Ir al contenido principal

Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán - "Señora Azul" (1974)


Tras la fugaz experiencia que para Jose Mª Guzmán y Rodrigo García supuso el grupo Solera que compartieron con los hermanos Martín, y que produjo un solo disco de título homónimo que ya fue comentado aquí, ambos artistas decidieron, una vez roto el mencionado proyecto sin ser bendecido con el éxito, unir sus fuerzas a otros dos consolidados músicos como eran el ex batería de Módulos Juan Robles Cánovas y el antiguo guitarrista y cantante de Los Iberos Adolfo Rodriguez.
El nombre de la banda se le ocurrió a Jose Mª Guzmán con el propósito de que cada uno de los miembros pudiese conservar su autonomía y personalidad propia.


Poco tardan en grabar para Hispavox su primer trabajo, este vinilo que bajo la excepcional producción del gran Rafael Trabucchelli comentamos hoy, y que fue bautizado con el nombre del que a la postre sería el tema más famoso del grupo: "Señora Azul".
Basando la acción musical de la formación en un folk de esencia hispana con claro protagonismo de las armonías vocales, unas perfectas construcciones melódicas y letras agudas, ingeniosas y poéticas, todo ello ensamblado por el fino y en ocasiones aparatoso trabajo en la producción de Trabucchelli, el resultado es una maravilla que no puede evitar la comparación (como ya ocurría con Solera) con bandas folk américanas en la onda de CSNY, a los que poco tienen que envidiar al menos en el presente catálogo.


Sorprende el psicodélico uso de sintetizadores para el tema compuesto por Rodrigo y Cánovas que da inicio al disco, la excelente "Carrusel", a la que sigue la excepcional y maravillosamente orquestada: "Solo pienso en ti", en la que el autor: Rodrigo, canta con entregado tono y redondea con las líricas notas de su piano, un gran texto y un gran tema.
Jose Mº Guzmán compone y canta con su hermoso instrumento el folk-pop de encendido estribillo "El Río".



El vodevil llega a este disco con la divertida historia del huraño "Don Samuel Jazmín", estupendos coros y extraordinaria interpretación principal de Adolfo quien la compone junto a Rodrigo.
"Si pudieras ver" es un tema precioso articulado por un piano y un quejido de violín que es cantada con pasión y bella voz de prominentes agudos por Adolfo.



La cara A es cerrada por el folk acústico y de apropiados arreglos que canta y compone Rodrigo titulada "Nuestro problema".
El pop "Buscando una solución", con esencia de calipso y obra de Guzmán abre la cara B con ritmo y swing; el mismo componente deja el enraizado folk de inevitable poso costa oeste de imponente trabajo coral llamado: "Supremo director".
Valiente texto sobre dos lesbianas adhiere Rodrigo a una hermosa melodía para "María y Amaranta", y rubrica una crítica a la vida burguesa en el country: "El vividor", de encendida armónica.
Finaliza este enorme Lp con la célebre y maravillosa "Señora azul", texto que aún no esta claro si es una crítica a la nefasta institución franquista de la censura o como en su día dijo la banda (y que remedio) a la crítica...escuchémosla una vez más.



Mítico disco que como es habitual en esta España no es reconocido como debiera, llueve sobre mojado y desgraciadamente no es novedad, los que por aquí acostumbramos a pasear nuestros corazones sabemos ante lo que nos encontramos cuando decidimos pinchar una obra tan sublime como este "Señora Azul" de CRAG.

Comentarios

  1. Pues debo confesar que si tuviera que elegir canciones que me recuerden mi infancia una sería"Señora Azul". Mi madre la cantaba y la escuchaba constantemente. Tenía un recopilatorio casero, en casé, donde abría ese tema y seguía "Solo pienso en ti". Luego iban Sergio y Estíbaliz y ya no sigo que me retrotraigo al pañal. No es de mi gusto este folk, ni el estilo en general, pero este disco sí lo he escuchado alguna vez. Será cuestión de edad, je, je. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay estilos y grupos que no entran, yo creo que es normal, siempre digo que yo a los Pink Floyd no los aguanto ni diez segundos...cosas que pasan.
      Molan esas canciones que te recuerdan ese tipo de cosas, son evocadoras y si las cosas son buenas...
      Salud.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...