Ir al contenido principal

USA for Africa - We Are The World (1985, CBS Records)

 

 



Me he estado haciendo el remolón muchos viernes. Quizás por vaguería. O por presión. Sí, resulta que el amigo Manu me recordó hace poco el número de entradas que he publicado en este blog. Y, haciendo cuentas, esta que estoy escribiendo es la número 100. Me encabezoné en que debía ser algo especial y no conseguía decidirme. Bueno, también era la excusa ideal que mi vaguería esgrimía para no ponerse al tajo. Bien, ante esta indecisión vino la parca a ayudarme: esta semana, concretamente el lunes 3 de noviembre, se llevó al legendario músico y productor estadounidense, Quincy Jones. A la tierna edad de 92 años, por cierto. Y con este uso de su guadaña, la señora de negro vino a decirme que espabilara y que ya decídía ella por mí. Así que, aquí me tenéis comentando una de las canciones pop más universales. Y eso no es nada fácil porque todo lo que escriba ya ha sido escrito antes y mejor por mucha gente. Por lo que me voy a ceñir a la historia de cómo se parió este himno inmortal de los ochenta.

Hace casi un año traje por aquí el single “Do they know it’s Christmas?”, de la Band Aid, que fue la canción que hicieron muchos artistas británicos, abanderados por Bob Geldoft, para recaudar fondos en lucha contra la hambruna etíope en el año 84 (por cierto, una de las pocas entradas de esta web que puede vanagloriarse de no tener un comentario del King).

Pues los americanos copiaron la idea. Pero ya sabéis, si los británicos tienen un bulldog, ellos hacen un american bulldog. Si ven un terrier, se inventan un american terrier…Es decir, ellos todo más grande. Por lo que juntaron a la mayor constelación de estrellas musicales que nunca han cantado juntas. Sólo les faltó Prince, Madonna y Van Halen. Venga, que ya me estoy adelantando, mejor empecemos por el principio.

Harry Belafonte, cantante, actor y activista se maravilló con la intención del Band Aid de los británicos. Pero algo le crujía: era gente blanca ayudando a gente negra. Pero no había gente negra ayudando a gente negra. Y eso había que arreglarlo. Y si fue la oficina de Ken Kragen, que era uno de los mayores representantes de músicos en aquellos momentos. Entre otros, llevaba a Lionel Richie. No tuvieron problema en subir a su barco a Lionel, siempre y cuando Quincy Jones fuese el productor elegido: era el productor de moda, tras los éxitos de Michael Jackson, y era un músico respetado en toda la industria por sus éxitos, composiciones y trabajos en la producción al lado de los más grandes, por ejemplo, Frank Sinatra. Quincy ve lo grandioso que va a ser todo y toma las riendas. Primero piensan en Stevie Wonder para la composición de la canción junto a Richie. Pero Stevie vive a su ritmo y es complicado contactarle por lo que Quincy Jones propone a Michael Jackson cuya implicación fue crucial para el éxito final. Querían juntar a la mayor cantidad posible de cantantes famoso, tarea hercúlea. Pero caen en la cuenta que el 25 de enero de 1985 se celebran los American Music Awards en Los Ángeles, ceremonia que iba a presentar Richie, por lo que mucho de los artistas que querían ya tendrían reservado ese día en su agenda y tienen la feliz idea de juntarles a todos esa madrugada en los estudios A&M de la capital angelina. Entre los nombres que salieron a la palestra y al final no cantaron, está el de Madonna. Dicen las malas lenguas que Ken Kragen la vetó porque no sabía cantar y prefería a Lauper. Van Halen estaban en plena gira y fue imposible que hicieran un hueco. David Byrne declinó la invitación. A Prince lo esperaron hasta el último momento, incluso intentaron la jugarreta de invitar a su pareja por aquel entonces, la percusionista Sheyla E, y que ella le convenciera. Pero Prince no quería estar con tanta gente. Se ofreció a grabar un solo de guitarra, pero no era eso lo que querían de él. Bruce Springsteen no iba a estar en esa entrega de premios porque terminaba su gira la noche de antes en Buffalo, pero no quiso perderse el evento, como tampoco Dione Warwick, que actuaba en Las Vegas. Una vez que tuvieron al Boss, fueron a por Dylan, que no pasaba el mejor momento de su carrera esos años. Afortunadamente, Bob Dylan aceptó y, a pesar de que se tuvo que sentir como un pez fuera del agua entre aquellos cantantes pop, su carrera volvió a despegar desde ese punto y luego vino su colaboración en los Traveling Wilburys. En fin, ya tenían el elenco, pero no tenían canción y estaban a diez días de la grabación. Pero claro, estamos hablando de genios y Jackson y Richie en dos días habían terminado de componerla. El productor dio su aprobación y reclutó al ingeniero de sonido Humberto Gatica para preparar la maqueta que se iba a enviar a todos los artistas. Faltaban cuatro días para la grabación y allí estaban Richie y Jackson grabando esa maqueta cuando aparece Stevie Wonder para componer el tema que le había propuesto Quincy. El tío a su bola. Pero no se molestó y también aprobó la canción.

Y ahora comienza el trabajo duro de verdad para un productor que tiene que lidiar con todos estos cantantes. Una gran decisión de Jones fue recurrir al arreglista de voz Tom Bahler para decidir las partes y el orden en el que iban a cantar cada uno de los artistas: quién podía destacar para hacer un solo, quién se acoplaba mejor a quién para cantar a continuación…Todo un reto del que parece que salieron bien parados. Quincy también tomó la decisión de, primero, grabar la parte del coro con todos. Y segundo, de poner a los cantantes con frase en un semicírculo y que lo hiciesen su parte delante de todos, nada de cada uno individualmente en su cabina. Bueno, luego sí tuvieron que recurrir a grabaciones así para dar empaque y más emotividad al tema, como la parte de Ray Charles, Stevie Wonder y James Ingram. Antes de que los artistas llegasen desde el teatro en el que se celebraban los premios, puso un cartel en la entrada del estudio que ponía “Deja tu ego en la puerta”. Y por último, invitó a Geldof que dio una charla inspiradora antes de la grabación para conseguir la implicación emocional de todos.

Durante la grabación del coro se produjo una escena que se ha hecho famosa en la que se ve a Dylan perdido completamente cuando los demás cantan. La razón de eso era que, en ese momento, Quincy pidió que cantasen los que llegaban a la octava en la que era capaz de cantar Jackson y que los demás no lo hicieran. Y por eso el bueno de Bob no abre la boca. Pero también es cierto que no debía encontrase cómodo entre tanta voz popera. De hecho, no sabía cómo cantar su parte hasta que Stevie Wonde y Quincy le dijeron que no tenía que acoplarse a nadie, que fuese él mismo (Stevie le ayudó imitándole). Durante esa parte, Wonder también tiene la feliz idea de cantar algo en swahili. El duro Waylon Jennings sale escopetado de allí al ver esto. Alguien recordó que en etiopia se habla amárico o somalí, no swahili y deciden descartar la peregrina idea de Wonder.

Y ya estamos en la parte en que cantaron los solos. Aún esperaban a Prince, pero viendo que era imposible, su lugar lo ocupa Huey Lewis, entre Michael Jackson y Cindy Lauper y el icónico grito que improvisó la cantante del pelo multicolor. También dicen que Al Jarreau se pasó con el vino y tuvo dificultades para recordar su parte. Pero nada en comparación de la que liaron los Status Quo en la grabación de Band Aid, con su alcohol y nieve.

En fin, la grabación terminó a las siete de la mañana. Ahora tocaría entrar en fechas de cuándo se lanzó, cuántas copias vendió, etc…Pero mejor hablar de la repercusión de esta iniciativa. Me gusta especialmente contar sobre el día que 8000 emisoras de todo el mundo pincharon la canción al mismo tiempo porque es como decir: en todos los rincones de este planeta podía escucharse la canción al mismo tiempo. Pero también están los evidentes, como la celebración de los conciertos Live Aid, la repetición del invento en diversos países, idiomas y ámbitos: todos tenemos en mente la versión hispana con el “Cantaré Cantarás” compuesta por Albert Hammond y Juan Carlos Calderón o la versión heavy Hear n aid con su “Stars” reseñada en este blog). Más recientemente, “disfrutamos” de la versión latina “Somos el mundo”, de Artist for Haiti.

Para terminar, decir que, sinceramente, creo que Quincy Jones se merecería un homenaje mejor y mayor que este “We Are the World” que, siendo un maravilloso himno, es sólo una composición pop más. Pero, por desgracia, no tengo otros vinilos en los que aparezca su nombre, a parte de los de Michael Jackson que ya se han hecho en el blog.  Así que, al menos pondré por aquí contribuciones por las que debe ser recordado siempre: compuso las bandas sonoras de El color púrpura, The Italian Job y de la serie Ironside, su disco del 89 Back on the blocks es una auténtica delicia, produjo a George Benson, Aretha Franklin, Dizzy Gillespie, Michael Jackson, Little Richard, Nana Mouskori, Frank Sinatra, Count Bassie, Donna Summer, Sarah Vaugham

Por último, os recomiendo ver, si tenéis Netflix, los documentales Quincy y La Gran noche del Pop. Por aquí abajo os dejo la lista de los acreditados en el single que os traigo.

Productor: Quincy Jones

Cantantes con solo (en orden de aparición): Lionel Richie, Stevie Wonder, Paul Simon, Kenny Rogers, James Ingram, Tina Turner, Billy Joel, Michael Jackson, Diana Ross, Dionne Warwick, Willie Nelson, Al Jarreau, Bruce Springsteen, Kenny Loggins, Steve Perry, Daryl Hall, Huey Lewis, Cyndi Lauper, Kim Carnes, Bob Dylan y Ray Charles.

Coro (orden alfabético): Dan Aykroyd, Harry Belafonte, Lindsey Buckingham, Mario Cipollina (de Huey Lewis and the News), Johnny Colla (de Huey Lewis and the News), Sheila E., Bob Geldof, Bill Gibson (de Huey Lewis and the News), Chris Hayes (de Huey Lewis and the News), Sean Hopper (de Huey Lewis and the News), Jackie Jackson, La Toya Jackson, Marlon Jackson, Randy Jackson, Tito Jackson, Waylon Jennings, Bette Midler, John Oates, Jeffrey Osborne, Anita Pointer (de the Pointer Sisters), June Pointer (de the Pointer Sisters), Ruth Pointer (de the Pointer Sisters) y Smokey Robinson

Músicos instrumentales, entre los que conocemos a Porcaro de Toto y a Omartian, productor de Christopher Cross

 • John Barnes – teclados, programación y arreglos

 • David Paich – sintetizadores

 • Michael Boddicker – sintetizadores y programación

 • Ian Underwood – sintetizadores y programación

 • Steve Porcaro – sintetizadores y programación

 • Paulinho da Costa – percusión

 • Louis Johnson – bajo

 • Michael Omartian – teclados

 • Greg Phillinganes – teclados

 • John Robinson – batería

 

 

 

Comentarios

  1. ¿Te parece poco homenaje el pedazo de entrada que te has currado, con todos los detalles de esta grabación? Claro, esto es solo un puntito en la inmensa carrera de Quncy Jones, pero no te quites méritos. Además, esta es una grabación que quedó para la historia de la música popular, con un elenco impresionante, y el mérito por parte de Quincy Jones de manejar a tal cantidad de estrellas, logrando sacar adelante el proyecto de una manera tan rápida y arriesgada (no iban a tener otra oportunidad para juntar en el mismo espacio a tal plantel de estrellas). Por cierto, me encantó el documental de Netflix "La gran noche del pop".
    Y por supuesto, enhorabuena por tus 100.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Bueno, homenaje a él sería mucho mejor un disco como The dude, que ya está por aquí reseñado pero sí, suena raro decir que no es buen homenaje hablar de una de las canciones de pop más conocidas y reconocibles a nivel mundial. Un saludo

      Eliminar
  2. Otro ¡olé! que suelto hoy por el blog. Ya eres (uno de los pocos) centenarios del blog. Y claro que es un buen homenaje a Mr Jones (ahorremos rima), una de sus contribuciones más populares (de las muchas que tiene). No esperas a que la guadaña te señale el siguiente vinilo. Aunque al ritmo que va últimamente, igual tenemos que hacer una sección obituarios por aquí. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Quién me lo iba a decir. 100. Ahora ya creo que puedo hablar de todas las mierdas blandengues ochenteras de mi colección. Sus vais a cagar.

      Eliminar
  3. Hombre, como homenaje al señor Quincy Jones, tener ese single te ha venido que ni pintado. Además, esa explicación de las bambalinas del proyecto ha sido muy interesante. Y aunque soy de la generación que tuvo que sufrirlo hasta en la sopa, después de todos estos años no se me ha hecho bola escuchar el tema de nuevo. Es un temazo y la lista de protagonistas es impresionante. Vaya voces.
    Como toca, me he escuchado hasta la cara B... pero es una tonada instrumental prescindible de la que no vale la pena mencionar nada. En fin, un 7" muy blandenguer pero que este viernes estaba más que justificado. Saludos. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fijate que no quise comentar la cara b porque es un petardo que no sé qué hace ahí. Mi hermano se compró el maxisingle y no recuerdo que la cara b fuese esa, pero bueno. Gran tipo este quincy. Con lo que le gustaba el vodka y la cantidad de cosas que hizo... No sé si hubiese hecho más si no le gustase el alcohol y hubiese hecho peores cosas...

      Eliminar
  4. Buenísima entrada! 👏👏👏 grandísimo homenaje a un imprescindible de la historia de la música del siglo XX. Desde luego había que ser muy grande para manejar tanto ego y tanto artista y que la cosa saliera bien. Creo que todos los que vivimos la década de los 80s tenemos grabada en el cerebro esa canción que tantísimo sonó en la radio. Gran entrada! Raúl L.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Sólo es un resumen de lo del documental y alguna otra cosilla. Había que hacerlo esta semana y se hizo jeje. Un saludo.

      Eliminar
  5. Hará unas semanas estaba hablando precisamente de Quincy Jones y del documental que mencionas en tu tremendo entradón alrededor de unas cañas, y mira por dónde fue noticia de nuevo Quincy por los motivos que todos sabemos. A mí la canción me gusta, no me vuelve loco pero me parece que cumple con su objetivo, y para la posterioridad quedará el vídeo de Bob Dylan desde luego. Buen homenaje desde nuestro blog, enhorabuena! Abrazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si puedes verte el documental de Quincy, merece la pena. También te da tema para unas cañas entre amigos musiqueros. Muchas gracias y un abrazo.

      Eliminar
  6. La centenaria, vaya como pasa el tiempo colega, enhorabuena por tamaño curro.
    De mi parte, muy entretenido el mejunje sonoro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. La canción la conocemos todos pero bueno, es lo que había. Un saludo aunque no te ubico con ese nombre

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Joe Satriani - Flying in a Blue Dream (1989)

Joe Satriani - Big Bad Moon - Live Expo 92 (Sevilla) ¿ Vaya presentación la del Tio Joe eh?, mira que plantarse en Sevilla, en medio de la Expo92 y vomitar el Big Bad Moon acompañado del gran Brian May, no había visto nada igual hasta la fecha y creo que a día de hoy, tampoco.  ¿Quién se esperaba ese Slide con la propia armonica? Bueno, que me dejo llevar por la emoción, Joe Satriani forma parte de la banda sonora de mi infancia.  Sin ningún tipo de duda, soy quien soy, musicalmente hablando, por mi primo, el cual me encamino hacia que escuchar y que instrumento tocar, a través de cintas como esta descubrí al profesor y a muchos mas.  En esta cinta destacan Joe Satriani, un tal Jason Becker, Steve Vai o el mismísimo Paul Gilbert con Racer-X, anda que no le di vueltas a esa cinta, aun la conservo.  Una cosa que llama mucho la atención de esta clase de músicos, es que las canciones, la gran mayoría de veces carecen de letras y eso no suele gustarle a todo el mundo. Hablar de un disco de

Cream - Wheels of Fire (Polygram Records, 1968)

Me he llevado una pequeña sorpresa al bucear en el blog buscando este disco, por aquello de no repetir entrada, y comprobar que aun nadie ha reseñado el tercer largo de los ingleses. Imagino que mi predilección por Clapton hace que la mayoría de los clásicos del guitarrista se me antojen imprescindibles, de ahí la sorpresa. Pero bueno, aprovecho yo para dejar aquí mis impresiones sobre este Wheels of fire , además de unas fotos de la edición en vinilo, que me parece espectacular.  Antes de entrar en materia, me gustaría aclarar algo: pese a que conocí a Cream por Clapton, la realidad es que los dos gallos del gallinero eran sin duda Jack Bruce (bajo y voz) y Ginger Baker (batería), hasta el punto que en este disco el guitarrista no aparece acreditado como compositor. Sin duda su mano y su característica voz fueron imprescindibles para el sonido de la banda, pero las fuertes personalidades de los dos personajes mantenían el equilibrio y hacían que Clapton, que podría estar soleando dura

Bryan Adams - Reckless (A&M Records, 1984)

"Everywhere I go kids wanna rock". Cantaban los Rodríguez en aquella maravillosa canción que diez años después quién puede volver atrás. Si un par de lustros provocaban semejante efecto, una vez que nos hemos puesto cómodos en el DeLorean la sensación de vértigo al comprobar la fecha del viaje se cuenta sola. ¿Cuarenta años del Reckless? Mi padre no se lo puede creer. En ese momento entra en escena mi madre, que después de una pausa dramática le recuerda que el verano del 69 no fue precisamente ayer. En fin, señoría, este es mi LP favorito del canadiense porque soy así de poco original, qué le vamos a hacer. Cualquier momento es bueno para hablar de uno de mis discos favoritos, pero es que encima el pasado día cinco cumplieron años precisamente Bryan Adams y el Reckless , que inexplicablemente todavía no habíamos traído por aquí. Bueno, pues por si eso fuera poco el lunes 18 le tendremos tocando en el palacio de los deportes. ¿Alguien da más? Larga vida a los encartes, no

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.