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Mostrando las entradas etiquetadas como Boston

Boston - Don't look back (Epic - 1978)

Genio o loco, Tom Scholz grabó dos bestiales discos bajo el nombre de Boston en la segunda mitad de los setenta, el debut de nombre homónico y este Don't look back. Genio o loco porque se dedicaba obsesivamente a pulir una y otra vez sus composiciones, a tocar una y otra vez cada instrumento, a mezclar cada sonido, a regrabar infinidad de tomas. Tom compone las canciones, toca las guitarras, los bajos, los teclados, los efectos, lo que haga falta. Para este álbum, además, se había fabricado un pequeño estudio en su casa, llamado Hideaway, donde se metió con Brad Delp, cantante, y Sib Hashian, batería. Entre los tres conformaron la mayoría de canciones y tomas, contando en una fase más avanzada con los otros dos miembros, Barry Goudreau, guitarra solista y slide, y Fran Sheehan, bajo y percusión.  El resultado fue estupendo. En la cara A encontramos dos bestiales canciones, una al inicio y otra al final. A man I'll never be contiene todo el arte de estos tipos: armonía

Boston "Third Stage" (1986)

No hay duda que   Tom Scholz   es un personaje único en la historia de la música   rock . Un músico absolutamente perfeccionista, no sólo en lo que concierne a la composición de las canciones sino (y sobretodo) en el sonido.   Scholz   es un ingeniero que trabajó en   Polaroid , donde aprendió las pautas básicas de ingeniería de sonido y, como hobbie, se montó un estudio en el sótano de casa: el   Tom’s Hideaway Studio . Es allí donde él solito grabó y re grabó la música que formaría parte del homónimo primer disco de   Boston , que tras más de 6 años de trabajo, finalmente vio la luz en 1976. La discográfica quiso aprovechar el enorme éxito del primer disco y, en tan solo dos años,   Boston   ya editaban su segundo entrega, el también excelente   Don't Look Back .   Scholz , recalcitrante perfeccionista, nunca se sintió satisfecho con el sonido del segundo disco y se juró que nunca más se precipitaría a la hora de editar otra obra. Así fue como tardó ocho años en publicar su