Ir al contenido principal

Varios – Brown acid: The first trip/The second trip (RidingEasy records 2015-2016)


En efecto, queridos lectores, ya los tengo aquí tras un largo periplo de tres semanas desde Hermosa Beach. Hoy, entrada doble. No hace mucho, @MrEvilRock se extrañaba de que un ochentero como yo hablase de esta magnífica obra de arqueología en Twitter. Amigos, yo sólo puedo deciros una cosa y es que el sonido que corre por sus surcos me atrapó de tal manera que me dije a mi mismo que no podía dejar pasar la oportunidad de hacerme con tal colección de bandas semidesconocidas y en muchos casos de vida efímera. De hecho, soy fanático del hard rock y el heavy de los ochenta y finales de los setenta pero es cierto que desconozco bastante lo que se editó a finales de los sesenta y principios de los 70, recordad que nací en el glorioso 67. Sin embargo, en estas bandas que un buen día ni recuerdo cómo descubrí, encontré la simiente de lo que años más tarde fueron los grupos de los que me convertí en seguidor. Total, que escuchar estos álbumes es algo muy parecido a encontrarme con canciones desconocidas de los inicios de mis bandas favoritas. Y es que seguramente tanto estas como las que acabaron alcanzando la fama bebieron de las mismas fuentes y tocaron en los mismos garitos, solo que evolucionaron de manera diferente. Así pues, todo ello y lo atractivo del formato en el que venían las recopilaciones me hicieron pensar en varias ocasiones en encargárselas a RidingEasy Records. También es verdad que los malditos gastos de envío me echaron para atrás cada vez que estaba a punto de hacerlo. Incluso se lo llegué a comentar a Reverendo de la banda Hotfeel por si le hacía ilusión e íbamos a medias con los extras, pero no picó. Sin embargo, fue el mencionado @MrEvilRock recomendando el tercer recopilatorio de la serie el que me hizo pensar “¡a la mierda!, ve a por ello.” 


Así que escondiéndome de la parienta –era mejor que encontrase el gasto en la cuenta a hechos consumados y tenerlo que explicar que propiciar que pudiese convencerme de aplicar el cerebro en lugar del corazón antes de todo eso– entré en la página de la discográfica y di orden de compra para estas joyas fruto de la determinación de Lance Barresi y Daniel Hall. Y ya están en casa, el primero en vinilo negro y el segundo en púrpura translúcido (con dos pegatinas, algo cutres eso sí, de regalo).

El track list del First trip está formado por los siguientes temas: 

A 
Box (Zekes) 
Sunflower (Snow) 
One of the bad guys (Tour) 
Wasted (Zebra) 
Faze 1 (Bob Goodsite) 
Stand by girl (Raw meat) 

B 
Deathhead (Punch) 
Carry my load (Bacchus) 
Love Eyes (Cast Your Spell On Me) (Lenny Drake) 
Mystifying me (The Todd) 
Hard luck (Josefus) 


Y si en otras ocasiones se me ha hecho difícil analizar un álbum por sus canciones, podéis imaginar que en este caso –cuando no conocía antes de ahora a ninguno de estos grupos y es casi la primera vez que escucho sus temas– se me antoja casi imposible. Pero meted en una coctelera rock duro sin pulir, psicodelia, southern rock, pop, blues, sonidos a lo Sabbath y distorsión a lo Hendrix y os haréis una idea muy aproximada a lo que se puede encontrar en estas recopilaciones. Box fue la cara B del single Leaving you que editó Beverly Hills records en 1970, Sunflower es una composición de Rob Russen de Negative space después de diversos cambios de formación que se editó el mismo año y One of the bad guys es un single de 1975 para Radex records. Wasted es una de mis favoritas de este primer disco, editada para Miramar records en 1969 como cara B del single Helter Skelter, Faze 1 es una instrumental que Bob Goodsite editó en el 72 para su single Our house y Stand by girl, con la que finaliza la primera cara del disco, es otra de mis preferidas y se grabó en 1969 por el trío de Milwaukee Raw meat


La segunda cara se inicia con una Deathhead alucinante que tiene una parte central de psicodelia guitarrera y que salió para Raftis records del Bronx como cara B de un single de 1970. Carry my load es southern setentero a cargo de los Bacchus de Tampa y Love eyes es una mezcla extraña de pop, rock, guitarreo y estribillos pegadizos grabada –tocó todos los instrumentos– por Lenny Drake de los Lenny and the Thundertones. Luego viene Mystifying me, grabada para Peppermint productions y otra muestra de rock con buenas armonías vocales, estribillo facilón pero más hardrockera que la anterior. Hard luck es puro southern rock con una producción mucho mejor que la del resto de temas, supongo que porque se trata de una grabación de 1979. Editada como single por Hookah records, posee un trabajo muy limpio de guitarras a cargo de Dave Mitchell, quien aún sigue en activo a día de hoy por cierto. Con este tema se pone la guinda a una recopilación excelente de 2015 que en la primavera de este año ha tenido continuidad en un Second trip


Y vaya viaje, amigos, sin duda muchísimo mejor que el primero. En este caso, el track list es el que sigue: 

A 
Midnight witch (Ash) 
Warlords (Sweet crystal) 
Rock and roll man (Raving maniac) 
Take it! (Crossfield) 

B 
Bell park loon (Spiny Normen) 
Silence of the morning (Glass sun) 
Love to you (Volt rush band) 
Long hot highway (Buck) 
Show stopper (Iron knowledge) 
Daybreak (Sonny Hugg) 


Midnight witch es un estupendo tema que los Ash de Melbourne editaron en 1971 para Havoc records, Warlord es el que más me gusta de todo el disco –grabado en el 77 para Fiddlers, un sello de Detroit– y me tiene embelesado con esas dobles guitarras y el Hammond cortesía de Marq Speck. Rock and roll man hace honor a su nombre y es puro rock and roll con guitarras que recuerdan algo a Thin Lizzy y un sonido general a lo Status Quo. La primera cara finaliza con Take it!, psicodelia desde el norte del estado de Nueva York que va cogiendo más fuerza cuanto más avanza el tema, dando grosor a su sonido. Es también de mis preferidas. 

La última cara de esta presentación doble que hoy os traigo es Bell park loon, una canción con una flauta a lo Jethro Tull que pese a estar grabada desde hace casi cuarenta años, no ha sido hasta ahora que ha visto la luz por primera vez. Silence of the morning es otra de mis favoritas y la grabaron en el 71 los Glass sun de Rick y Bruce Roll para Sound patterns, de Michigan. Love to you es la cara B del single Love’s gone today que los Volt rush band grabaron a finales de los 70 para Red rock records. El riff de la guitarra de Steve Morris me recuerda vagamente al de You really got me. Y otra que también me trae recuerdos de otros temas es la siguiente, Long hot highway, otra de las destacables del disco, con un duelo de guitarras y teclados final y un estupendo bajo de fondo cuyo estribillo me hace venir a la memoria el de The bargain de los Who. Show stopper es funk-hard rock de campeonato que los Iron knowledge editaron en 1972 con Tammy records de Ohio. Para terminar, nada mejor que Daybreak, una versión de un tema de los McCoys que Sonny Hugg grabaron en un estudio de Lansing en 1970 con Rob Grange –luego en los Amboy Dukes de Ted Nugent y su banda en solitario– al bajo. 


En fin, un par de joyas que ya han tenido continuidad en un recientemente editado Third trip que al parecer vendrá acompañado de uno o dos lanzamientos más de la serie Brown acid en los próximos años. Y como no podía ser de otra manera, os acompaño la grabación de los dos álbumes. Disfrutadla. 


¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Pues disfrutando de tu propuesta me hallo. Temas jodidamente buenos, perdidos en cientos de discos, que suenan sobre todo a auténticos. Envidia me das. Gran entrada King. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haber contribuido a ello. Exacto, son de lo más auténtico. Saludos.

      Eliminar
  2. Tranquilo, no lee este blog jajajajaja

    ResponderEliminar
  3. Pues les hincaré el diente, porque si ha conseguido remover tu cartera es que tienen que ser cojonudos, ja, ja. El segundo vinilo es precioso, desde luego. Siempre es agradable pasearse por aquí y descubrir música nueva. Más aún si forma parte de los orígenes. Saludos a tu santa esposa...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He tenido que llevar el coche al taller para pasar la ITV. Más de 600 pavos. Estos van a ser los últimos vinilos en mucho tiempo, me temo. Pero valían la pena. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Son magníficos, hace poco salio el último estan todos en spotify, merece la pena comprar estos vinilos lo malo es que solo se pueden pillar por internet y te los tienen que traer de allí.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo