Ir al contenido principal

DRAGON – Dragon (1990 – Ondas Divididas)





Hoy toca otra entrada corta, como la vida de la banda que la protagoniza, pero interesante. Un vinilo raro de cojones y muy difícil de encontrar.

DRAGON fue un efímero proyecto cocinado en 1988 y quemado en Zaragoza en 1990. Desconozco si la banda siempre estuvo formada o no por el reparto que grabó el vinilo que para tal acontecimiento fueron, Enedino Pinilla (cantante), Francisco Ereza (bajo), Carlos Rivera (teclados), Francisco Jaraba (guitarra) y Luis Gracia (batería).

Tras dos maquetas, poco antes de desaparecer, graba en los estudios de Carlos Frisas de la capital aragonesa su primer y único registro musical comercializado. Se trata de un maxi single (45 rpm) de título homónimo con dos temas “Música” y  “Juegos de amor”. Su producción corrió a cargo de la propia banda y del citado Carlos Frisas que también ejercía como mánager y publicado a través de Ondas Divididas Record’s.






El CV de la banda, una participación en el afamado concurso de rock “Villa de Bilbao” y varios conciertos por tierras aragonesas y por el norte de la peninsular.

Los temas, hard rock melódico previsible de agradable escucha, fácil ejecución y con un par de riffs y estribillos pegadizos. De lo mejor, la portada, que bien podría haber sido hoy en día el emblema identificativo de una de las Casas de Juego de Tronos.

Banda y disco de vida y duración escasa para ser tenidos en cuenta, pero que tienen todo el derecho del mundo de ser recordados, y aquí dejamos constancia de ambos.

Buen fin de semana peña. Sed felices, es una orden.












Comentarios

  1. Pues lo que es entrar, entran muy bien. Con una buena producción y más tiempo en un buen estudio -es decir, con más pasta y contactos... y siendo de Los Angeles en lugar de maños- quizás hubiesen tenido más recorrido.
    Eso sí, la portada es un truño jajajaja
    Un abrazo, maestro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya pero ese azul cobalto mola jaja Saludos King

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.