Conocí a Triana en 1981 cuando el primo sevillano de un gran amigo llegó a vivir a nuestro barrio. De entre la música de su tierra que traía en la maleta, que seguro os imagináis, a mi me llegó al alma esa extraña mezcla de rock con las más puras esencias andaluzas que desprende el sonido y las letras del inmortal trío de artistas de Sevilla, curiosamente formados en Madrid. Digo “a mi” porqué el resto de colegas pasaron y lo entiendo, ya que este tipo de fusiones o te entran o no, y más en aquella pandilla de jevis adolescentes que flipábamos poniendo a un volumen brutal los discos y cintas de acedeceses, blacksabbats, judas, kisses, leños, asfaltos, etc. Nada que reprochar.
A lo largo de los años me he ido haciendo con la discografía de Triana, pero resulta curioso que aunque he pillando alguno de sus álbumes en cd, no me suena haberlos puesto nunca, y no he parado hasta conseguirlos en plástico, ya que a Triana hay que escucharlos en vinilo y acariciando esas increibles carpetas dobles, que incluso llegaron a reenombar, como es el caso, el verdadero título del disco.
De este mágico LP ¿qué decir? Me suelen gustar más el primer trabajo de todas las bandas que el resto ya que, en teoría, es en el que se echa el resto y más, el que está lleno de caracteres personales, el que marca el sendero a seguir y al público al que se quiere llegar. Y a Tele, Jesús y a Eduardo se les nota en “El Patio”. La propia banda lo quería pregonar y así lo hicieron en el interior de la carpeta del disco donde se puede leer: “Ya teníamos ganas de hacer un LP. Por fin hemos conseguido reunir una serie de ideas, unos cuantos amigos y lo hemos realizado. La buena gente que han contribuido son: Antonio Pérez, guitarra eléctrica. Manolo de la Rosa, guitarra de bajos. Y como había que hacer bien las cosas pedimos a Máximo Moreno que diseñara la portada. Lo grabamos en los Estudios Kiros de Madrid con Pepe Fernández, Juan Vinader, Pepe Loeches y Luis Calleja, como ingenieros de sonido”.
¡Qué tíos! Ese LP contiene: “Abre la puerta”, “Luminosa mañana” y “Recuerdos de una noche” en la cara A, y “Se de un lugar”, “Diálogo”, “En el lago” y “Todo es de color” en la B. Siete temas maravillosos donde se reúnen cientos de ideas y matices musicales ejecutados a su manera por sus creadores, que progresa, mezclando sentimientos acústicos y electrónicos, dándonos perfecta cuenta (nada de “sin darnos cuenta”), entre el rock y el flamenco (sin folklorismos). Siete letras o poemas de profundas palabras, salidas de la mano y de la mágica voz de Jesús de la Rosa, abiertas a infinitas lecturas e interpretaciones. Talento no les faltaba.
Una banda infinita, intemporal, viva. Un disco cojonudo, para degustar. Una obra de arte qué, cosas de la vida, pasó desapercibido en el momento de su lanzamiento, todo un fracaso comercial. El reconocimiento a este álbum le llegó en 1979 cuando Triana se consagró definitivamente con “Sombra y Luz”. Ese mismo año se vendieron todos los discos que quedaban de la primera edición de "El Patio", siendo reeditado en 1984 de la mano de Fonomusic.
Buen fide a tod@s, y en especial a @RockologiaTwit que me animó a hacer la entrada de esta joya. Sed felices.
Gracias por la parte que me toca. Creo que hace falta reivindicar a esta gente. No soy muy fan de lo que llaman (o llamaron) rock andaluz pero Triana me chifla, sobre todo canciones como En el lago o Abre la puerta.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo en reivindicar a este trío. Creo que se merecen cada uno (por separado) una calle en Sevilla. Lo mismo la tienen... Y si no pues, ya tienen una barrio ;D
EliminarEn 2010 el Ayuntamiento de Sevilla concedió a Triana la Medalla de la Ciudad. Os dejo el vídeo de la entrega del premio a Eduardo: http://www.youtube.com/watch?v=Mh9Gy9742oE
EliminarSin duda un disco de culto del rock español.
ResponderEliminarPor mi edad (soy un chaval un poco mayor) he tenido la suerte de ver a Triana en directo, en diferentes escenarios, cuatro o cinco veces y recuerdo que me gustaban más en directo que en disco, aunque esto podía ser debido a lo "contentos" que nos poníamos y a la "atmósfera" que se creaba entre el público, pero aparte de nuestros aditivos sonaban muy bien.
La última vez que los vi en directo ya todo había cambiado, estaban en la cresta de la ola, era una actuación gratuita y el público era de lo más variopinto... lo típico en conciertos de fiestas mayores. Poco después ocurría el desgraciado accidente de Jesús de la Rosa.
Imprescindibles.
Suerte tuviste de verlos en directo, a mi me hubiera gustado. Por cierto, Si se puede huir de conciertos gratuitos, que, por otra parte, me he chupado no se cuentos, mejor. Suelen tener mal sonido, mogollón de gente que pasaba por ahí ... Pero siempre hay excepciones y algunos han sido apoteósicos.
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