Hablar de este debut de The Allman Brothers es hablar de la juventud y los inicios de Duane y Gregg Allman, los principales motores de las canciones que lo componen. Dos adolescentes que crecieron a medio camieno entre Nashville y Daytona Beach, Florida, en el amor libre y la experimentación musical de los años 60. Los dos hermanos comenzaron a tontear con el mundo de la música en un grupo extraño liderado por cuatro cantantes negros que se llamaba The Untils and The Houserockers. Rebotaron de aquí a otros proyectos con muy poco éxito (Hour Glass, The Escorts). De aquellas experiencias, Duane comenzó a darle fuerte al guitarreo, tras ver la luz en un concierto de B.B King, mientras Gregg prefería el órgano Vox. Su último fracaso con Hour Glass (dos discos de estudio) les devolvió afortunadamente a Florida. Y digo afortunadamente porque en una sesión de estudio para Wilson Pickett nació “la leyenda”. Phil Walden, mánager a la sazón de Otis Redding, le escuchó en aquella sesión de es