La portada no le hacía justicia a las composiciones, aunque sí se correspondía con el tipo de producción
Hasta "The Final Countdown" no creo que fueramos muchos, al menos en este país, los que conocieramos los dos anteriores discos de la banda, "Europe" y "Wings Of Tomorrow". Siempre he dicho que "Wings..." es mi predilecto. No obstante "Countdown" es un gran LP y siempre ha sido injustamente tratado.
Contraportada
Mantengo la teoría de que este disco sería mucho más respetado por el sector "fundamentalista" del Rock, si hubiera sido presentado con menos Glamour y sobre todo hubiera sido producido con la fuerza de cualquiera de los LPs de la nueva etapa de la banda. Claro, que entonces no hubiera alcanzado las cotas de popularidad que obtuvo.
Interior (1/2)
¿El precio a pagar?. Explotar hasta extremos insospechables tres temas que, bajo mi punto de vista, para nada son los mejores del disco. En perjuicio, canciones impresionantes quedaron relegadas definitivamente a un segundo plano. En cuanto a la voz de Joey Tempest, se notó un gran salto cualitativo en comparación a sus dos anteriores trabajos. Pero si hay un músico a destacar de esta grabación, ese es John Norum: sin duda en "Countdown" tenemos la vertiente más melódica del guitarrista.
Interior (2/2)
En definitiva, un gran LP con grandes composiciones, venido a menos por una producción demasiado "light" (la mayoría de los temas demanda más dureza, e incluso aparecen varios cortes con las típicas "cabalgadas" tipo Maiden), y demasiado degastado por el mainstream de la época. El hecho de que Norum abandonara en todo el apogeo del éxito fue, en gran parte, por todo ésto.
Evolución del single "The Final Countdown" Aquí podemos ver claramente la evolución del sonido de Europe. Si pensamos en todo el álbum con el sonido de 2011, otro gallo hubiera cantado. Para mejor o peor, no sabemos...
Año 1986 (Versión de estudio)
Año 2004 (Directo en el Hammersmith de Londres)
Año 2011 (Directo en el Shepherd's Bush de Londres)
Europe es una banda infravalorada por, como tú dices, los fundamentalistas del rock. La crítica siempre les ha dado de lado. Aunque el sonido del álbum a veces deja fofas algunas canciones, a mí me encanta. Buena entrada.
Más que la crítica, en mis tiempos los que nos considerábamos auténticos jebis les dimos hasta en el carnet de identidad. Sin embargo ahora no hay nadie de aquella época, por muy fan de Anthrax o Testament que sea, que no salte como un loco escuchando el The Final Countdown. Quizás las producciones y su estilismo les decantaba en demasía hacia una dirección edulcorada que no les hacía justicia, pero eran -son- unos músicos como la copa de un pino.
En la sala Canciller de Madrid, centro neurálgico del jebi madrileño en los ochenta, la gente se volvía loca con los primeros acordes del The final countdown... hasta que salió en los programas pop y se hizo famosa. Entonces era de moñas y si te gustaba te caía por traidor.
Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...
Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras. Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...
Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...
¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...
Europe es una banda infravalorada por, como tú dices, los fundamentalistas del rock. La crítica siempre les ha dado de lado. Aunque el sonido del álbum a veces deja fofas algunas canciones, a mí me encanta. Buena entrada.
ResponderEliminarGracias Rockología !! ;)
EliminarMás que la crítica, en mis tiempos los que nos considerábamos auténticos jebis les dimos hasta en el carnet de identidad. Sin embargo ahora no hay nadie de aquella época, por muy fan de Anthrax o Testament que sea, que no salte como un loco escuchando el The Final Countdown. Quizás las producciones y su estilismo les decantaba en demasía hacia una dirección edulcorada que no les hacía justicia, pero eran -son- unos músicos como la copa de un pino.
ResponderEliminar100% de acuerdo, King
EliminarEn la sala Canciller de Madrid, centro neurálgico del jebi madrileño en los ochenta, la gente se volvía loca con los primeros acordes del The final countdown... hasta que salió en los programas pop y se hizo famosa. Entonces era de moñas y si te gustaba te caía por traidor.
EliminarJajajajaja! Totalmente cierto! Recuerdo perfectamente aquello :)
Eliminar