Ir al contenido principal

Gambler – Love and other crimes (EMI America-1980)


No amigos, no me he equivocado de imagen. Las normas del blog obligan a que las fotografías sean de nuestros vinilos y ESTE es el que yo compré. Me explico. 
 
La verdad es que no acostumbro a adquirir mis discos en mercadillos, lo mío son las tiendas del ramo o ferias vinílicas. Sin embargo, me gusta curiosear en las cubetas de vinilos de algunos puestos callejeros –nunca se sabe qué joya se puede haber dejado alguien en esos agujeros atemporales– en las que se agolpan sin orden ni concierto recopilaciones Bolero Mix, maltrechos ejemplares de la Historia de la Música Rock, el Sol y Sombra de Luis Cobos o los Grandes éxitos del 77 que regalaba alguna entidad bancaria en su día. Esta vez tendría que haber hecho como en anteriores ocasiones y haber abandonado el lugar con una sonrisa de incredulidad bajo la mascarilla. Sin embargo, ahí estaba totalmente fuera de lugar el Danger zone de Sammy Hagar a un precio irrisorio. Y aunque la carátula tenía un agujero y la funda interior no se encontraba en muy buen estado que digamos, el vinilo se veía limpio y en buenas condiciones –porque miré los surcos, por si había algún golpe o raya– lo que indicaba que la compra era acertada. ¿Qué podía salir mal? Pues que, concentrado en el estado del plástico, no se me ocurrió fijarme en la galleta. Y es que nunca me había ocurrido algo así en treinta años. Así, mientras el envoltorio era del álbum del red rocker que pensaba estar comprando, al llegar a casa me di cuenta de que el vinilo era de unos tales Gambler a los que –os lo confieso– no tenía el placer de conocer, al menos conscientemente. 
 

Investigando, resulta que el grupo se había formado en Chicago y ya había editado antes de este Love and other crimes un primer álbum producido por Jeff Glixman. Cultivando un estilo atractivo, mezcla de –dicen– Reo Speedwagon y Styx, este segundo elepé lo produjeron ellos mismos junto al ingeniero Phil Bonanno –que al año siguiente participaría en la grabación del segundo de Survivor– y acabaron separándose antes de que EMI les echase del sello a causa de las bajas ventas del disco. Los integrantes de la banda eran Del Breckenfeld al bajo y coros, Warren Mays a la guitarra y coros, Chuck Schwartz a la batería, Bruce Breckenfeld a los teclados y Nathan Shaffer a las voces y guitarra, que se pasaría a Roq Royale tras la disolución del grupo. 
 

El track list de este segundo y último elepé del grupo, del que poseo el vinilo original norteamericano fue: 
 
A 
Something crazy 
It never felt like this 
Even a loser 
Dirty Susie 
Double indemnity 
 
B 
Head hunter 
She’s my girl 
Hotline 
Life on the line 
I put my love 
 

Y vamos con los temas. Something crazy es un hard-AOR enérgico y pegadizo, con coros, muchos teclados, una guitarra más que aceptable y una base rítmica muy potente. Es una inmejorable forma de comenzar lo que tenía que ser un disco de Sammy Hagar. Le sigue It never felt like this, más hard-rockera y que me trae recuerdos de unos 38 special, por ejemplo. No abandona los estribillos con coros ni los teclados pero es más guitarrera que la anterior. Even a loser olvida algo el uso de teclados y el abuso de coros y tira más a un classic-rock tardosetentero, palmas incluidas. Y Dirty Susie me trae ecos de hard-melódico sureño y tiene un buen trabajo de guitarras además de un Hammond muy acertado. De mis preferidas del disco. Pone fin a la cara Double indemnity, otro elegante exponente de hard rock melódico con teclados y agradable de escuchar pero también con mucha fuerza, que para nada resulta melifluo. Después de escuchar esta cara por primera vez, superada la enorme sorpresa inicial, esta se torna en satisfacción. Y es que el error en la compra del vinilo me ha permitido descubrir una obra de lo más recomendable. 
 
La cara B se inicia con Head hunter, que es más de lo mismo respecto a los temas anteriores, sencillito y guitarrero. El inicio de She’s my girl con la intro de piano y esa entonación de voz ya nos augura que estamos ante un medio tiempo con más sentimiento y menos guitarreo. Coros, efectos de sonido y el bajo de Breckenfeld marcando el ritmo completan las características del tema, que viene seguido por una rápidita Hotline, que evidentemente tiene también coros y teclados pero es mucho más enérgica y de melodía juguetona, con purpleliano solo de Hammond incluido. Life on the line sigue la tónica general aunque es más hard-rockera que la anterior y el punto final llega con la –esta vez sí– algo meliflua al principio I put my love, un tema protagonizado por el piano, los teclados y la voz de Shaffer, que conforme avanza se beneficia del aporte de unas guitarras muy sentidas. 
 
En fin, que como el mercadillo era ocasional, échale un galgo al vendedor. No obstante, pese a que ahora estoy obligado a seguir buscando en vinilo el estupendo Danger zone, resulta que el álbum no está nada pero que nada mal si te gusta el hard melódico setentero. 
 

En resumen, que hoy lo que cuenta no es el grupo del que os he hablado o el descubrimiento de una banda y una obra que tienen su valor, sino el monumental error –quiero pensar que involuntario a tenor del precio de venta– propiciado por un vendedor sin tiempo para comprobar sus artículos y un comprador que se hace viejo más rápido de lo que cree. 
 

Estas son las imágenes de la cubierta que hubiese tenido que guardar el vinilo en su interior. Claro que entonces nunca hubiese escuchado a esta banda porque no creo que se me hubiese ocurrido comprarlo. 
 





Os acompaño una selección de temas para que los amantes de este género musical podáis constatar que quizás no he salido ganando con el cambio, pero tampoco he perdido en absoluto. 
 
¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Lo que me he reído. No me ha pasado nunca algo así, comprar un disco y encontrarme con otro dentro, sí muchas veces comprar un disco y que no fuera lo que esperaba, pero claro, eso entra dentro de las posibilidades. Me lo voy a poner ahora, y así les escucho, porque, al igual que tú cuando viste la galleta del vinilo, no tenía ni idea de quiénes son estos mozos. Buena historia 😁 Feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro de haber puesto algo de humor en la mañana. La verdad es que me han gustado estos tipos y ha sido una buena manera de descubrirlos. Además, el precio era irrisorio. Como dices, es mucho peor cuando te compras algo a precio normal y luego no es lo que esperas. En los 80, época preinternet, pasaba a veces. Feliz fin de semana.

      Eliminar
  2. ¡A mí sí me pasó algo parecido! En mi caso, una compra online. Carátula correcta, vinilo incorrecto. Y nada que ver tenían. El vendedor (quien reconoció el error) me envió la carátula incorrecta y el vinilo correcto y ahora tengo un vinilo que no hubiera comprado jamás en mi colección por este extraño suceso. De hecho, es una historia que me he planteado contar alguna vez en este blog. Ya no ha lugar. O ya lo he hecho, ja, ja. En fin, que me pongo con estos Gambler. Al menos tú sacaste un disco decente que puedes poner de vez en cuando. Quizá en otro mercadillo encuentres la carátula de Gambler con el disco de Hagar dentro. O contenga otro vinilo distinto y tengas que seguir la cadena musical. Eso sería una buena historia. Que alguien lo hubiera hecho adrede en forma de aventura (se dice challenge hoy en día, creo). Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Joder, no se me había ocurrido. ¿Te imaginas que alguien se dedique a recorrer los mercadillos cambiando en cadena los vinilos y que debas seguir, como miguitas de pan, cada uno hasta cerrar el círculo? Buena historia. Espero que te gusten los Gambler, no matan pero tienen calidad. Un abrazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Rainbow – Down to earth (Polydor-1979)

Sin vinilos raros o exóticos para comentaros esta semana, echo mano de mi fondo de armario vinílico y como en mi anterior visita, dedico la reseña de hoy a otra de esas obras incontestables de finales del siglo XX de las que nadie quiere hablar porque todo cuanto pueda decirse, sobra o es redundante. Pero para eso estoy yo, para redundar en lo obvio. Y para dar a la reseña un enfoque diferente, más que del álbum –que también–, os hablaré de su vocalista. Total, que después de saber de él en Alcatrazz [ aquí ] o MSG [ aquí ], hoy os traigo de nuevo al incombustible Graham Bonnet para presentaros otro enorme disco en el que participó aportando su personalísimo estilo. Poneos cómodos.    Érase que se era el británico Graham Bonnet , un adolescente nacido en una localidad costera del condado de Lincolnshire que se ganaba unas libras cantando jingles para la radio. Su primo Trevor había emigrado con sus padres a Australi...

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Helloween - Pink bubbles go ape (1991, EMI)

  Aprovecho la reciente visita a nuestro país de la banda multigermánica Helloween para compartir aquí contigo, lector con orejas inquietas, otro de esos discos que me gusta catalogar con la etiqueta de “síndrome del disco de después”: aquella obra musical editada tras un pelotazo, éxito o gloria en forma de DISCARRAL y que palidece a su sombra independientemente de su calidad o éxito. Discos que han sido “un fracaso” porque vendieron la mitad que su predecesor o porque, simplemente, no respondió a las expectativas. En este contexto, queda claro que casi cualquier cosa que nuestros protagonistas hubieran editado después de “Keeper of the seven keys II” (más aún si lo consideramos un solo disco con su primera parte) iba a ser valorado con el rasero de una(s) obra(s) catalogadas aún hoy como Obras Maestras del Discarralismo (OMD para los entendidos). Si añadimos que las acciones (o inacciones) de algunos de los protagonistas de la banda y alrededores contribuyeron a dificultar la pr...

Mötley Crüe - Too Fast For Love (Leathur Records,1981)

  Mötley Crüe en los días en los que grabaron " Too Fast For Love " vivían como auténticos vagabundos, de casa en casa de quien tuviese las pocas luces de dejarles entrar, lugares abandonados, furgonetas cutres y un sinfín de cuchitriles a cual peor donde los cuatro solían dejarse caer totalmente colgados de caballo.  No era algo exclusivo de ellos, así coexistían muchas de las bandas de la ciudad de los Angeles justo cuando entraron a grabar su debut en Octubre de 1981. La cosa fue muy rápido, en cinco días ventilaron las canciones en una vieja consola API de 24 pistas con Michael Wagener de ingeniero de sonido, el alemán venía directamente de terminar con Accept su tercer disco en estudio " Breaker" .  La grabación se la costeo el propio manager de la banda, y les costó unos cinco mil dólares. Vince, Nikki, Mick y Tommy no tenían casi ni para comprar hamburguesas, pero se las arreglaron para prensar inicialmente 900 copias de Too Fast For Love y venderlas con ...

Megadeth – Peace sells... but who’s buying? (Capitol records-1986) [Resubido]

Hay álbumes que se resisten a aparecer por estos pagos porque son obras tan incontestables y sobre las que se ha dicho y escrito tanto que parece que sobra regresar a ellas. Pero hoy me siento en la necesidad de que eso no me afecte y he venido a expresar obviedades. Creo que no miento si os digo que descubrí a los Megadeth con el So far, so good... so what! [ aquí ] y es un disco que adoro, como otros de la banda. Sin embargo, creo que es en este Peace sells... but who’s buying? en el que se sientan las bases de la carrera de Dave Mustaine y sus Megadeth . Y sí, desde un punto de vista comercial o de calidad compositiva o de sonido, quizás otros álbumes están por encima... pero la importancia de esta obra es capital (sí, yo también utilizo mucho los tres puntos), desde su icónica portada hasta su última nota. Por eso, aunque Omar Sandoval ya comentó [ aquí ] hace más de una década este disco desde una apro...

Asteroid B-612 - "Roads, Stars" (2025)

…guitarras distorsionadas, más sutiles y cromáticas creando un paisaje más amable que el poderoso y furibundo bramido de antaño… Por  Jorge García . Cuatro discos como cuatro soles en la década de los noventa, cuatro toques de queda indispensables para aquellos que gustan del rock de fuerte pegada con ascendentes de Detroit y de su Australia natal. Un cuarto de siglo de silencio discográfico, y ahora podemos  decir con pruebas físicas y sonoras en la mano, que  Asteroid B-612   ha vuelto.   Para este retorno, que según palabras de la propia banda  ha nacido del simple deseo de subirse a un escenario con viejos amigos , publican un nuevo álbum titulado  "Roads, Stars"  que ha sido grabado en Australia y España durante el año 2024 y que ha mezclado  Pepe Gomar  y  Mike Mariconda . Por supesto  Johnny Spittless  en la guitarra y el vocalista  Grant McIver  continuan capitaneando la nave junto al batería  Ben Fo...