Niños y niñas, como ya sabéis y si no os lo cuento, antes la televisión pública cuidaba la música. Muchos programas, emisión de videoclips entre medias de programación y retransmisión de directos. El grupo que nos ocupa fue el protagonista de uno de los conciertos, en un programa llamado Los Superconciertos de Por la Mañana, que conducía Jesús Hermida. Durante un par de veranos, se emitieron conciertos de los grupos más importantes de nuestro panorama musical, consiguiendo que en las calurosas mañanas de verano estuviésemos, los amantes de la música, pegados a nuestra televisión disfrutando y descubriendo música. Una de esas mañanas estaba yo matando el tiempo libre y Hermida presentó a “un grupo con uno de los nombres más bonitos y evocativos que existen en España”. Y flipé bastante, por lo que no es sorprendente que este vinilo entrase en mi colección.
Hace poco os traje por aquí el directo de los Sopa de Cabra, comentando que tenía algún otro disco en vivo grabado con el mismo estudio portátil llamado El Camión, y os amenacé con compartirlo con vosotros. Aunque a continuación endurecí mi propuesta con los RATM aquí, siempre cumplo y hoy lo tenéis.
Advertencia: si, una vez visto el grupo protagonista de esta entrada, vienes aquí con el prejuicio generado por la sobreexposición y sobredosis que con el “Sabor de Amor” hemos sufrido desde finales de los 80 por las radios, televisiones y Dj’s de bares de mala y buena muerte, date la vuelta y no sigas leyendo. Aunque si te gusta aprender sobre música, haz todo lo contrario. Quédate que vas a descubrir algo totalmente distinto a lo que te imaginas. Porque estos primeros Danza Invisible que te traigo tienen mucho más en común con nombres como Simple Minds, The Police, Smiths, U2, Talking Heads y, por qué no, no con los posteriores, Héroes del Silencio primerizos, que con las referencias caribeñas en las que se movieron cuando alcanzaron el éxito masivo.
Vamos a contar la historia de estos malagueños desde el principio. Y para ello me voy a fusilar la mayor parte de lo que se cuenta en un documental, titulado “Danza Invisible: A este lado de la carretera”, que se emitió en el programa de RTVE Los Imprescindibles, pero que ahora sólo he podido encontrarlo online en una web que os dejo por ahí si tenéis curiosidad.
https://worldwideradio.net/documental-danza-invisible.html
El primer alma y corazón de Danza Invisible fue Ricardo Texidó, batería del grupo Cámara. El tío tenía muy claro que quería llegar lejos en el mundo de la música y se autoimpuso una férrea disciplina para ello. Convenció allá por el año 1981 al bajista Chris Navas y al guitarrista Manolo Rubio que tocaban en otro grupito llamado Adrenalina, para tocar juntos. Chris y Manolo, compañeros de instituto, alucinaron con Ricardo, porque era un gran baterista y además cantaba bien por lo que creyeron que era una gran idea comenzar juntos una aventura. Al poco reclutaron a un chaval un poco mayor que ellos, Antonio Gil, con más experiencia en la guitarra, para unirse a ellos. Al cabo de un año, decidieron que necesitaban liberar a Ricardo de la parte vocal, porque ya era compositor y batería, y ficharon a un conocido de Ricardo, Javier Ojeda que, tras una primera prueba horrible, se incorporó al grupo tras la segunda prueba interpretando la primera canción que se compuso entre todos. Ya tenemos a los integrantes.
Ahora, situamos la época y el sitio donde surgieron: Torremolinos, capital del turisteo y la casposidad del cine de destape. Pero, precisamente gracias al turismo, era una de las ciudades más modernas y con más influencias extranjeras de la península. Sus influencias venían directamente de Inglaterra no de Madrid, donde se tamizaba demasiado la música anglosajona para adecuarla a lo que luego fue la Movida Madrileña o similares.
Grabaron un Ep titulado Sueños y se ganaron el concurso de rock de Jerez de la Frontera, donde impresionaron a los jurados y críticos porque, hostia: “sabían tocar”. Al parecer, los grupetos de la capital de aquella época tenían mucha creatividad, pero iban justitos de destreza musical. Los Danza, bajo la batuta y dirección extenuante de Ricardo, eran muy disciplinados, no se saltaban ningún ensayo, y tocaban hasta la perfección. Aquel premio, además de darles la posibilidad de grabar otro EP, les hizo dar el salto, nada más y nada menos, a actuar en el mítico Rockola, donde terminaron de conquistar a la crítica especializada por esa perfección en la interpretación y su fuerza en directo, trabajada todos los días en el local de ensayo. Enseguida fueron contratados para grabar su primer LP, Contacto Interior, en 1983, con la producción de Julián Ruiz. Pero fue un fracaso. Quizás porque la producción fue demasiado blanda, las guitarras pasaron a un segundo plano, dulcificando su sonido del directo en exceso. La hostia en ventas y aceptación fue tremenda porque hay que reconocer que iban un poco de creídos y muy creciditos, aunque tuviesen razón y fuesen superiores musicalmente a sus contemporáneos. Pero no hay mal que por bien no venga, como dicen. Y se levantaron, apoyados en que su directo seguía funcionando, telonearon a Spandau Ballet en nuestro país. Se tomaron con calma la publicación de su segundo disco, Maratón, donde inician su colaboración con Rodrigo Rosado, letrista amigo de Ojeda que le da una vuelta a la calidad de las letras en 1985, y que fue un paso adelante pero no el definitivo. Aquello llego en 1986, cuando pudieron irse a grabar a Inglaterra más concretamente al estudio Yellow-2 de Manchester, producido por Chris Nagle, su Música de contrabando. Como curiosidad, los coros de aquel disco los hizo una joven cantante de la zona que luego triunfaría en el mundo de la música, Lisa Stansfield. Y tras este disco tan redondo, decidieron plasmar su fuerza en un doble en directo, titulado, simplemente, Directo, editado en 1987.
Va, interrumpimos la historia para pasar ya al disco, que os estoy aburriendo. Luego terminaremos. Todas las canciones compuestas, arregladas e interpretadas por Danza Invisible (muchas de las letras están acreditadas a Rodrigo Rosado). La producción corrió a cargo de Luis Fernandez Soria. El concierto fue grabado por la unidad móvil de El Camión, el día 20 de diciembre de 1986 en la madrileña Sala Universal en Manuel Becerra, aunque el orden de temas que se tocó no es exactamente el del disco. La portada es un magnifico cuadro de Javier Hidalgo, así como el diseño del disco. No he podido encontrar el directo en tu totalidad en youtube, sólo 5 canciones, que es lo que va a acompar al texto.
Comienza todo con “Tu voz”, la primera canción que cantó Javier Ojeda con sus nuevos compañeros de grupo en su segunda prueba, en la que demuestra que va sobrado de voz. Desde la intro, con esa poderosa base rítmica a cargo de Texidó y Navas, empezamos a entender de qué va esto. Los riffs de guitarras de Rubio y Gil, afilados, para lo que eran los grupos pop de la época, le dan fuerza y consistencia a una letra que, ya nos acostumbraremos, son bastante más elaboradas y poéticas que las que hacían Mecano y compañía. Posiblemente, en estos momentos, Danza Invisible y La Dama se Esconde eran los únicos grupos que profundizaban de esta manera en sus letras. “Sin aliento” es uno de mis preferidos, tanto en directo como la versión en estudio recogida en el LP Música de contrabando. Y ya estáis comprobando que es puro new wave y que los nombres que he mencionado antes, como Simple Minds, Police o Talking Heads, no iban de broma, aunque precisamente esta me suena mucho a los Smiths: ”tengo que respirar y respirar”. Maravilloso y grandes los coros de Doris Cales y Paula Narea. El siguiente tema, “Hay un lugar”, fue nuevo para el directo y, de alguna manera, marca la trayectoria posterior del grupo, la música que iba a venir a partir de ese momento: esa fusión con ritmos caribeños y latinos que tanto éxito y dinero les deparó. Por supuesto, la más floja del disco en mi opinión. Cerramos la primera cara con “El pintor y la modelo”, incluido en Maratón. Una introducción con guitarras acústicas pero muy marchosa desemboca a un riff de guitarra elegante, como lo es el resto de canción, letra incluida y el piano final. La cara B de este primer plástico comienza con “Ocio y negocio”, del Música de contrabando, con un texto contestatario y poco dado a ser pinchado en las radiofórmulas de aquel entonces. De nuevo abren con un riff afilado y siempre me llamó la atención los cambios de modulación de Ojeda en su voz así como el bajo de Chris que suena bestial y las percusiones de Pepe Ébano: “¡venga, moviendo ese culo, que parecéis estatuas, por favor!”. Y sin solución de continuidad, pues enlazan las dos canciones, llega “Tiempo de amor”, de su álbum debut. Los coros gospel le sientan genial. No esperéis encontrar esta fuerza si os da por escuchar el LP de estudio (qué producción más horrible se marcó el de Plásticos y Decibelios, joder). “El joven nostálgico” (Música de contrabando) es más festiva y más coral, por ejemplo, los coros de Texidó se escuchan más que en otros cortes. De nuevo hay que apreciar el trabajo en las guitarras. Abordan a continuación una nueva composición para este directo con la ensoñadora “El fin del verano”, que es tema melódico y que alterna pasajes pausados con otros más rítmicos e intensos. Pero, vuelven a sacar la patita de los ritmos caribeños que luego serían su carta ganadora. Y cerramos con una de las mejores canciones del pop español de los 80. Sí, señores y señoras. Y nunca la encontraréis en los listados hechos para ello. Pero no tiene nada que envidiar a “La estatua del jardín botánico” , “La chica de ayer” o similares. “El ángel caído” es un temón incontestable y que por si sólo ya vale la escucha de este Directo o del Maratón donde apareció por primera vez. Ojeda demuestra de lo que es capaz su garganta. Y qué perfección melódica y poética. No me extraña que cuando salieron los Héroes del Silencio se les comparase con estos Danza Invisible. Lo que me hace pensar qué hubiese pasado si los malagueños cuando llegaron a la encrucijada de caminos hubiesen escogido el del diablo en vez del de “La reina del Caribe” y “Sabor de amor”. Por cierto, la letra está inspirada en el libro de John Milton, “El Paraíso perdido”, que relata una especie de reclamo hacia un ser divino, de parte de un ángel caído que ya no tiene la esperanza de volver a ver a su Creador.
Cambiamos de disco y pinchamos la cara A del disco 2. Otra composición nueva, “Yo encarnaré mi amor” bastante más guitarrera y dura que los otros dos temas nuevos del disco. Bajamos revoluciones con otro tema de Música de contrabando, “Agua sin sueño”, un medio tiempo lánguido al inicio pero que se vuelve más funky y soul desde la mitad del tema. A continuación, un tipo de canción que cualquier grupo mataría por tener en su repertorio en directo. Original del Maratón (que contaba con Santiago Auserón en los coros), este “El club de alcohol” es un subidón, una fiesta, perfecta para que el público colabore y llegue al éxtasis, una oda a los vapores etílicos:”Olvídanos si no quieres venir/disuélvete en agua mineral/ piérdete, molestas/nosotros somos el club del alcohol-ol-ol-ol”. Sin lugar a dudas, su tema más desenfadado. Y tras este subidón, cerramos esta cara con otro temón, “Espuelas”, con aires bluseros, negros y densos donde Ojeda rasga su voz, acompañado de unos músicos excelentes. La última cara comienza con el piano de “Al amanecer”, que abría su disco de debut y que hubiese merecido mejor suerte de haber sonado en aquel momento como sonaba en este disco en vivo. “No habrá fiestas para mañana” es una oda a la oscuridad melancólica de la new wave, con una guitarra semi acústica o como se llame, con una sonoridad y timbre que medio copiaron los Héroes en su primera época. Javier Ojeda sigue sorprendiendo con su garganta (tampoco descarto que Bunbury se inspirara en Javier a la hora de cantar, ojo). “Contacto interior” del disco con su mismo título, es un instrumental enérgico y onírico. “Sueños de intimidad” es la última si tienes la versión CD. Extraída del primer EP del grupo pone un gran broche final al directo…A no ser que te escuches esta versión vinilo, que traía dos temas más que os dejaré por aquí porque en las plataformas digitales en las que escucháis la música, no aparecen. Una versión del “Break on through (to the other side)” y cierre con “¡¡Deprisa!!” (sí, con dos admiraciones en cada lado), que hace gala al título y es una versión acelerada del corte incluido en Maratón.
Ahora debería hablar del pelotazo que vino con su siguiente disco y el “Sabor de amor”, el destierro de uno de sus miembros, cómo capearon la crisis musical y su separación definitiva hace un año. Pero creo que me lo voy a guardar por si algún día me da por compartir algún que otro vinilo de ellos (tengo un Grandes Éxitos y el Catalina) en estos lares.
Buen verano a todos.
Pues sí Dani, subscribo por completo tu primer y acertado párrafo de advertencia. Si no fuese por la ley no escrita del blog, escuchar TODO lo que se publica en él, no hubiese dedicado ni un segundo a los perpetradores del puto “Sabor de amor”. Y me hubiese perdido una buena ración de un pop-rock mezcla de sonidos british y de nuestros Héroes maños. No voy a convertirme en fan o a buscar sus discos en las ferias que visite, pero la propuesta ha resultado muy atractiva y la escucha llevadera y entretenida. Ah, y portadón sin duda. Pero no abuses. Lo digo por las amenazas del final de la entrada. Con el directo ya está bien. Hazme caso. Un abrazo. KING
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