Ir al contenido principal

Extremoduro - La Ley Innata (Warner Music, 2008)

 




Hoy tenía preparada otra entrada correspondiente a esos discos que me marcaron al inicio de este siglo XXI. Pero con las pérdidas en el mundo del rock patrio que hemos tenido esta semana, todo ha volado por los aires. Ya sabéis que, si puedo y tengo disco, ante el fallecimiento de algún reconocido artista, hago un pequeño homenaje en nuestro blog (Richard Davies, Tina Turner, Olivia Newton-John, Quincy Jones, RobertaFlack). Esta semana, a falta de uno, dos maravillosos músicos han marchado hacia la inmortalidad. Sólo tengo vinilo del grupo de uno de ellos, que no tenía pensado traer por aquí porque ya han aparecido varios trabajos suyos. Pero mira, también podría entrar en discos del dos mil y pico que me han golpeado de una u otra manera. Jorge, siento no tener un plástico tuyo del que hablar, así que hablaré de La Ley Innata de los Extremoduro de Robe Iniesta. Pero el homenaje va también por ti, claro que sí. En común tenéis que os vi a los dos en sendos directos con mi amigo José Ángel. Este domingo pasado disfrutamos juntos en La Riviera de Javier “La Frontera” Andreu y Johnny “Burning” Cifuentes: por favor, chicos, cuidados mucho mucho.

Al igual que mi colega José Ángel dice de mi que soy del Madrid pero que no soy madridista, puedo decir que no soy un verdadero seguidor de Extremoduro: me gustaban canciones sueltas y sólo empecé a hacer caso a discos completos con este Ley Innata y con Material Defectuoso. Y ya luego, con Robe en solitario. Por tanto, los puristas podrán decirme que no soy un fan de Extremo. Y tienen razón. Pero he disfrutado y disfrutaré con su música y la de su líder, muchas veces, en muchos garitos y en muchos viajes en coche.



Y en esos viajes, la canción que más ha sonado de este disco, sin lugar a duda es con la que se abre la cara A, “Dulce introducción al caos”, que luce a modo de una obertura, con ese aire sinfónico o, mejor dicho, clásico, con ese arpegio guitarrero. A veces me parece que estoy escuchando la típica versión de la quinta sinfonía de Beethoven tocada a la guitarra eléctrica, salvando las distancias. Es que no se me ocurre otra forma de explicar la sensación del rasgueo límpido de cuerdas del Iñaki. Quizás algo tiene que ver que el solo de guitarra es la melodía principal del conocido coral del barroco Jesus bleibet meine Freude del compositor alemán Johann Sebastian Bach. De todas formas, no es por casualidad: desde el título de las canciones y estructura del disco, Robe y los suyos nos quieren hacer pensar en una obra de música clásica. Como anécdota, cuando mucho más adelante ha sonado algún disco de Robe en solitario, al principio mi chica me decía que le sonaba a este tema. Y no iba muy desencaminada, creo yo porque la etapa en solitario de Robe no es más que una extensión de este disco. Volvemos al tema que, al final, se endurece con una sección rítmica más pesada y un solo de guitarra bastante menos delicado. ¿De qué habla la letra? ¿De rutina? ¿De caos? ¿De ruptura? Ahí que cada cual escoja. “Primer movimiento: El sueño” tiene pasajes que me trasladan a melodías de Pink Floyd, pero unos Pink Floyd con más mala leche, aunque al final nos mete oboe, flautas…aunque quizás eso pertenezca al “Segundo movimiento: lo de fuera” pero la tensión e intensidad posterior me deja con la incógnita de pertenencia a una u otra. Uoho ataca en este caso con más distorsión sus partes de guitarra, sobre todo al final. A estas alturas ya tenemos que habernos dado cuenta que estamos ante lo que antes llamábamos disco conceptual, una ópera rock o similar: en realidad tenemos una sola canción dividida en partes, esos “movimientos”. Unos lo entenderán como una historia de amor/desamor. Otros pueden pensar que habla de la inspiración/no inspiración del artista…Es lo bueno de la música, que quede abierto a lo que cada uno necesite. La cara B comienza, quizás, con la canción más Extremoduro del disco, “Tercer movimiento: lo de dentro”, con un aire muy metalero, más directo, más furibundo, más desesperado. Luego parece que entramos en la luz y esperanza del “Cuarto movimiento: la realidad”, con unas guitarras más amables y limpias y una voz más templada y un solo final más luminoso y alegre. Y para terminar, parece que “Coda flamenca: otra realidad” se desmarca de los 5 cortes anteriores. Personalmente siempre me cuesta conectar con el rock aflamencado: debo ser de los pocos que no disfrutan de un disco completo de los modernos Motoreta… de los menos modernos Medina Azahara o de los intocables Triana, por no mencionar el Omega de los Lagartija Nick. Que eso no quiera decir que tengan canciones que me flipen, ojo. Pero bueno, resulta que un poco pasado el ecuador de esta “Coda”, se retoma el guitarreo Extremoduro y nos reenganchamos al inicio del disco, metiendo letras de “Dulce introducción del caos” y la misma melodía, aunque más cañera. Cerramos el círculo, aunque justo al final Robe se marca un dueto flamenquil con su perro muy irreverente para los amantes del cante jondo. Mi perra Lula también era capaz de entonar así cuando la provocaba.



Cuando salió este trabajo, me flipó bastante. Hasta que en el 2011 publicaron Material defectuoso, que conectó mucho más conmigo, con las típicas estructuras de canciones independientes. Y abandoné casi por completo este LP, excepto esa “Dulce introducción al caos”. Pero hace un par de años o así, tras ver a Robe presentar en vivo su Mayéutica, volví a esta peculiar opera rock, la aprecié con nuevos/viejos oídos, y terminé comprando una edición en vinilo en una tienda en la que suelo pillar viejos discos a precios de derribo cuando hacen una especie de feria: como me sentía mal de llevarme 10 Lps por 20 euros, pues me llevé este por otros 20 euros. En fin, blandos que somos los melómanos. Pero, a pesar de todo, debo reconocer que me cuesta conectar con el disco entero, tengo que buscar un momento de asueto total, relajado y receptivo porque demanda toda mi atención.

Vale, ahora vamos a los datos más técnicos. En este disco, Extremoduro eran, además de Robe Iniesta en voces y guitarras, Iñaki Uoho Antón, liberado del todo de sus Platero y , en la guitarra principal, piano y órgano, Miguel Colino al bajo y Jose Ignacio Cantera a la batería. Muchos otros músicos colaboran, entre los que destacan el violinista Ara Malakian y el percusionista Gino Pavone. También me gustaría señalar que los coros de “Dulce introducción al caos” son de la cantante Gastelo y también aparece la voz de Sara Iñiguez (de Rubia) a los coros en todo el disco. La producción, grabación y mezcla corrieron a cargo de Iñaki Uoho Antón, en el estudio, La casa de Iñaqui. Todas las letras son de Robe y la música de Robe e Iñaki. La portada reproduce una cita atribuida a Cicerón sobre el dibujo del hombre de Vitruvio de Leonardo: “Existe, de hecho, jueces, una ley no escrita, sino innata, la cual no hemos aprendido, heredado ni leído, sino que de la misma naturaleza la hemos tomado, exprimido, apurado; es una ley para la que no hemos sido educados, sino hechos, y en la que no hemos sido instruidos, sino empapados.

El disco se publicó el 8 de septiembre de 2008 y fue el primer número uno del grupo extremeño, por encima de Metallica en la lista de ventas. Y fue su noveno álbum. Por cierto, mi edición es del año 2024. En el año 2008 salió a la venta una caja especial para coleccionistas con el vinilo, el cd y una camiseta, no se vendía por separado. Hubo otra reedición en el 2014.

Quizás me ha quedado un entrada un poco coja para hablar de uno de los discos mejor valorados de nuestro rock o de uno de los artistas modernos más importantes. Pero bueno, lo importante es la intención.

Jorge, Robe, no la liéis demasiado allí donde estéis...Bueno, que cojones, liadla, hostia. Y los demás, a ser medianamete felices, joder.

 


Comentarios

  1. Bravo, siempre atento a honrar la memoria de los músicos ilustres que desaparecen. Vaya mierda de semana. Lo de Jorge Martínez me ha afectado mas de lo que pensaba. Uno de mis artistas favoritos de siempre. Todavía lo estoy asimilando. Sé que muchos por aquí entendéis como me siento. Y tenia ya en la lista de mis próximos discos uno de Ilegales, pero no he tenido fuerzas para hacerlo hoy. Os prometo que en cuanto pueda lo haré, como estaba previsto. Pero tiene que pasar algún tiempo todavía. No soy fan de Robe ni de Extremoduro, lo reconozco, pero evidentemente es uno de los músicos de rock mas importantes de las ultimas décadas en España, eso no tiene discusión. Creo que el único disco de ellos que disfruté en su momento (y que me sigue gustando) es "La pedrá". Recuerdo haberlos visto en directo en aquella gira. Sin embargo, si he escuchado mucho a Extremoduro y a Robe gracias a mi chica (ella si que es fan, bueno, mas de Extremoduro que de Robe en solitario). De este disco solo he escuchado “Dulce introducción al caos”. El vinilo lo tengo por casa, pero nunca me ha dado por escucharlo entero. Lo haré, lo prometo, pero no este fin de semana. Aun estoy asimilando el golpe. Y no creo en absoluto que la entrada haya quedado coja. Al revés, me ha parecido muy sincera, y eso ya merece mis respetos. Un saludo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...