Ir al contenido principal

Michael Schenker Group - Assault attack (1982)


Amigos, el primer disco que compré del Michael Schenker Group fue su estupendo Built to destroy –reseñado aquí– y me empapé tanto de él que, cuando eché la vista atrás para recuperar sus primeros álbumes y me encontré con el estupendo The Michael Schenker Group y esa joya titulada simplemente MSG que había llamado mi atención tiempo atrás sobre el alemán, no pude hacer otra cosa que asociar subconscientemente la Gibson de Michael con la inconfundible voz de Gary Barden. Por eso, cuando llegó el momento de adquirir este Assault attack, me daba como un nosequé el ver en la contraportada a un Graham Bonnet al que por entonces sólo conocía de su paso por Rainbow. Y ya no os digo nada cuando escuché los temas del álbum. 

Y es que, después de grabar el –como os he dicho antes– maravilloso MSG y participar en su gira de presentación que daría como fruto el One night at Budokan, Paul Raymond y Cozy Powell abandonaron el grupo junto con un contrariado Barden que cayó víctima de una pelea entre Michael y su manager, el mítico Peter Mensch. Así pues, junto al rubio de la flying V y el escocés Chris Glen al bajo como únicos supervivientes de la banda, se sumaron al proyecto el batería de sesión Ted McKenna y el mercenario Tommy Eyre, ambos integrantes de la banda de Greg Lake –en la misma discográfica que el Michael Schenker Group–, quienes entre el primer álbum homónimo de este y su Manoeuvres del 83, tuvieron tiempo de aportar su granito de arena en este disco. Completaba el cuarteto el mencionado Graham Bonnet, antes de decidirse por formar Alcatrazz

Así, producido para Chrysalis por Martin Birch entre el The number of the beast y el Piece of mind en los estudios del Château d’Hérouville, en la Val d’Oise, este álbum con impactante portada de Fin Costello constó del siguiente track list

A 
Assault attack 
Rock you to the ground 
Dancer 
Samurai 

B 
Desert song 
Broken promises 
Searching for a reason 
Ulcer 


Assault attack es la primera canción del vinilo, enérgica, potente y la única en la que –excepto Eyre- se acreditan como compositores todos los miembros de la banda, aunque ya sabemos que a veces esas cosas no eran del todo ciertas. Un trabajo de guitarras impresionante y las voces de Graham que, al menos en estudio, supusieron una evolución respecto a las de Gary. Pese a todo, será por romanticismo pero para mi la voz de MSG es Barden. Rock you to the ground baja la velocidad y nos conduce hasta un rock and roll clásico, con una presencia del bajo –bastante protagonista en todo el álbum– más que destacable. Y qué decir de las estupendas guitarras. Definitivamente, poco hay que comentar de este disco en el que los intérpretes tenían una solvencia fuera de duda, el aire fresco que insuflaba Bonnet resultaba de lo mas positivo y un Schenker en estado de gracia creaba unos riffs, melodías y solos extremadamente fantásticos. Estamos en la segunda canción y sólo por ella ya se convierte este Assault attack en imprescindible para todo amante del hard rock de los 80. Imaginad el nivel. La siguiente es Dancer, acaso la más pop del disco. En esta, la Gibson de Schenker suena a UFO a cada momento. Y se cierra la cara A con Samurai, otro estupendo tema en el que Bonnet se dobla las voces con esas melodías tirando a arábigas que tanto le gustaban y que volvió a usar en Alcatrazz. De Schenker no hace falta ni hablar. Como he dicho antes, estaba tocado con la mano de Dios, amigos. El inicio de la cara B es inconfundible, con ese bajo sirviendo de base a la guitarra de Michael, dando comienzo a ese temazo –¿cuál no lo es en este álbum?– titulado Desert song, que se convirtió en mi favorito desde la primera escucha. Broken promises es preciosa –ademas de la más extensa del disco– y en Searching for a reason volvemos a encontrar un tema hard rockero clásico que invita a mover la cabeza siguiendo el ritmo. Cierra este fabuloso e imprescindible álbum la instrumental de rigor, una rapidita Ulcer en la que Michael se luce con el apoyo de Ted y Chris

En resumen, que si no tienes este vinilo no puedes entrar en el cielo de los metalheads ochenteros. Es así. Y como no podía ser de otra manera, acompaño el disco enterito para vuestro disfrute. 


¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Hoy está esto lleno de clásicos. Tremendo álbum. Yo también soy de Barden. Una pena, de todos modos, que el rubio y Bonnet no se entendieran. Quizá nos hubieran regalado algún otro pelotazo. El único pero que le pongo al disco es la producción de Birch, demasiado cercana a lo que estaba cociendo con Maiden. Pero las canciones, como cuentas, son de lo mejor de Schenker. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Un tremendo disco de un excelso guitarrista que en el escenario es una auténtica bestia, grande el maestro Michael Schenker me gusto mucho el disco del año pasado titulado "Spirit On A Mission". Saludos King.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Power Trip - Nightmare Logic (2017)

  El disco de esta semana es uno de mis favoritos de los últimos años. No es un género que actualmente escuche demasiado pero sí que me gusta reescuchar los mejores trabajos que se han sacado en el mismo. Es por ello por lo que desde hace tiempo estaba pendiente de incorporar a mi colección. Power Trip no se anda con rodeos. Nightmare Logic es una descarga de thrash moderno con actitud hardcore, que toma las raíces del género y las machaca con rabia y contundencia. Ocho temas, poco más de media hora, y ni un momento de tregua.                                                   La fórmula es simple, pero funciona como un mazo: riffs afilados, ritmos implacables y una producción que potencia el golpe sin necesidad de embellecerlo. "Executioner's Tax (Swing of the Axe)" se ha convertido en un himno por méritos propios: groove pegajoso, mensaje directo y una ej...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Magnum - The eleventh hour (Jet Records, 1983)

Todas las bandas alcanzan en algún momento un “punto final”: si sobreviven a esa crisis el futuro del grupo está asegurado; de lo contrario, ¡adiós, amigos! En el caso de Magnum , este es el álbum que cambió la historia de la banda, el que pudo haber sido el final y se convirtió en la puerta al futuro.   Porque, cuando los muchachos estuvieron listos para grabar el que sería su cuarto disco de estudio, se encontraron con un “pequeño” contratiempo: la compañía (Jet Records) se negó a poner dinero para un productor o un estudio decente. Y, eso, teniendo en cuenta que su anterior Chase the dragon había alcanzado un decente puesto 17 en las listas de ventas británicas. Tony Clarkin se vio en la obligación de encargarse de la parte técnica por primera vez (en el futuro lo haría numerosas veces) y en unos estudios que, según sus palabras, “tenían un nivel tecnológico de 1930”. Bob Catley hizo de ayudante de producción y Dave Garland de ingeniero. "¡Vamos a hacer una tortilla de pat...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...