¿Sorprendidos, eh?, pues resulta que en 1992, cuando en Barcelona se celebraban los Juegos Olímpicos, este antisocial decidió irse bien lejos y se metió en un viaje organizado por Japón. Me gustó tanto el país que al año siguiente me marché solo, acompañado únicamente por un cartón de Marlboro –sí, entonces fumaba- un walkman y varias cintas de hard ‘n heavy. La obsesión por el país del sol naciente era tal que me apunté en un curso de japonés impartido por la universidad –estuve dos años con los kanji, el hiragana y el katakana- y me dio por empaparme de cualquier cosa de la cultura japonesa que caía en mis manos. Consumía novelas ambientadas en Japón, comics japoneses, música japonesa... y es ahí en donde el que por entonces era el contable de la empresa me regaló este vinilo titulado Natsumero Kyôen (Banquete natsumero) editado por Columbia Records Japan.
El natsumero es un tipo de canción popular melódica y nostálgica, muy casposa y relacionada actualmente con bodas y banquetes, sobre todo al final, cuando la mayoría de la gente está borracha y le entra el sopor y la lágrima fácil. El nombre deriva de verano (natsu) y la abreviación de melodía (mero) ya que el género evoca las tardes veraniegas dedicadas al esparcimiento. Las dos estrellas del género que aparecen en este álbum son Misora Hibari y Miyako Harumi –al tipo no le he podido identificar porque en su nombre no aparecen caracteres hiragana-, y la canción que más me gusta del disco –aunque no sirva para hacer los cuernos con los dedos- es Shina no yoru cantada por Miyako. Sin embargo, el clip que os adjunto es de una grabación anterior del mismo tema a cargo de Hamako Watanabe. Veréis como... ejem, os emociona. El resto de temas son infumables. Eso sí, me juego mis comics de Akira a que este vinilo no lo tenéis vosotros.
Feliz viernes.
@KingPiltrafilla
Desearía desde aquí promocionar a @KingPiltrafilla como bloguero y vinilero del año.
ResponderEliminarDesde luego, con este vinilo nos ha dejado a todos a la altura del betún.
Tanto rock y tanta zarandaja. Venga, hombre, esto del natsumero sí que es la caña.
Por cierto, si queréis oir más temas de estos, sólo hay que ver los dibujos del Shin-chan en la tele. Cuando el padre se va de fiesta y empina el codo, acaba en un karaoke cantando cosas de estas. Y en 'Humor Amarillo' también salían.
Un vinilo incomparable e inconmesurable donde los haya.
Ja ja ja ja, ¡no me abrume usted que me sonrojo!
ResponderEliminarLa verdad es que tener -y haber escuchado varias veces- este infum... curioso vinilo es bastante de frikis, pero no sé no sé, tener el stars on 45 tampoco es moco de pavo. No soy el único rarito de por aquí, je je je.
Gracias por su ironía -perdón-, sinceridad, y un abrazo. A ver si el próximo viernes regreso a zarandajas rockeras. ;))
Lo dicho, mejorar esto (y el Stars On 45) va a ser harto difícil, y no me veo en la tesitura de hacerlo.
ResponderEliminarTendré que rebuscar muy mucho entre mis plásticos, aunque creo que seguiré con algo de rock, para no desvirtuar la idea inicial del blog, aunque se agradecen estas entradas de vez en cuando.
¡Larga vida al natsumero!
Ostras, cuando leí la entrada por primera vez no sabía que pensar jajaja pero ya me confirmate vía twitter que era verídica, parace de cómic ;)
ResponderEliminarPues no creáis aún tengo yo entre ACDC y ZZTop algunos vinilos que con solo verlos me sonrojo y me parto pero que por algo están ahí...
Aunque si, tras el paréntesis veraniego, habrá que volver a la senda del rock.
¡Larga vida al natsumero!