Ir al contenido principal

Winger – Can’t get enuff - In the heart of the young (1990)


Amigos, con esta entrada inauguro una serie dedicada a mis singles. En el pasado ya os he comentado mi colección de Sex Pistols así como algunos piratas de Kiss o los de los álbumes en solitario del 78 de Paul Stanley y Gene Simmons. Pero –aunque no tengo más que unos pocos-, quiero hablaros de mis vinilos a 45 rpm antes de seguir seleccionando vinilos entre mi colección de elepés. Para iniciar la tanda se me ha ocurrido hablaros de Winger. Lo fácil hubiese sido comentaros el impresionante Winger –su primer álbum homónimo, cuyo vinilo también tengo-, con temas inolvidables e imprescindibles como Seventeen, Madalaine o Hungry. Pero resulta que ni recuerdo cuándo ni dónde –supongo que en alguna feria del disco- lo que me compré en lugar de su segundo elepé fue este, su primer single del mismo. Me refiero a Can’t get enuff, del In the heart of the young


Para hacer un poco de historia, os hablaré de Kip Winger, el cantante y bajista que dio nombre a su banda. Nacido en Denver, hijo de unos músicos de jazz –de casta le viene al galgo-, su primer éxito le llega como escritor para KIX, lo que le hace entrar en contacto con el productor Beau HillEurope, Ratt, Fiona- y con el guitarrista Reb Beach, que estaba en la banda de esta última. Tras pasar por la banda de Alice Cooper en Constrictor y Raise your fist and yell, Winger decide ponerse al frente de su propia carrera en solitario. En la banda de Alice había coincidido con Kane Roberts –lo que le llevó en 1987 a participar coescribiendo y metiendo líneas de bajo en el primer album en solitario del guitarrista (de ese ya os hablé en su dia)-, pero con quien contacta a la hora de dar forma a su grupo es con su viejo amigo Reb Beach. Winger –el grupo- quedará completado con Rod Morgenstein a la batería y Paul Taylor a los teclados y coros. 


Como anécdota os diré que en la parte inferior derecha de la portada de su primer álbum –un diseño de Dan Hubp que siempre me recordó un poco a la de Hysteria- puede leerse el nombre Sahara, que al parecer es el que Winger quería para la banda antes de que Cooper le hiciese cambiar de opinión. Pero del álbum que os hablaré no es este sino de su continuación, el no menos exitoso In the heart of the young que –con producción de Beau Hill una vez más- Atlantic editó en 1990. Grabado en The enterprise studios, el primer single del álbum fue este Can’t get enuff escrito por Kip y Reb que tenía a In the day we’ll never see en su cara B.

Y tras esto, perdí la pista a la banda.

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Los pongo en la lista King, ni idea de su existencia. Pero suenan muy gusto piltrafilla ;D

    ResponderEliminar
  2. Nuevos para mí también, mucha cultura me falta parece ser...

    ResponderEliminar
  3. Joder primera noticia de estos tipos, me pongo el disco en los cascos que es temprano y la peña esta durmiendo, pero es sábado y toca guerra.
    Saludo.

    ResponderEliminar
  4. Yo no soy mucho de singles, la verdad, siempre me ha dado reparo gastarme la pasta en ellos. Kip Winger comenzó muy bien su andadura en solitario (igual un día de estos traigo el primero) y sacó un par de álbumes obligatorios. El último también promete, aún no le he hincado el diente. Buen recuerdo de todos modos. Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.