Pues sí, hoy toca vinilo de la serie “Los singles de mami” y concretamente este de la granadina María de los Ángeles Rodríguez Fernández o –como fue conocida en España y allende nuestras fronteras–, Gelu, que era el apodo cariñoso que le puso su madre de niña. Resulta que –os soy sincero– no había oído hablar de ella en mi vida, pero la verdad es que Gelu fue toda una estrella internacional, paradigma de la chica yeyé que llevó a la fama en cine Concha Velasco gracias a la canción de Antonio Guijarro y Augusto Algueró. Y eso que cuando grabó el EP que os traigo este viernes, en el momento álgido de su carrera, la joven contaba sólo con veinte años.
Gelu había nacido en la calle Fábrica Vieja de Granada y junto a dos
hermanas y un hermano creció en el seno de una familia con un padre
funcionario que amaba la Zarzuela, por lo que la música formaba parte del
día a día de la chiquilla, a quien al parecer no sólo le gustaba cantar sino
que tenía aptitudes para ello. Esa fue la razón por la que una de sus
hermanas la inscribió en un concurso de Radio Granada... que acabó ganando,
en una final celebrada en el Teatro Isabel la Católica, lo que supuso el
inicio de su fulgurante carrera. La chica comenzó estudios de piano y canto,
pero no terminó ninguna de las formaciones. De hecho, no completó ni el
bachillerato. Y es que Gelu, lo que quería era cantar. Tras unos inicios a
nivel local –la joven cantaba en los Jardines Alberto, en el Balneario
Lanjarón y la radio y los periódicos de la ciudad hablaban de ella–, la
oportunidad le llegaría en Madrid, concretamente en TVE después de que en
Radio Madrid le dijesen con pésima visión comercial que no servía para
cantar. Total, que tras salir en la pequeña pantalla, el Hotel Felipe II de
Madrid la contrató por un dineral de la época. Vamos, lo que ahora hacen los
Crüe o KISS en Las Vegas, pero un poquito más sencillo.
No obstante, en los 60, las discográficas estaban casi todas en Barcelona así que el padre de Gelu –que a esas alturas ya ejercía de representante de la joven– pidió una excedencia y se estableció en la Ciudad Condal con la familia. Así es como su hija comenzó a cantar por diversas emisoras hasta que fue fichada por La voz de su amo, quienes la convirtieron en estrella. Como os he dicho al principio, no conocía para nada a esta cantante pero mi padre habla de ella como si fuese la Taylor Swift hispana de la época, una superventas de la que todo el mundo conocía sus singles y los bailaba en guateques. Como era habitual, la discográfica se fijaba en estrellas internacionales del momento como Petula Clark, Mina o Rita Pavone y le hacia grabar a Gelu las adaptaciones al español de sus éxitos. Así es como la granaína grabó más de un centenar de canciones y consiguió tres discos de oro, en 1960, 1962 y 1963, el último por El partido de fútbol, EP en el que estaba la versión en castellano del éxito de Rita Pavone La partita di pallone y que eclipsó al original. En la cumbre de su carrera, Gelu se embarcó en varias giras por América –con paradas en Nueva York incluidas– y sobrepasó el ámbito musical siendo imagen de diversas marcas como la de Cosméticos Place Vit.
Sin embargo, Gelu se cansó de –en sus propias palabras– todo ese mundo de artisteo y en 1969 grabó su último disco. Además, se casó con Jaume Palau –músico de Mollerussa que tenía el nombre artístico Santy y consiguió cierta fama versionando grandes éxitos de los festivales de San Remo o Eurovisión– por lo que encontró la excusa perfecta para iniciar una nueva vida alejada de los focos, la fama y la exposición mediática. Cuando tuvo a su hija decidió que ser madre era incompatible con cantar y ahí terminó del todo su carrera. Y yo supongo que esa ha sido la razón por la que su fama quedó sepultada por la nueva hornada de artistas aparecida en los años 70 y no ha trascendido a través de los años como si ocurrió con intérpretes incluso menos importantes que ella. Por ese motivo, creo que este es un buen momento y lugar para reivindicar su figura. Eso sí, aunque me reafirmo en que si hace un tiempo me hubieseis preguntado por Gelu no hubiese sabido a quién os referíais, lo cierto es que al investigar para escribir esta reseña he visto que conocía perfectamente la mencionada El partido de fútbol.
Pero no fue ese EP el que compró mi madre sino este que hoy os presento y
cuyo track list es:
A
No soy digna de ti
Qué harás
B
El amor
Ammore mio
El disco comienza con No soy digna de ti, una de esas canciones que en los guateques servían para arrimar cebolleta y donde se advierte la gran voz de Gelu. La canción es la versión en español de Non son degno di te, compuesta por Bruno Zambrini y el letrista Francesco Migliacci que en Italia popularizó Gianni Morandi, de quien ya os hablé hace unas semanas. Más alegre es Qué harás, adaptación de Tu farai de Bruno y Augusto Martelli –padre e hijo– y el letrista brasileño Alberto Testa que ese mismo año grabó la italiana Mina para Belter, que también muestra la calidad vocal de la granadina. Usando repetidamente una melodía robada a Bach –hoy le llamarían utilizar un sampler–, la cara B comienza con El amor, una composición alegre y muy poppy del chileno Joaquín Prieto. Y el EP finaliza con la balada Ammore mio de Carlo Donida y Giulio Rapetti adaptada por el letrista Nicolás Suris y el compositor y arreglista Julio Guiu, que utilizaron sus pseudónimos de Gil Luaño y Julio César respectivamente.
En fin, un disco de música ligera, muy italiano al gusto de la época, con
una voz de calidad y de una artista –al menos por mi– bastante desconocida. Espero
que os haya gustado su historia.
¡Feliz viernes!
@KingPiltrafilla
Esta semana has salvado del vacío al blog. Me encanta tu serie de vinilos maternos, lo confieso, no por la escucha, que se me ha hecho un poco dura, si no por las historias que traes. Toda una hitmaker esta Gelu. He tenido que escuchar "El partido de fútbol" y resulta que ya la conocía. Qué moderna era tu madre. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, aquí estamos tú y yo. A mi también me gusta especialmente la serie, evidentemente. Y también por cosas que no tienen que ver con el género musical, obvio. Me das una alegría. Por otra parte, me encanta la investigación a la hora de escribir las entradas ya que siempre me entero de cosas a las que no había prestado atención. Los sesenta me pillaban lejos. Y sí, mi madre era una jovencita muy moderna e independiente en su época -trabajaba en Banesto como secretaria de dirección y hacía teatro por las noches-, pero desgraciadamente sólo le dio por comprar música entre los años 63 y 65. Una pena. Abrazo de vuelta. KING
EliminarNi idea de esta cantante, la verdad. Buena voz. Curioso lo que dices de que tu madre solo compró discos un par de años. Sabes la explicación? Un saludo
ResponderEliminarSí que tiene buena voz, sí. Y la historia también es curiosa. En cuanto a lo de mi madre, pues no tengo ni idea y ya es tarde para preguntárselo. Pero al caer en mis manos sus singles veo que la mayoría son de 1964 y 1965. A lo mejor hasta entonces no tenía tocadiscos, luego conoció a mi padre, me tuvo a mi... en fin, se convirtió en ama de casa, dejó el trabajo y supongo que lo de comprar vinilos e ir a guateques se acabó para ella. Pero en casa siempre se escuchó mucha música por la radio.
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