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Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

 


 


 

¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah.

Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y principios de 89. Y hay cuatro o cinco discos/artistas que me hicieron abrir mi abanico. Alguno lo descubrí yo entre la colección de mi hermano (que sorpresivamente se compró el Al límite del filo, de Ramoncín), otro en la radio (El mar no cesa de Héroes del Silencio) y otros me los descubrió una nueva influencia musical, mi amigo Alberto, que tocaba la guitarra, el bajo y el piano. Una mañana de invierno, en el paseo que solíamos hacer juntos hasta el instituto (estoy hablando de tercero de BUP y hay que recordar que en aquella época la fauna del instituto se dividía entre heavies tardíos, rockers con tupé y camisas de cuadros remangadas debajo de la beisbolera, algunos siniestros seguidores de Cure o Depeche Mode y algún incipiente hiphopero con sus grafitis y todo, pero como luego dijeron los Platero, poco rock and roll frente al blandipop de la movida) me habló de un grupo que le resultaba interesante pues tenían, a su parecer, un sonido rock divertido muy logrado con dos guitarras que se acompasaban y complementaban de forma muy acertada, según su opinión: eran Los Ronaldos con este Saca la lengua. Unos meses más adelante me pasó la cinta de otro disco de un grupo de nombre evocador donde los haya, La Dama se Esconde, que se quedó conmigo para siempre y que, a pesar del riesgo de las críticas de los duros del lugar y el miedo que pueda generarme al tratarse de algo tan importante y subjetivo, traeré al blog una vez que he destapado el recuerdo blandengue de aquellas épocas. El caso es que de este de Los Ronaldos no había más que poner la radio y en una hora escasa ya habías escuchado alguna canción. Así que, al poco tiempo, me compré el cassette original, que perdí y tras el disgusto inicial, recibí de regalo el vinilo en el siguiente cumpleaños de parte de mis padres (exagero, sólo me dieron el dinero para que me comprase otra vez la musiquita esa que me gustaba). Hostia, ya llevo casi un folio y sigo sin entrar en harina sobre el disco en cuestión, los artistas y su música.

Corría el año 85 y un imberbe Coque Malla se une al guitarra Luis Martín, al bajista Luis García y al batería Ricardo Moreno para ensayar y tocar música. Resulta que se les daba bien y ya en el año 86 se presentaron al público en las salas madrileñas y…oye que gustaron lo suficiente para que EMI les fichara y editaron en el año 87 su primer trabajo, titulado como ellos, Los Ronaldos. Ese primer trabajo es de una frescura y un descaro insultante para unos chavales tan jóvenes, con algunos de los temas más stonianos de la música patria en esa década y la siguiente, a la altura de los Burning, sí señor: “Sí,sí”, ”Guárdalo”, “Si os vais” o “Ana y Choni”. Lo curioso es que quizás el exceso de chulería y provocación que destilaban estos chavales, con Coque a la cabeza, hizo que el grupo se ganara el adjetivo de antipático. Porque, a ver, reconozcámoslo, se podía ser chulo, muy chulo o Coque Malla. Tengo la suerte de haber conocido en persona al guitarrista, Luis Martín y hablar y abrazarme con él en un par de ocasiones personalmente y más virtualmente, y precisamente ese no es un término que le describa sino todo lo contrario: un tipo grande en todos los sentidos (y todavía con un pelazo que te cagas a estas alturas, el cabronazo). Y saco lo de la antipatía porque en algunos lados he leído que quizás cansaron a la gente por esa imagen y no les perdonaron sus cambios de dirección artísticos. Sea como fuere, al año siguiente estaban en boca de todos, en todas la radios y televisiones y petándolo en las giras gracias a su siguiente larga duración, este Saca la lengua que, ya desde la portada con reminiscencias stonianas (¿hay algo que más se puede asociar a los Rolling Stones que una lengua fuera de la boca?) provocativa pero no vulgar, nos da una pista de lo que vamos a encontrar dentro. Hablando de portada, el cartón está diseñado de tal forma que puedes escoger tú, como en aquellos libros que se pusieron de moda en esos años, qué portada prefieres: esta desafiante de la moza sacando la lengua o una más formal y anodina con una foto del grupo que podrá titularse jóvenes con fondo azul. De todas formas, creo que a pesar de la portada, en lo musical la influencia de los Stones se siente menor en relación al disco de debut, y eso que trabajaron con el mismo productor del anterior LP, Paco Trinidad (Siniestro Total, Esclarecidos, Derribos Arias, Os Resentidos, Duncan Dhu, La Dama se Esconde y los némesis de Los Ronaldos, Los Enemigos, aunque estos como mucha menos suerte comercial que aquellos) pero mientras su primer disco era muy homogéneo y uniforme, este es mas movido y con más contrastes, consiguiendo superar el duro trámite del segundo trabajo y con nota. Las guitarras se las reparten entre Luis Martín y Coque Malla, principal, rítmica y acústica se las van repartiendo en los diferentes temas. Luis García al bajo y Ricardo Moreno a la batería, poniendo todos los coros a la voz principal de Coque. Y se graba en los estudios Track de Madrid durante junio de 1988. Ah, viene con letras y los créditos de cada canción, pero como si fuese un borrador, como cuando cogías apuntes que sólo tú entendías. Algo así, gracioso pero mareante.

La cara A comienza fuerte y creo que es mi favorita. “Ella es el gurú”, así en masculino. Una introducción isotérica-hindú (me imagino que por la asociación asiática a lo del gurú) nos lleva a un riff pesado que enseguida pasa a ser más rock, pero, sin dudar, la calificaría como la más poderosa gracias a su base rítmica y al afilado solo de guitarra. Además, me parece tan divertida como las más conocidas de este trabajo. Señalar antes de seguir, que creo que Los Ronaldos quisieron darle una pátina de funk a este rock…y sí, algo de pop también que había que salir en los 40. Le sigue la canción que más entroncaría con el anterior disco, por esas influencias stonianas aunque le metan una acústica e incluso un cencerro, pero sigue destilando socarronería por un tubo, y el riff final me recuerda al “Jumpin Jack Flash”. “Qué vamos a hacer” también nos da el ejemplo de la mayoría de los estribillos de este disco: repetir una palabra o una frase.  El tercer corte es una de esas canciones que todos hemos tatareado estando de fiesta. Porque además es muy fiestera, porque nos gusta y porque nos divierte, como he dicho al principio. “Por las noches” con letras descaradas, marca de la casa, y un fraseo curioso. Venga, reconoce que has entonado el estribillo alguna vez. Pasamos a “No me digas la verdad” me recuerda mucho a Burning, quizás por el uso de piano a cargo de Esteban Hirschfeld. “Es Verano” es el corte más flojo para mí. Sin embargo, los ritmos latinos y playeros a los que se asemeja pasarán a ser importantes en su siguiente larga duración, Sabor salado. En la versión CD, meten dos temas más, que voy a contar porque luego vais a ir a Spotify a escuchar el disco y os iba a extrañar oír dos temas que no he comentado. Son “No más amor” de nuevo con reminiscencias a Richards y los suyos. Y el único tema que no es propio, “El rock del Cayetano”, versión del tema de Pata Negra que suena distinta, claro, aunque poco aporta a la original.

Volvemos a lo que es el LP y su cara B. Comienza con “Siesta de alcohol” otro rockandroll de la nueva ola, como diría Miguel Ríos, que raya a buen nivel. Pasamos a “Lagarto”, con un toque más funky donde meten órgano (Luis Lozano), percusiones (Tito Duarte) y hammond (Esteban Hirschfeld). Aquí se aproximan más a Santana que a los Rolling Stones, pero siempre con su chulería innata. “No como él” me costaba al principio, pero hostia, ese wah wah y esos metales (arreglos de Angel Muñoz “El Reverendo”) y hasta la aparición de Tito Duarte con el triángulo, conforman uno de los mejores temas del redondo. Y llegamos al otro pelotazo del disco, el archiconocido y chuleta “Adiós papá” en el que la percusión de Tito Duarte le aporta un toque latino, quizás al estilo de los Radio Futura del “Escuela de calor”. Y enfilamos un más que digno cierre de disco con dos temas poco conocidos en su discografía, pero muy efectivos. Un acelerado y adictivo “Cuidado conmigo” y la canción que da título al vinilo, “Saca la lengua”, con un comienzo acústico y que, sin dudas, está más cercano a los Beatles que a los Stones y donde encontramos colaboraciones de “El Reverendo” con un clavicordio y Luis Lozano, que se hace hombre orquesta y la corneta sintentizada final, así como el hammond y la cuerda, también sintetizada, son suyas.

Hemos terminado. Como siempre, opinión subjetiva al canto. Para mi es un disco bastante bueno, que en su momento hacía falta para darle un meneo al tipo de música que se hacía en nuestro país, donde había demasiado blandipop y el rock estaba en manos de Loquillo, Ramoncín y poco más. Además, también creo que en general los discos de Los Ronaldos han envejecido mejor que los de los grupos coetáneos, aunque la producción de este Saca la Lengua fuera mejorable e hiciera perder el punch de su primer larga duración (eso sí ha envejecido genial).

A partir de aquí, Los Ronaldos intentaron darle una nueva dirección a su música en el 90 con la producción de John Cale en un infravalorado Sabor salado, que se la pegó en ventas. En el 92 sacaron un fantástico, a mi parecer, disco titulado 0, quizás el más completo de su discografía. Y terminaron su aventura en los estudios con Idiota en el 94, con buenas críticas, pero de nuevo pocas ventas, para poner punto y aparte en el 96 con el directo Quiero que estemos cerca, muy recomendable porque Los Ronaldos son ese tipo de grupos que en directo suenan mucho más cañeros que en estudio. A partir de ahí, cada uno por su camino de buen rollo, Coque sí continuó con su carrera en solitario, aunque no consiguió levantarla del todo hasta que, en el 2007, los cuatro interfectos decidieron reunirse para hacer un EP con cuatro temas (y el original título de 4 canciones) y un directo en 2008, La bola extra. Uno de esos temas nuevos, “No puedo vivir sin ti”, luego lo adaptó Coque en plan acústico y una campaña publicitaria de una cadena sueca de muebles lo puso en el mapa y radar de toda España. Y desde entonces, Coque no se ha bajado del éxito y el reconocimiento facturando grandes y variados discos en solitario. Y, de vez en cuando, llama a sus amigos Luis, Ricardo y Luis para hacerse un documental, unos temas o, como pasará hoy 31 de enero, marcarse unas cuantas canciones en directo para celebrar sus 40 años en el mundo de la música.

 

 

 

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