Últimamente nos están abandonando personajes importantes de la historia de la música, como Clive Burr o Alvin Lee. Pero esta semana la pérdida de un tipo genial, a quien debemos mucha de la música que escuchamos, ha pasado algo desapercibida. Estoy refiriéndome a Andy Johns. Este señor comenzó a trabajar en los sesenta en los estudios de su hermano Glyn Johns, con gente como The Beatles o los Rolling Stones. Desde finales de esa década se dedicó como productor o ingeniero de sonido a poner sus manos en prácticamente toda la discografía de Led Zeppelin y algunos de los mejores álbumes de los Stones (Sticky fingers, Exile on Main St.), Free (Heartbreaker, Free live!) o Humble Pie (Town and country).
Los últimos setenta y los primeros ochenta le pillaron a contramano y se diluyó su nombre, anclado en sonidos muy característicos alejados de la música disco, la new wave o el heavy metal imperante en aquellos tiempos.
Sin embargo, a mitad de los ochenta grupos como Cinderella reivindicaron su trabajo y volvió a currar con algunos nombres de peso, como Van Halen (For Unlawful Carnal Knowledge) o Joe Satriani (The extremist).
El vinilo de hoy, pues, sirva de recuerdo a este mago de las mesas de mezclas.
Cinderella habían dado un buen pelotazo con su primer álbum Night songs. Tom Keyfer, compositor y cerebro principal, quería que Andy les llevara hacia un sonido más setentero, una vuelta a los grupos que le habían inspirado a coger una guitarra. Y en este Long cold winter dieron esa vuelta de tuerca: se dejaron de reverb y delays y parieron un pedazo de disco de rock crudo al que prendieron arreglos deslumbrantes y mucho gusto. Si además añadimos que el disco está mezclado por los magos Steve Thompson y Michael Barbiero, ya sabes a qué suena.
Cinderella lo formaban, y lo forman, Tom Keyfer a la voz, las guitarras y a lo que haga falta, Eric Brittingham al bajo, Jeff LaBar como segundo guitarra y Fred Coury como batería.
Contiene temazos roqueros como Fallin' apart at the seams, Gypsy Road, The last mile o Take me back junto a canciones más sosegadas como la megabalada Don't know what you got (Till it's gone) o la acústica Coming home.
Vendió bien (certificado triple platino), les permitió hacer giras como cabeza de cartel y acompañar a glorias de la época, poniendo colofón a su periplo mundial con la actuación en el Moscow Music Peace Festival.
Un gran álbum.
Buen fin de semana, amigos del vinilo.
Enorme álbum! Otro que también tengo, por supuesto.
ResponderEliminarSu primer Night Songs me parece genial, pero con este se superaron, demostraron que no habían sido flor de un día ni unos enchufados de Míster Bon Jovi. Para mi, los dos discos imprescindibles de Cinderella.
Gran entrada master, desconocía la figura y muerte de Andy Johns. Buen homenaje. Con los primeros acordes de cualquier tema de este disco se me cargan las pilas y se me van los pies... Imprescindible, sin olvidar como dice el King el Night Songs. Saludos.
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