Amigos del vinilo, hoy os presento a Stryper y su Soldiers under command, un discazo con sonido e imagen típicamente eighties que ya tiene veintisiete añitos a sus espaldas. Cierto es que –aún vendiendo más de un millón de copias- no obtuvo el éxito de su sucesor, pero este me gusta mucho más en conjunto y además es su álbum de debut –si no contamos su EP de presentación- con el mago Michael Wagener en los controles de producción, algo que indudablemente se nota. El grupo californiano estaba formado por los hermanos Michael y Robert Sweet –voz y guitarra y batería respectivamente-, Oz Fox a la guitarra solista y Tim Gaines al bajo, tenían una imagen edulcorada a fuerza de tinte y laca y –glups- hablaban de Dios y el amor universal en sus letras, definiendo su estilo como metal cristiano. Sí amigos, soldados bajo el mando del Señor, vamos, unos guerrilleros de Cristo Rey del metal. Y seguramente pensaréis ¿en los 80 se podía ser seguidor de W.A.S.P. a la vez que de Stryper? La respuesta es clara: sí, y tanto. La diferencia entre las diferentes bandas que escuchábamos –además del estilo propio de cada una y sus valores instrumentistas- era la imagen que llevaban. Sin embargo, todos hacían lo mismo: hard rock, heavy metal, heavy rock... ¡música que nos encantaba! Y de la misma manera que uno podía disfrutar con Blackie pero no salía a la calle a violar tías buenas y beber su sangre, también podía escuchar a Stryper sin sentir la necesidad de ingresar en el seminario. De hecho sólo hay que ver la portada. Mucho amor y mucho cristianismo, pero dan más miedo que Ted Nugent en una reunión de espaldas mojadas. Claro que defender la fe por las armas es un concepto muy norteamericano (extremista). Pero es que estos tipos dan miedo: pistolas, ametralladoras, misiles... ¡pero si salen más armados que Rambo en las rebajas del Gun-Mart!
Total, que entre temas de hard rock con una melodiosa y potente voz –algo chillona en ocasiones, es verdad- la banda y el mencionado Wagener parieron un álbum que quedaba muy resultón y suponía la presentación a nivel masivo de Stryper. Entre todas las canciones destacaban –en mi humilde opinión- The Rock That Makes Me Roll, (Waiting For) A Love That's Real, Soldiers Under Command, Surrender, Makes Me Wanna Sing y el último tema. Sí amigos, porque el colofón a este vinilo lo ponía una versión guitarrera de The Battle Hymn of the Republic, una marcha que desde la Guerra Civil se considera el súmmum de las canciones patrióticas norteamericanas de tal manera que se usa tanto por Demócratas como por Republicanos en sus actos públicos, algo que –sumado a las numerosas referencias bíblicas del texto- resultaba perfecta para ser versioneada por los chicos buenos del condado de Orange. A mi me gustaba ponerla al final de las recopilaciones –en cintas cromo de 90 minutos- que me pedían los colegas.
Luego llegó el To hell with the devil –disco de platino, poca broma- y en el 88 el In God we trust, disco de oro como el Soldiers y el último que me compré del grupo –en formato picture disc, eso sí- antes de que abandonasen su imagen glam cristiana disfrazados de abejas e intentasen parecer chicos malos (hasta se dejaron barba y todo). Patético.
Adjunto el song list y –por este orden- los temas Soldiers Under Command –que da título al álbum-, (Waiting For) A Love That's Real, Surrender –extraído de su Live in Japan- y, cómo no, el Battle hymn of the Republic.
A
Soldiers Under Command
Makes Me Wanna Sing
Together Forever
First Love
The Rock That Makes Me Roll
B
Reach Out
(Waiting For) A Love That's Real
Together as One
Surrender
Battle Hymn of the Republic
Feliz viernes.
@KingPiltrafilla
Yo hice el viaje de otro modo: comencé con el To hell with the devil, que quemé, y después me compré la casete de Soldiers under command (¡y The yellow and black attack también!). En otra entrada pondré el vinilo de In God we trust para darles un merecido homenaje a estos "siervos" roqueros de Cristo.
ResponderEliminarKing es un lujo leer tus entradas cada viernes.
ResponderEliminarYo al principio tenía reticencias con eso del rock cristiano, pero me enganche a Stryper (mi viaje comenzó ;))con la versión LP del 86 de The Yellow and Black Attack, que se publicó con dos canciones adicionales al EP: "Reason for the Season" y una nueva versión "My Love I'll Always Show". Igual que me enganché me desenganché ... de los cardados, pero eso es otra historia. Un abrazo amigo.
mmmm rock cristiano, no me va nada. Para mi utilizar el heavy metal como difusión del cristianismo siendo este primero de origen satanista, pagano y contracultural no se yo.. Creo que se equivocan de sitio para predicar xDD otra cosa es que trate la temática bíblica sin posicionarse o hacer apología de ello.
ResponderEliminarademás que tanto por el nombre de la banda como por la portada parece más bien una ironía no?? Parece más bien una crítica.
EliminarBueno el nombre hace referencia al Isaías 53:5 (que también está escrito en el logo) así que no confundir con otras palabras...
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