Amigos, no os engañaré. 1988 fue el año en el que –entre otros– Metallica sacaron su ...And Justice for all , Megadeth su So far, so good... so what! , Anthrax su State of euphoria , Slayer su South of heaven y Testament su The new order . Eso sin contar –por ejemplo– el In God we trust de Stryper , el Them de King Diamond , el Seventh son of a seventh son de Iron Maiden o el Operation: Mindcrime de Queensryche . Quiero decir que... ¿quién en sus cabales se fijaría en unos tipos de New Jersey que sacaban con una discográfica pequeña su primer álbum autoproducido? Pues exacto, sus familiares y sus amigos, además de algún despistado. Y es que este disco es de los típicos de los que en su momento se oye hablar en alguna emisora de radio pero que ni por asomo uno decide comprarse. Hasta que el tiempo y Santa Nostalgia con su tendencia al completismo le obliga a uno a recordar al grupo y a apreciar su valía. O casi, porque pese a la solidez del trabajo, este parece recoger demas