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Mostrando las entradas etiquetadas como Kronikles

Bryan Adams - Reckless (A&M Records, 1984)

"Everywhere I go kids wanna rock". Cantaban los Rodríguez en aquella maravillosa canción que diez años después quién puede volver atrás. Si un par de lustros provocaban semejante efecto, una vez que nos hemos puesto cómodos en el DeLorean la sensación de vértigo al comprobar la fecha del viaje se cuenta sola. ¿Cuarenta años del Reckless? Mi padre no se lo puede creer. En ese momento entra en escena mi madre, que después de una pausa dramática le recuerda que el verano del 69 no fue precisamente ayer. En fin, señoría, este es mi LP favorito del canadiense porque soy así de poco original, qué le vamos a hacer. Cualquier momento es bueno para hablar de uno de mis discos favoritos, pero es que encima el pasado día cinco cumplieron años precisamente Bryan Adams y el Reckless , que inexplicablemente todavía no habíamos traído por aquí. Bueno, pues por si eso fuera poco el lunes 18 le tendremos tocando en el palacio de los deportes. ¿Alguien da más? Larga vida a los encartes, no

Oasis - Definitely Maybe (Big Brother, 2014)

I'll take my car and drive real far. You're not concerned about the way we are. In my mind my dreams are real, now you're concerned about the way I feel. TONIGHT I'M A ROCK 'N' ROLL STAR.  La criatura   Ayer Definitely Maybe sopló una treintena de velas y mañana saldrán a la venta las entradas más baratas de la historia de la industria musical para las fechas que han anunciado Oasis hasta el momento. Para empezar, el miedo hace acto de presencia sin cita previa cuando te paras a pensar que discos como Sweet Old World, Facelift, Dookie o este mismo que me tiene en estos momentos dando saltos y chillando ya arrastran tres décadas en sus surcos. Dejando el mal gusto de las manecillas del reloj aparte, debo confesar que yo soy uno de esos seres despreciables que llevan una semana dando la turra sin piedad con la vuelta de Oasis, no me escondo. Para mí, que iba a jugar al fútbol con canciones que llevan la firma de Noel Gallagher y las cantaba como si me fuera la vid

Olivia Rodrigo - Guts (2023, Geffen Records)

  Con veinte velas recién sopladas en su último cumpleaños, Olivia Rodrigo tiene ya dos discos en su haber que están entre mis favoritos de lo que he escuchado en los últimos años. Ella no inventa nada, no se dedica a fusionar cincuenta estilos añadiendo un toque personal que recuerda a los Grateful Dead del American Beauty y Workingman’s Dead fusionados con la etapa berlinesa de David Bowie. En Guts, un título que no puede ser más apropiado, Olivia saca toda la mierda que tiene dentro y consigue facturar unas composiciones escritas junto a su productor Dan Nigro que son, como ella cantaba en la canción que abría su primer disco, brutales. Canciones que reconectan con lo mejor de tu adolescencia, en un viaje al más puro estilo Regreso al Futuro, y también con los momentos más jodidos de tus años de instituto. Y ahí radica la magia de su música. Está claro que una cosa es componer mano a mano con alguien, una persona que aporta su visión, que complementa tus ideas, y otra muy distinta

Led Zeppelin - Houses Of The Holy (Atlantic, 1982)

  El putísimo Houses Of The Holy sopló cincuenta velas el pasado 28 de marzo, y aprovechando que es un disco que todavía no habíamos traído por este lugar me he decidido por él, como si fuera necesaria una excusa para hablar de Led Zeppelin. A pesar de que en el titular de la entrada ponga 1982, este disco de los dioses salió en el 73, lo que ocurre es que mi edición es del año del naranjito. Extrañas manías que tengo por aquello de no querer desembolsar uno coma cinco riñones, negándome así a adquirir una primera edición. Qué vergüenza. En fin, lo que de verdad importa es que esta maravilla está de aniversario, y como estamos en semana santa voy a comenzar por confesar mis pecados.  El diseño interior, precioso Señorías, confieso que he pecado. Resulta que hubo un tiempo en el que a mí no me gustaba este disco. Que si vaya puto coñazo, que si en este LP John Bonham, John Paul Jones, Robert Plant y Jimmy Page se habían pasado de sustancias, que si se les había ido la puta cabeza... Me

Red Hot Chili Peppers - Unlimited Love (Warner Records, 2022)

  Lo que me ha ocurrido con este disco sigue sin tener ningún sentido, o al menos yo continúo aferrado a la incapacidad de ver más allá de mis narices para poder explicarlo con lógica. Pongamos a punto el DeLorean para volver a esas navidades donde la pandemia todavía podía definirse como un disco malo de R.E.M.: inexistente. En diciembre de 2019 todo eran planes de conciertos para el año siguiente, iban a venir los Black Crowes, Graham Nash, parecía que Lucinda Williams también... y en medio de todo el meollo, se anuncia la noticia que me hizo vibrar, por decirlo suave, cuando me enteré en la estación de Aluche: John Frusciante volvía a los Red Hot Chili Peppers. Joder, la felicidad era eso. En lo que vamos preparando el condensador de fluzo (glorioso error entre errores) para la vuelta, démosle al César lo que es del César: Josh Klinghoffer hizo una labor cojonuda a las seis cuerdas de la banda, labor nada sencilla, desde que sustituyera a John tras la gira de Stadium Arcadium hasta

Ilegales - Ilegales (EPIC, 1984)

  “¡Maldita sea la ley! Esto es lo grave. Me llamo Jorge, toco la guitarra en Ilegales, un grupo que funciona desde hace dos años. Antes estuve en muchos otros grupos, pero todos se disolvieron de forma violenta. Como llegó un momento en que no me querían en ningún otro grupo, formé Ilegales con otros dos a los que habían expulsado de varios grupos por broncas y borrachos. A Iñigo (el bajista) lo conocí durante una pelea en un club. Inmediatamente simpatizamos y le di un puñetazo en las narices; él amablemente me pegó una patada en el bajo vientre que aunque no me cogió de lleno me trajo preocupado algunos días… A David (el batería) lo encontré robando manzanas una noche que yo andaba borracho. Me dijo: ¡mira macho, qué cabestros! Miré y eran dos gordas matronas orinando. Casi nos meamos nosotros de la risa. Luego nos encontramos algunas veces por ahí, bebiendo y todavía estaríamos arrancando señales de tráfico de no ser por la poli. El caso es que las cosas se liaron de tal mane