Ir al contenido principal

Alan Parsons Proyect - Ammonia Avenue - 1984

Buena tarde, día o noche. Ante todo, por preservar las buenas maneras, me presento. Mi nombre es Raúl Lupiáñez. Si usted, estimado/a lector/a, suele pasar rato en Twitter/X, posiblemente le suene mi nombre como alter ego de SomeWhereOut, mi pequeño proyecto música cercano a eso que llaman rock progresivo. Además, suelo dar guitarrazos en la banda 41 Ravens y otros proyectos. Últimamente me ha dado por hablar de discos que me gustan junto a mi amigo Juanan Oliva en nuestro podcast Días de Discos. Como podrá comprobar, buena parte de mi vida gira en torno a la música, por lo que la invitación a escribir este blog sobre mi pequeña colección de vinilos es más que agradecida. 

Y qué mejor forma de empezar que escribiendo unas líneas sobre Alan Parsons Proyect. Siguiendo la estela de mis nuevos compañeros de pluma, que ya han visitado algunos de sus excelsos trabajos, hoy me gustaría compartir mis pensamientos sobre Ammonia Avenue, séptimo larga duración del dúo británico. Por cierto, este vinilo cayó en mis manos como regalo por parte de mi gran amigo y compañero de armas musicales John Serrano, que tuvo a bien de entregármelo de su colección. Siendo una de mis bandas (proyectos, mejor dicho) predilectas y de cabecera, le estoy más que agradecido a John por el presente que me brindó aquella mañana de verano. 


Sin duda, y como ocurre con este formato, es un autentico lujazo poder contemplar la imagen de la avenida del amoniaco a tamaño vinilo, con todos los detalles del diseño del colectivo Hipgnosis, con esas enigmáticas imágenes tan características. Perdóneme la ignorancia, y es que soy un poco lego en materia de ediciones, pero sobre este ejemplar solo puedo decir que se publicó en 1984, por lo que entiendo debe de ser una de sus primeras impresiones. 


Centrándonos en lo musical, nos encontramos con que Alan Parsons y Eric Woolfson se sumergen casi completamente en el pop-rock, si es que podemos usar esa etiqueta, abandonando casi por completo el rock sinfónico salvo por pequeños destellos. Esto no resta ni un ápice de calidad al disco, ojo. Tenemos una colección de canciones compuestas con una exquisitez y un buen hacer tremendos, como la inicial Prime Time, que conserva ecos de su anterior megahit Eye in the Sky. Let Me Go Home y One Good Reason son sólidos temas de corte rockero que preceden a la balada marca de la casa Since the Last Goodbye, con el habitual colaborador Chris Rainbow a las voces. La cara A finaliza con una de las canciones más radiadas del proyecto, Don´t answer me, con el mismo Woolfson a la voz que parece que con el éxito descomunal del citado Eye in the Sky ganó confianza para ponerse delante del micrófono en muchos de los momentos de este disco. El lado B comienza con Dancing on a Highwire, que tiene ese aura soñadora y nostálgica tan propia de Parsons y los suyos. You Don't Believe con voz Lenny Zakatek, más movida, nos lleva a la instrumental Pipeline. Y es que rara vez el dúo no incluyó un momento instrumental en cada una de sus obras. Por fin llegamos al cierre con el magnífico tema homónimo, majestuoso y sinfónico, cuya sonoridad nos lleva al pasado progresivo del proyecto, con esas épicas partes orquestales del maestro Andrew Powell.


Lo dicho, un disco menos ambicioso, más simple, pero no por ello menos disfrutable, ya que la magia y la personalidad de Parsons y Woolfson está presente en cada nota que suena. Muy recomendado para cualquier fan de ese sonido de primeros de los ochentas y del pop y el rock más elegante y elaborado. 

Para despedirme, agradecer de nuevo a John por el regalo del vinilo y a Manu de Rockología por la invitación a este fantástico blog. A seguir escuchando música. 


Comentarios

  1. ¡Bienvenido, Raúl!, menudo pedazo disco para comenzar tu andadura en ffvinilo. Ha sido una gozada recordar este trabajo y el género progresivo en general, sobre todo el ochentero. Para los que ya peinamos canas siempre es muy grato recordar estos discos que marcaron nuestra adolescencia. ¡Saludos y redobles!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Los discos de esta época tienen un sonido y una magia especial, para mi APP representa totalmente esos tiempos. Un gustazo escribir por aquí, además de leeros!

      Eliminar
  2. ¡Bienvenido al blog! Te estrenas con todo un referente de la música popular. Productor y compositor fundamental. Personalmente, adoro sus discos más progresivos ("Tales of mistery...", "I Robot", y sobre todo "The Turn of a Friendly Card", mi favorito"). Pero de su época más pop, también me gusta su clásico "Eye un the Sky". Reconozco que el disco que presentas no lo tengo escuchado, excepto la archiconocida "Don't answer me". Este fin de semana lo escucho sin falta. Estoy seguro de que me gustará. Enhorabuena por la entrada. Buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Yo tambien soy de la etapa más prog, pero reconozco que no tienen disco que me disguste, incluso los mas poperos. Este creo que aun mantiene cierto aire sinfónico en algunos momentos que hacen la escucha más fácil para los que venimos del prog. Espero que lo hayas escuchado y disfrutado, un abrazo!

      Eliminar
  3. Gracias a ti por intentar unirte a esta familia de anormales adictos a la música. Espero leerte por aquí muchas veces con tus propuestas y comentando las de los demás. Respecto a tu elección, debo reconocer que APP es uno de mis debes musicales. Claro que les he escuchado (sobre todo sus discos más "clásicos"), pero sin mucha pasión. Más como un ejercicio completista que otra cosa. Confesado esto, y con mis máximos respetos como banda, le he planchado la oreja a tu propuesta (no recuerdo haberlo hecho antes) y me ha gustado bastante. Cierto que suena más pop/eighties de lo que esperaba (ya lo habías advertido, lo sé) y algunas tonadas entran mejor que otras (Let me go, One good reason). Otra muesca en nuestra vinilopedia. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que te haya gustado! Efectivamente, tiene un sonido típico de la primera mitad de los ochenta. A mi me flipa ese sonido. Si te animas, yo te recomiendo que vayas marcha atrás cronológicamente, te vas a encontrar discos que ya conoces pero tal vez, al haber escuchado este, tengas otra perspectiva. Un abrazo!

      Eliminar
  4. Pues bienvenido a este espacio y que dure, sobre todo si tus aportaciones son como la de este fin de semana. No es mi estilo de cabecera, pero Parsons forma parte de esos músicos alejados supuestamente de mis gustos que sin embargo me encantan. Aunque no poseo ningún vinilo suyo, de tanto en tanto vuelvo a él. Y mira, quizás me hayas dado una idea. En este disco destacan Prime time, la preciosa Since the last goodbye, la muy popera Don’t answer me, Pipeline y la emocionante Ammonia avenue. Una compañía perfecta para este sábado. Saludos. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Yo creo que con APP pasa eso, tiene un estilo que encaja en mil sitios diferentes así que es fácil que guste a un público muy diverso. Un abrazo!

      Eliminar
  5. Mi hermano tenía este, el Steteotomy y el Vulture Culture. Lógicamente, son los tres que más he escuchado de ellos junto con el Eye in the sky. Es decir, la época popera. Este disco es fantástico y me ha traído grandes recuerdos la escucha.
    Ah. Y bienvenido.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El Stereotomy es otro de mis preferidos de la época pop. La verdad es que se adaptaron muy bien a los ochentas. Buena colección de la de tu hermano! Un abrazo!

      Eliminar
  6. Bienvenido!!! Este no lo tenía pilotado y ha sido un agradable descubrimiento. The Alan Parsons Project siempre ha sido un "Pendiente" para mí, aunque escuché bastante el "The Turn of a Friendly Card" y el "Eye in the Sky".
    Genial primera entrada. Te animo a traernos por aquí más discos de Alan Parsons para conocer mejor su obra.

    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias! Dos grandísimos discos los que comentas. De hecho, el Turn está en mi top de la banda. Si te animas, échale una oreja a los dos primeros, cuando estaban en su etapa más progresiva, estoy seguro que los vas a disfrutar muchísimo. Gracias y un abrazo!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Cactus - One way...or another (ATCO, 1971)

  El grupo que traigo hoy es uno de esos que, a pesar de su calidad, no logró el éxito comercial que merecieron durante su existencia, y creo que hoy en día tampoco han adquirido el nivel de reconocimiento que merecen. Aunque hace años el amigo  Rockología  ya se encargó de avisaros con la reseña de su tercer disco (“ Restrictions ”), yo no me canso de hablar de este a grupo a todos los aficionados al hard rock setentero, o al rock guitarrero en general. Ya sé que esto se dice de muchos grupos, pero es que éste era un supergrupo. Esta palabra, que generalmente se utiliza muy a la ligera, aquí cobra todo su sentido, y, si no, fijaos qué plantel. Camine Appice à la bateria. Tim Bogert al bajo, Rusty Day a la voz y la armónica, y Jim McCarty a la guitarra. Carmine Appice es uno de los mejores y más influyentes bateristas de la historia del rock. Fue el primero en comenzar a tocar la batería con una contundencia inusual. Según el propio Appice, se vio obligado a hacerlo porque debía ha

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

President - Have a nice trip (1993 - Barrabás)

Si alguien me hubiera preguntado, oye Paco ¿dime tres ciudades de España en la que no haya bandas de heavy/thrash metal? Una de ellas, no por nada en especial, por desconocimiento total de la escena metálica salmantina, o por ser una ciudad universitaria, de pequeño tamaño y poco industrial, seguramente hubiera sido Salamanca. Pues, me hubiera equivocado.

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.