos por sus portadas. La información era escasa y lo más que podías hacer es ir al Corte Inglés a que te lo pusieran y hacerte una ligera idea.
    Y a veces pasaba eso, que acertabas o te quedabas con un condenado disco inaudible en las manos. Me pasó con uno de Bee Gees (lo reconozco) del que me deshice en cuanto pueda.
    Realmente, los 80 fueron tiempos difíciles para el rock y escuchando este 'Don't you mess' se nota que les falta 'punch', en general carecen de fuerza.
    Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

Surgin' – When midnight comes (Music For Nations, 1985)

  Hoy traigo el único álbum (oficial) de la efímera banda neoyorquina Surgin , una joya escondida en el resto de saldo que fue el rock melódico de los ochenta, con un protagonista especial: Jack Ponti. Igual no tienes ni idea de quién es este personaje. Fíjate en la foto de abajo, es el de la izquierda, tocando con su colega de instituto John Bongiovi en un concierto del grupo que montaron juntos, Rest. Su poco éxito en aquellos primeros ochenta disolvió la historia, pero no así la amistad que ambos se profesaron. Aunque habría que revisar esas “amistades” de Mr. Bongiovi: para el puesto de guitarrista de su banda eligió a un desconocido Richie Sambora antes que a sus colegas Ponti o Snake Sabo. Por algo sería, claro. Jack formó su propia banda, que acabó llamándose Surgin, y consiguió editar este disco que hoy comparto por aquí, When midnight comes , en 1985. Compuso, produjo y tocó en él con la esperanza de alcanzar el estrellato roquero, objetivo que, obviamente, no logró. ¿Por

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura