Ir al contenido principal

Red Hot Chili Peppers - Unlimited Love (Warner Records, 2022)

 

Lo que me ha ocurrido con este disco sigue sin tener ningún sentido, o al menos yo continúo aferrado a la incapacidad de ver más allá de mis narices para poder explicarlo con lógica. Pongamos a punto el DeLorean para volver a esas navidades donde la pandemia todavía podía definirse como un disco malo de R.E.M.: inexistente. En diciembre de 2019 todo eran planes de conciertos para el año siguiente, iban a venir los Black Crowes, Graham Nash, parecía que Lucinda Williams también... y en medio de todo el meollo, se anuncia la noticia que me hizo vibrar, por decirlo suave, cuando me enteré en la estación de Aluche: John Frusciante volvía a los Red Hot Chili Peppers. Joder, la felicidad era eso.

En lo que vamos preparando el condensador de fluzo (glorioso error entre errores) para la vuelta, démosle al César lo que es del César: Josh Klinghoffer hizo una labor cojonuda a las seis cuerdas de la banda, labor nada sencilla, desde que sustituyera a John tras la gira de Stadium Arcadium hasta aquellas navidades donde la vida, como siempre decía Andrés Montes, podía ser maravillosa. En estudio su paso por la banda vale una y mil veces la pena, solamente por esa gloriosa joya infravalorada que es The Getaway, camino de ser otro One Hot Minute 2.0, mientras que en directo el tipo cumplió como lo que es: un guitarrista cojonudo. A ver si P.J. Harvey o Eddie Vedder van a querer tocar con cualquiera. Pero dicho eso, yo he visto muy pocas veces la química que fluye entre Frusciante y Flea cuando fusionan sus instrumentos, y en esta gira lo están volviendo a demostrar.

 


 Con los inserts con sus letritas y fotitos, como tiene que ser

 

En fin, que desde aquel simple anuncio de la vuelta de John yo ya empecé a salivar al pensar en lo que nos podrían entregar los Red Hot Chili Peppers. Cuando salió Black Summer, primer single del disco, la escuché compulsivamente. Me gustó muchísimo, prácticamente no había día sin mi monodosis de la cancioncita, con posterior destrozo incluido patrocinado por mi Epiphone. Y así pasaban los días, algunos de ellos más fáciles de olvidar que la canción de los Kinks, hasta que llegó el día de la salida del disco. Por supuesto, como buen animal racional que huye de la superstición, en absoluto relacioné las diecisiete canciones del disco con las diecisiete del glorioso Blood Sugar Sex Magik. Para nada influyó en mi expectación, mi nerviosismo y mi desesperación por escucharlo de una vez ese hecho. En fin...

Una mierda como un piano. Eso pensé la primera vez que, por fin, escuché el disco. Mi puta vida, tantos años esperando para esto, es aburrido de cojones, las canciones me transmiten lo mismo que Jesús Gil con la camiseta contra la corrupción, esto no tiene sentido, ojalá no toquen ninguna canción del disco en Sevilla, qué jodida pesadilla... todo eso, y más, lo pensé durante los primeros intentos por escuchar el disco. Breve aclaración: el disco lo tengo ahora mismo sonando.



Y la contraportada, con las diecisiete cancionazas, a la altura de las circunstancias


No sé en qué momento fue, no tengo una historia de las que emocionó a Spielberg para introducir aquí acerca del instante en que todo cambió y empecé a enamorarme del disco, pero así me encuentro en estos momentos. Desde que compré el disco, no hará más de un mes, he perdido la cuenta de las veces que lo he escuchado. Ahora juego a recitar Poster Child intentando no morirme cada vez que suena cuando antes la pasaba sin ningún tipo de pudor, Watchu Thinking me parece una canción maravillosa que me transporta directamente al Mother's Milk cuando antes me parecía un truño mayúsculo, The Great Apes me levanta como un resorte y durante cinco minutos soy mejor batería que Ginger Baker, con el bajo apisonadora de Flea en Here Ever After me motivo como cuando de adolescente el entrenador me decía que iba a ser titular...

Levanto la aguja después de que Tangelo haya puesto fin al disco a lo Road Trippin' y sigo flipando. Creo que es la primera vez en mi vida que paso de aborrecer un disco a estar enganchado a él, hasta el punto de gozar las diecisiete canciones. Igual me estáis leyendo y pensáis que vaya puto lunático, yo qué sé. Nunca he tenido un disco favorito de estos tipos, de los que tengo ahora mismo ocho en la estantería, pero desde luego este me tiene tan enganchado como en su momento me tuvieron otras de sus obras consideradas hoy clásicas. No tengo ni puta idea de si seguiré flipando con estas canciones dentro de diez años, pero a día de hoy yo me declaro adicto a Unlimited Love. Qué demonios, como bien decía Robin Williams en El Club de los Poetas Muertos: Carpe diem.



Comentarios

  1. Anónimo2/7/22 01:00

    Ufff!!!! De verdad, háztelo mirar

    ResponderEliminar
  2. Partiendo de la base de que nunca he sido un seguidor de los RHCP y solo me han hecho tilín canciones sueltas, afronté hace unas semanas la escucha del disco que finalicé casi sin darme cuenta, más que nada porque no me marcó y llegó un momento en el que mi cerebro lo captaba como si de música de ascensor se tratase. Hoy, cumpliendo con la ley no escrita de escuchar TODO lo que aparece en este blog, me he puesto a hacerlo de nuevo, con algo más de atención en respeto a tu entrada, muy divertida por el tono autoflagelante. Y lo cierto es que el inicio no ha podido ser mejor. La primera cancióncilla me ha gustado... pero a partir de ahí, nada de energía hard funk – salvo algunas pinceladas aquí y allá – , un álbum más en la onda de sus últimos tiempos más calmaditos. Bueno, más que calmaditos, algo soporíferos en algunos momentos aunque en ocasiones de manera agradablemente cálida y envolvente (caso de Not the one). En resumen, con calidad sobrada, agradable de escuchar y con algunos momentos remarcables... pero chaval, a ti te pasa algo porque ese enamoramiento no es normal jajajajaja. Feliz finde.

    ResponderEliminar
  3. " Con los inserts con sus letritas y fotitos, como tiene que ser". Pues sí, así debería ser. Yo tengo (y me temo que sigo comprando) discos de finales de los ochenta y primeros noventa, editados en España, más pelados que las ingles brasileñas. Hoy se agradece el cuidado de las ediciones, con sus carpetas gordas y dobles, los inserts, etc. Nos sacan la pasta con honradez. Muy chula la edición, por cierto. En cuanto a la música... Me temo que estoy en la parte de ¡vaya mierda de disco! o, quizá, a todo me suena a lo mismo que antes. Le daré otra escucha, aunque no creo que haya una transformación como la tuya. Entre otras cosas, porque nunca se convirtieron en un imprescindible y apenas tengo los cedés más famosos. Muy divertido tu post. Un abrazote.

    ResponderEliminar
  4. Bueno, pues no me ha horripilado. Pero tampoco me ha sorprendido. No sé, la misma sensación de cuando sacaron el By the way, tras el enorme Californication. Luego resulta que en directo (los vi en el 2003 en Vista Alegre), no sonaba tan mal ese disco medio pop. Quizás con este pase igual. Me suena que ibas a verlos en Sevilla? Ya nos dirás.
    La entrada está chula, has sabido transmitir esa sensación que todos hemos tenido con algún disco. A mí me pasó con uno de Standstill, Viva la guerra. Lo escuché una vez y lo desterré meses. Luego terminó siendo un habitual en mis escuchas. Pero, ese tipo de discos, luego vuelven a pasar al olvido. Un saludo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Whitesnake - Saint & Sinners (Sunburst, 1982)

  Querido fan: soy David Coverdale y voy a presentarte mi nuevo disco, Saints & Sinners , que muy pronto tendrás en tu tienda de confianza. O eso espero. Para empezar, seguramente sea la mejor colección de canciones que he grabado nunca ¡y no es mentira! Canciones de celebración y amor, pero también canciones sobre el dolor y la pérdida. ¡Qué bonito y qué duro es vivir! Solo tienes que pinchar el disco por la cara A y menear el culo con el rifazo de Young blood para entender lo que digo: “ Young blood, you are hot property” . Tremendo puñetazo el estribillo. Esta la compuse con Bernie (Marsden, nuestro guitarrista, ya sabes) y se marca un solo sencillo, de los suyos, todo sentimiento. Salimos de fiesta en Rough An’ready “ all lof you women better lift up your skirts an’run ”. Lo llaman amor cuando todos sabemos que con ese solazo de Micky Moody es otra cosa. Por cieto, el otro día leí a Ian Paice que había tocado la batería sin mucha pasión. Disculpa compañero, qué barbar...

Stevie Wonder - Innervisions (Tamla Motown, 1973)

El año pasado pasó por aquí un recopilatorio de Stevie Wonder ( The Original Musiquarium I ), donde el compañero “Rlguitarra” os hablaba de la “era clásica” de este musico. Hoy me quiero centrar en ese periodo, y os traigo uno de sus discos más memorables de esta época. Un absoluto clásico que en algún momento tenía que estar en este blog. Como para muchos de mis coetáneos, Stevie Wonder fue durante un tiempo el de “Si bebes no conduzcas”, o “I just called to say I love you”. Hasta que uno tiene curiosidad de saber por qué se le aclama como un genio. Es entonces cuando uno comienza a investigar si carrera y su discografía, y descubre la razón de tantos elogios. Exactamente por discos como éste que os traigo hoy. El contexto es el siguiente. Stevie Wonder ya era considerado un niño prodigio (cantaba, componía, y tocaba con destreza multitud de instrumentos, ya desde una edad muy temprana), lo que le hizo unirse a la Motown con solo 12 años. Fue incluso comparado con Ray Charles (no ...

Coney Hatch - Friction (Anthem, 1985)

  Hace unas pocas semanas mi Brokeback Mountain FFvinilo particular (conocido como KingPiltrafilla) publicó el segundo disco de Coney Hatch , justo la misma semana en la que yo andaba preparando este tercer y definitivo largo de los canadienses. Como no me gusta trabajar en balde, hoy he decidido dejar por aquí esta joyita de hard rock que nada tiene que envidiar a sus obras anteriores.  Y comienzo contando cómo "descubrí" a la banda, porque es curioso como llegas a veces a un disco. No soy consciente de haber oído ninguna canción de Coney Hatch hasta que nuestro nunca bien ponderado compañero Dani lo compartió en un comentario del único disco de KISS que ha reconocido disfrutar (el de Ace Frehley en aquello de los “solo albums” ). Al parecer, le había salido de manera aleatoria tras la escucha en alguna plataforma. Y allí que fui a darle al play. Y me gustó. Como soy de natural inquieto, curioso y poco dado a dormir me empapé de aquel disco y de toda la discografía de la...

Ghost – Opus Eponymous (Rise Above Records, 2010)

Pues, habiendo ya comentado por aquí Prequelle e Impera , me decido hoy por traeros el debut de los suecos Ghost . Opus Eponymous , contigo empezó todo. Y es que un buen día me encontré en YouTube con un vídeo de Ghost en directo, concretamente del tema Con Clavi con Dio con una intro con Masque Ball de Jocelyn Pook . Ese sonido y su imagen me tuvieron obsesionado hasta que me hice con su álbum, con portada a cargo de un tal Basilevs 254 claramente inspirada en el cartel de la serie El misterio de Salem’s Lot .    Ya lo dije en entradas anteriores dedicadas a la banda, pero no está de más recordar que Ghost es el retoño de Tobias Forge , cachondo y talentoso músico sueco que con el nombre de Mary Goore –espero que la mayoría pilléis el chiste– lideraba la banda death Repugnant . En 2008 graba varios temas junto a su compañero Gustaf Lindström con letras ...

Van Halen – Van Halen (Warner Bros. records , 1978)

Hace poco me di cuenta de que increíblemente nadie había reseñado aún el disco de debut de Van Halen , por lo que me puse manos a la obra y decidí dedicarle una entrada como corresponde a una obra seminal en la historia del hard rock del siglo pasado. Y como también soy el que más álbumes de la banda ha traído por aquí, daré por finalizadas mis intervenciones relacionadas con el grupo de los hermanos Van Halen –que alguien traiga el Women and children first , que no tenga que hacerlo yo porlamordediós – con una extensa reseña en la que habrá más texto que otra cosa. Y es que mi copia es una reedición española de 1984. La inicial de Hispavox del 78 tenía la funda original interior aunque en blanco y negro, que no era cuestión de gastar demasiado por unos melenudos desconocidos. Pero esta de WEA S.A. era peor, una funda blanca de papel y tirando, que es gerundio. Así que como vinilo, tiene poca importancia. Es...