Ir al contenido principal

Roxy Music - Stranded (1973)



 
Ferry opta por un sonido menos experimental que el ofrecido en su  catálogo precedente...
Por Jorge García.


El primer disco de la banda británica Roxy Music sin el concurso de Brian Eno"Stranded", llevó a su portada a la explosiva playmate, y novia por aquél entonces del inefable Bryan FerryMarilyn Cole. Esta no sería la única nota de glamour que escondía el disco, pues tras extraer el vinilo, sin dejar de contemplar a la dama, y ponerlo sobre el plato, pronto descubrimos que la sucesión de canciones cargadas de glam-rock, sofisticación y pellizcos de rock, soul y pop sutílmente distribuidos, hacen de "Stranded" el mejor disco firmado por la banda. Aspecto comentado en su día, incluso por el propio Brian Eno.

Ferry, que lidera el grupo en solitario tras la marcha de Eno, opta por un sonido menos experimental que el ofrecido en su  catálogo precedente, "For your pleasure" (1972), y por una construcción de las canciones más ortodoxa y funcional.

Aunque el secreto del disco no es otro que las composiciones: melodías perfectamente perfiladas, suntuosas y llenas de inflexiones que funcionan a la perfección, con unos textos inteligentes y que logran, gracias a la diversidad, que el trabajo tenga en la versatilidad uno de sus grandes logros.

Ferry impone un sello determinante a la hora de cantar, ya no solo escuchamos su sensual voz de crooner, aquí el fraseo está cargado de intencionalidad y en muchos momentos la paleta de colores vocales es utilizada con gran talento, obteniendo por este procedimientos instantes que van desde la inquietud a la frivolidad sin abandonar la excelencia sónica y atmosférica.




Tanto Manzanera (guitarra) como Mackay (saxo) consiguen ser determinantes con sus instrumentos, enfatizando instantes que gracias a su concurso se convierten en cenits artísticos del trabajo y que además ya no abandonarían la idiosincrasia sónica del grupo en el futuro.

Todo es perfectamente ensamblado gracias a la ágil y elegante producción de Chris Thomas que utiliza las teclas del piano como soporte principal para la voz de Ferry y que forman el esqueleto de las canciones, dotando al sonido de una enjundia que empasta con el carácter de las composiciones y el estilo propio del grupo, conjugando, como decía más arriba, el glam con otros estilos donde caben diversos palos de la baraja musical.

Ocho canciones y más de cuarenta minutos de metraje, ninguno de ellos sobra e incluso la duración de cada corte parece estar sometida a un estudio metódico donde mandan las leyes de la métrica y la simetría.

Dado el equilibrio casi milagroso del álbum, cada tema tiene un espacio propio y al tiempo forma parte insustituible de una estructura que parece poder desmoronarse si extraemos un elemento de cualquiera de las ocho partes de este todo.

Además del rutilante éxito del célebre "Street life" o canciones tan soberbias como "Just like you" o "Serenade"; un servidor tiene en un pedestal la imponente y sugestiva "A song for Europe".




Siempre es un placer volver a pinchar el tercer intento discográfico de Roxy Music, una banda a la que en esta casa se la aprecia sobremanera y que hoy volvemos a traer aquí para disfrutar con el glamour y la sofisticación que les era habitual.

Comentarios

  1. Dejando de lado el Avalon, para mi Roxy Music son Same old scene. Soy capaz de escuchar en bucle esa canción y nunca me canso de ella. Este álbum me resulta ameno a ratos pero aburrido en otros. Además -quizás digo una memez- la voz de Brian me recuerda en muchos pasajes a la de Lou Reed, que no me gusta demasiado que digamos. En fin, escuchable pero sin ganas de repetir. Feliz finde.

    ResponderEliminar
  2. Excelente entrega, compañero. Siempre he tenido en estima al señor Ferry por sus aventuras musicales, personalísimas, y por su siempre visible masculinidad, que se encargó de demostrar con esas portadas tan sugerentes, en ocasiones provocadoras. Estupendo vinilo. Un saludazo.

    ResponderEliminar
  3. Aunque adoro el disco, mi visión no es exactamente como la tuya, Jorge. En breve la sabrás, pues tengo intención de analizarlo en Ragged Glory. De todos modos, excelente tu texto.

    Abrazos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Varios - Rock Del Manzanares. Visca El Rollo Vol. 2 (Chapa Discos, 1978)

Si no conocéis el significado de la palabra “tronco”, “pasota”, o no sabéis lo que es ser un “enrollao”, quiere decir que sois insultantemente jóvenes. No solo la generaci ó n "Z"  tiene su propio lenguaje. Cada generación ha tenido también una manera de expresarse, y hoy nos acercamos con este disco a finales de los años 70. Una época marcada musicalmente en España por una corriente que se denominó “Rock Urbano”. Aunque, como con cualquier tipo de etiqueta, nos podemos encontrar dentro de este saco grupos de muy distinta índole o con diferentes influencias, por lo general compartían una estética (musical y visual) muy particular, y sobre todo, una actitud vital marcada por las circunstancias sociales de la España de finales de los 70. Como con cualquier etiqueta que se otorga a un movimiento musical, donde muchas veces el mero hecho de nacer en una determinada época o cuidad te hace merecedor de esta etiqueta, se pueden encontrar dentro de este saco una mezcla de estilos q

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Transvision Vamp - Velveteen (MCA, 1989)

    Os voy a hablar de un plástico que ya apareció por el blog allá por el año 2012. Pero visto que se le dedicaron escasamente 10 renglones y no tiene comentarios, creo que pasó sin pena ni gloria, por lo que no creo que haya problema en que lo traiga un viernes de forma rápida y con alevosía casi nocturna. Disco publicado en 1989 que se vendió como una mezcla de pop (mucho), rock (poco) y punk (pinceladas) y que tuvo buenas cifras de venta, sobre todo gracias a su canción bandera, el “ Baby I don´t care ”. Producido el alemán Zeus B. Held y el británico Duncan Bridgeman de forma bastante aséptica.    A mitad de los 80 el guitarrista Nick Sayer se encontró con Wendy James y vio en ella la canalizadora perfecta para sus letras: comprendió que el sex appeal de Wendy y sus berridos casaban perfectamente con sus gamberras composiciones. De Brighton se mudaron a Londres y allí reclutaron al batería Pol Burton (en este segundo disco no forma parte de la banda) y a dos músicos

Storm – Storm (Capitol records, 1983)

Pues nada, ya estoy aquí con un nuevo caso de compra a ciegas.    Lo primero que me llamó la atención del disco fue la colorida y enérgica portada de Gary Ruddell –autor también de la del Battle hymns de Manowar según supe luego–, con lo que parece un avión de combate rompiendo los cristales de una casa, destrozando el tendido eléctrico y haciendo volar las hojas de los árboles con su vuelo rasante. O sea, portada molona, años 80 y melenudos en la contraportada con el añadido de frontwoman liderando el cotarro... Y lo segundo que me llamó la atención es que se trataba de una edición venezolana. No recuerdo tener ninguna de ese país en mi colección, así que se trataba de otro punto a favor. ¿Cuánto es, amable vendedor de vinilos mallorquín? Pues, por nueve euritos, a la saca. Y así es como ha llegado a casa un nuevo plástico con el que me dispongo a escribir esta reseña en modo unboxing total. Vais a