Ir al contenido principal

Dare - Out of the silence (A&M, 1988)


 

Darren Wharton era un mocoso cuando tocó los teclados en el Chinatown de Thin Lizzy, allá por 1980. Acababa de cumplir 18 años. Se mantuvo en la banda los dos siguientes álbumes, Renegade (1981) y Thunder & Lighting (1983) curtiéndose en los escenarios con Scott Gorham, John Sykes, Brian Downey, Snowy White y, por supuesto, Phil Lynott, en cuyo álbum en solitario de 1982 también tocó. Años después del final de Thin Lizzy formó su propia banda, a la que llamó Dare por consejo de Lemmy Kilmister; en algún lugar de Alemania, en medio de la última gira de "los Lizzy" le sugirió el nombre. El grupo sufrió numerosos cambios hasta llegar a este debut de 1988. 

La voz de Darren Wharton y la guitarra de Vinny Burns comandan este álbum sin relleno que juega entre los sonidos AOR de la época, el hard rock melódico y cierto aroma celta en algunos pasajes, con protagonismo absoluto de sintes y teclas en la mezcla final. Junto a ellos, Brian Cox a los teclados (labor que comparte con Wharton), James Rosson en la batería y Shelley al bajo. Producido por Larry Klein, tipo poco habitual del género, y Mike Shipley (Def Leppard, Winger, The Cars, Nickelback), consiguió un acabado sonoro distintivo, bien mezclado, muy melódico, sin caer en el exceso de azúcar, más bien guardando cierta elegancia y misterio.


El álbum comienza con la atmosférica Abandon, de melodía meliflua sobre el teclado, ritmo cortante hasta un puente-estribillo cargado de energía y el primer buen solo de Burns. Into the fire resulta más dulce, con gran protagonismo de los teclados, estribillo sencillo de voces dobladas ("we are walking alone in a dream/on the highway to nowhere"). Gran trabajo vocal en la balada Nohing Is Stronger Than Love con su arrebato goloso de autoafirmación: "brighter than the starse in the sky you are". Las baladas son un punto fuerte del disco, cómo no, y, junto a ésta, la final Don't let go, cercana a unos Journey inspirados, con uno de los mejores teclados del álbum y una parte instrumental en el centro que sabe a poco.

A estas alturas del disco ya tenemos los elementos principales que dan mérito a este Out of the silence: la cálida voz de Darren en arrebatadores lineas, armonías y atmósferas que las adornan, un gran guitarrista del género, camas de teclados y una producción en beneficio del conjunto y el propio Wharton. Añadamos un toque atlántico-celta descarado en The raindance y King of spades, muy en la línea de lo que Thin Lizzy desarrollaron en Black Rose (a rock legend) o Gary Moore en Wild frontier.

Las guitarras toman protagonismo en The heartbreaker, uno de los mejores cortes, donde Burns demuestra lo bueno que es, muy en la línea de lo que años después escucharíamos en Ten. Una de mis favoritas, Runaway, también viene cargada de potencia en las guitarras, optimista melodía, estupenda letra, con un rollo Bryan Adams en los coros: "you are running away/you don't know where you are running to". Con las mismas influencias, aunque en este caso más suaves, tenemos Under the sun, inspirado riff de la guitarra y el mejor solo del disco, y Return the heart, sentido, denso, genial combinación de teclado, voz y guitarra.

La parte visual, además, está muy cuidada y en clara inspiración con la música. Diseño de Platform con fotos de Russel Young, el interior de intenso rojo con las letras en negro y el nombre de la banda en grande por el envés. Portada y fotos con cierto misterio y romanticismo, en blanco y negro, con lago y montañas peladas. Cierto aire U2 observo. La edición que traigo es la original de época publicada por A&M Records en Europa.

Una joya (semi)oculta del género melódico, primero de una brillante trayectoria de sus dos máximos responsables, Darren Wharton y Binny Burns. Siéntate con una buena cerveza, pon los pies en alto y dale al play...





John Sykes, Darren Wharton y el otro no sé quién es.








Comentarios

  1. Qué cabrón. Me haces retraerme a cuando era joven y compraba cassettes. Este lo compre de super oferta en el corte inglés. Y como todas, la perdí o tiré. En fin, a recordar cuando tenía el pelo largo y rizado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Qué bien! Tocar la fibra también es parte de compartir en este blog. Nada, dale al rewind y escucha el casé. O el cedé o lo que tengas a mano. Saludazo.

      Eliminar
  2. Vaya, otro que recupera entradas para reciclar. Estáis de un vago subido jajajajaja. Este es un buen álbum de hard melódico, aunque no lo situo entre los imprescindibles del género. Muy ameno y agradable de escuchar, me encanta Into the fire aunque el resto me parece bastante uniforme. Muy bien observada esa pátina adamsiana en los estribillos de Runaway, que también encuentro en Raindance en mayor medida que ese toque celta que le aprecias. De hecho, ese sonido Adams se encuentra por todo el disco a causa de la producción de Mike Shipley, nexo de unión en A&M Records entre el canadiense y el teclista británico. En mi opinión, un disco aceptable pero sin mucho que aportar. Feliz fin de semana, amigo.

    ResponderEliminar
  3. Que conste, señoría. Yo no reciclo, reutilizo, que en tiempos de crisis es lo mejor para mantener el tipo por aquí. El disco ¿imprescindible? No sabría clasificarlo así, pero es un disco excelente, muy bien hecho de principio a fin y, además, muy meditado. El resultado, ya es cuestión de gustos. Abazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...