No es que este discazo saliera en 2013, que ese fue el año del AM, pero resulta que Domino reeditó este segundo LP de los Arctic Monkeys aquel año y nada, pues me parecía de justicia aclararlo por todo aquello de que como alcalde vuestro que soy os debo una explicación y esa explicación que os debo os la voy a dar... en fin, que bajamos la criatura de la estantería y subimos bien el volumen, qué demonios.
En estos momentos este disco es mi favorito de estos tipos. Favourite Worst Nightmare continúa sabiendo a instituto, a local de ensayo en compañía de animales de dudosa reputación y a tardes gloriosas donde el estudio intensivo jamás interpretó el papel protagonista de la función. En fin, antes de nada procederemos con una puntualización necesaria: quiero a los Arctic Monkeys más que a ciertos seres humanos con los que mi dni ha tenido a bien compartir apellidos en común, así que efectivamente, aquí los análisis objetivos son los padres.
El verano de mis catorce años comenzó conmigo apuntado a clases de batería. Yo deducía que si en mi habitación era capaz de tocar aporreando el aire de una manera tan brillante, en cuanto tuviera delante el instrumento iba a dejar a Ginger Baker a la altura del betún. Por lo que sea no fue así, pero de aquellas clases logré dos proezas para reflexionar de cara al futuro: asumir que soy peor batería que cantante y perder varios meses de pagas de mis abuelos. ¿Y de quién es la culpa de todo eso? Pues de la canción que abre este disco, es decir, de Brianstorm. Yo me volvía loco cada vez que Matt Helders, batería de los Arctic Monkeys, hacía retumbar medio planeta tierra cuando esta canción sonaba al mayor volumen posible, y el cabronazo me hizo pensar que yo podría hacer lo mismo. Lo mejor es que a día de hoy cuando escucho esta canción sigo pensando que humillaría a Neil Peart, especialmente cuando la interpreto en mi Madison Square Garden particular: la ducha. Teddy Picker continúa todo en lo más alto, con un puente que no será como los de Madison pero me gusta lo mismo. Cuando poco después el tema desemboca en ese estribillo de los dioses, es inevitable gritar como si fuese la última canción que vas a cantar en tu vida. Por supuesto, sabe mejor en directo. D Is For Dangerous es realmente una canción peligrosa, tiene una letra ácida pero sugerente y un desarrollo instrumental adictivo. Imposible no acabar chillando eso de "you should know you're his favourite worst nightmare". Balaclava continúa en la misma línea, acelerar hasta el infarto, muerte o lo que cada cual tenga a bien elegir. Me confieso enamorado del comienzo suave con el bajo, como la calma que precede a la tempestad. Fluorescent adolescent, cuya letra la escribió Alex junto a su novia de entonces, Johanna Bennett, es mi favorita del disco. Puede ser tranquilamente una de las cinco canciones que más veces he destrozado a la guitarra, y me sigue transmitiendo emociones nuevas cada vez que la vuelvo a escuchar. Para terminar la primera cara, Only Ones Who Know se encarga de relajarnos un poco después del huracán constante en el que hemos vivido durante los últimos tiempos, donde una deliciosa guitarra parece como susurrarnos al oído que todo va bien mientras la voz de Alex Turner nos calienta el alma. Uno de los temas más complejos que había compuesto hasta el momento la criatura que, no olvidemos, tenía 21 añitos cuando este disco vio la luz. Un abuso en toda regla.
Do Me A Favour da comienzo a la segunda cara del LP, y empieza tranquila pero termina sacando las garras, estallando en una sucesión a golpe de guitarrazo que resucita a cualquier muerto. La letra vuelve a dar señales del humor de Alex (perhaps fuck off would be too kind) y tenemos hasta un guiño a Bruce Springsteen, en concreto a The Ties That Bind. This House Is A Circus es un ejemplo idóneo para patear duro en la boca de todos aquellos que dicen que un bajo no sirve para nada. Sugerente y con un toque picante (the more you open your mouth, the more you're forcing performance), galopando a lomos del bajo en su papel de capitán general, se convierte por méritos propios en una joya oculta del disco. The Bad Thing vuelve a pisar el acelerador al máximo mientras te invita a ponerle una buena cornamenta a tu matrimonio. Desde luego, con otro estribillo marca de la casa parece complicado llevarle la contraria a Alex Turner. Todavía pensando en la toma de decisiones llega el riff de Old Yellow Bricks, de esos diseñados para que lo griten miles de personas en directo, mientras que la letra no se queda atrás: "you're a fugitive but you don't know what you're running away from", porque al fin y al cabo, "who wants to sleep in a city that never wakes up?"
505 merece una mención aparte. Cuenta con su amigo Miles Kane a la guitarra, con quien luego se embarcaría en ese glorioso proyecto llamado Last Shadow Puppets, y supone una de las mayores cimas de Alex y los Arctic Monkeys hasta el momento. Los haters dirán que "solo" es una canción de amor (I'd probably still adore you with your hands around my neck), pero hay algo en la manera de cantar de Alex y en esas guitarras que se te mete muy dentro. Broche dorado para uno de los discos de mi vida. Cuando lo vi en Sister Ray, la segunda vez que fui a mi Londres de mi alma y mi corazón, pegué un grito y no lo dudé. Para que luego digan que el amor a primera vista no existe. En fin, larga vida a mis Arctic Monkeys y feliz Navidad para todos los locos que no concebimos la vida sin discos.
Divertida e interesante entrada Alberto, como todas las tuyas, con ese lenguaje futbolero latente y encubierto, que deja de serlo al ver los colores rojo y azul en tu estantería ;D. De Arctic Monkeys conozco poco, la verdad, algunos temas sueltos. El disco lo estoy escuchando ahora y oye se dejan escuchar, disfrutables... Desearte también lo mejor para el 2025 para ti, familia y amigos, un fuerte abrazo. P
ResponderEliminarPues buen regreso, una entrada muy sentida y entretenida. El disco y los monos estos, bueno, escuchables, lo que ya es mucho para mis gustos. Eso sí, me los has hecho descubrir, que es de lo que trata este blog. Saludos. KING
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