Hay bandas con más de una vida. Algunas, podríamos decir sin rubor, ni siquiera parecen la misma agrupación de tan cambiada como se nos aparece en algún momento. Grupos que mutan de músicos, de intereses, de compañías, de década. Algunas de estas bandas ya han pasado por aquí, de hecho. La primera razón para este tipo de mutaciones se debe a un retorno. Tras una época de más o menos gloria algunos de los miembros “originales” del grupo deciden tirar de la marca cuando no han conseguido mantener su éxito fuera de ella. Este es el caso, por ejemplo, de Bad Company . En los setenta se labró un nombre con Paul Rodgers a la voz, Simon Kirke a la batería, Mick Ralphs a la guitarra y Bozz Burrell al bajo. Desaparecieron a principios de los ochenta para volver a retomar los escenarios y los estudios años después, pero sin Rodgers. Con Brian Howe a la voz tuvieron una segunda vida, bien distinta. Muchos fanes, ya sabéis, ni siquiera los consideran parte de Bad Company. Con los años, los v...