Ir al contenido principal

Orchestral Manoeuvres In The Dark - The best of OMD (1988, Virgin Records)

 


 


Uno de los nombres más poéticos para una banda de música: Maniobras Orquestales en la Oscuridad. Me parece maravilloso. Este vinilo está en mi colección desde antes de afeitarme el bigote. Está publicado en 1988 y ese sería el año en el que lo compré. Ya sabéis, como siempre influenciado por esas cintas de VHS con los clips grabados de los programas musicales de la época. Aún lo conservo con la funda protectora de aquel entonces, bastante ajada ya pero que todavía cumple su función. Y más teniendo en cuenta que suelo pincharlo poco estos últimos años. Al ser un recopilatorio poca historia hay detrás de su grabación por lo que es el plástico ideal para una entrada con poca enjundia. Pero es que me han desafiado a mi lado blandengue y no he visto alternativa.

Pequeña reseña de la banda. Orchestral Manoeuvres in the Dark, más conocida como OMD, es una banda británica a la que se suele encuadrar en el synth-pop y el new-wave. La fundaron los compañeros de colegio Andy McCluskey (voz principal y bajo) y Paul Humphreys (sintetizadores, coros y en alguna ocasión voz principal). Aunque se completaron con Martin Cooper (teclados y saxofón) y Malcom Holmes (batería), realmente se les considera un dúo, más concretamente un synth duo, siendo la primera banda británica que tomó ese formato (luego todos nos acordamos de los Pet Shop Boys, que era otra de mis opciones para alardear de mi lado blandengue y desafiar a los duros del blog, que sé que muchos de ellos no los soportan). En mayo del 79 publican su primer single, “Electricity”, aunque luego llegaron a hacer dos versiones más. En febrero del 80 llegó su primer LP, Orchestral Manoeuvres in the Dark, cuyo tercer sencillo fue “Messages”. Tuvieron un éxito relativo, llegando al puesto 27 de la lista de álbumes más vendidos en su país. Ese mismo año 1980, en octubre, lanzaron su segundo trabajo largo, Organisation, que incluye uno de sus temas más famosos, el antibelicista “Enola Gay” que alcanzó el número 1 en UK. En nuestro país fue número 2. El disco en general era bastante experimental pero el pelotazo del “Enola Gay” les da la fama y fuerza suficiente para publicar otro Lp un año después, en noviembre de 1981, Architecture & Morality. Pedazo álbum que contiene tres de sus temas más icónicos: “Souvenir” (cantada por Humphreys), “Joan of Arc” y “Maid of Orleans”, estas dos últimas podríamos decir que son dos partes de una misma canción, en plan obra conceptual. En el disco hacen uso y abuso del mellotrón. Ya en el 83 publican Dazzle Ships. Aunque en España un tema llegó al número 1 de las listas, este disco experimental casi sepulta la carrera y la amistad de los OMD. Con el tiempo, las críticas han sido más benévolas, tratando el disco como el trabajo disfuncional de unos genios. Tras esto, decidieron irse más hacia lo comercial. Junk Culture del 84 llevaba en su interior los singles “Talking loud and clear”, “Tesla girls” y “Locomotion” y que estaban más orientados al mercado estadounidense. En el 85 lanzan Crush, con “So in love” y “Secret” (también con Humphreys a la voz) que se colaron en los primeros puestos de la lista americana. Y llegamos al año 1986 cuando publican The Pacific Age, con el pelotazo “If you leave”, incluido en la película protagonizada por Molly Ringwald, La chica de rosa y que se convirtió en un éxito internacional y se colocó en el número 4 de la Billboard hot 100. A ese disco también pertenece “Forever live and die”. Y ya en el año 88, lanzan este disco recopilatorio con todas las canciones que se han ido mencionando hasta ahora más un nuevo tema titulado “Dreaming”. Y aquí termina la principal historia de esta banda pues cada uno continuó su camino en solitario. McCluskey se quedó con el nombre y los derechos del grupo lanzando varios discos en la década de los 90, con algún que otro single exitoso. Pero dejó aparcado el nombre del grupo hasta que en 2010 se produjo la reunión de para el disco conceptual History of Modern, en 2013 English Electric, en 2017 The Punishment of Luxury y ya en el 2023. Bauhaus Staircase, todos ellos bastante bien recibidos en Reino Unido aunque sin repercusión fuera de las islas. De hecho, de este siglo no creo que haya escuchado conscientemente nada de ellos.










Y ya está. Ya os he dicho que no me iba a esforzar demasiado y lo he cumplido.

Feliz fin de semana.

 

Comentarios

  1. Pues ya ves, alguien metido en el THRASH puede disfrutar perfectamente como lo he hecho yo de momentos blandenguers como el que has propiciado esta semana. Y si a Enola Gay la tengo aburrida, Souvenir por contra me transporta a aquellos años felices y despreocupados en los que veía a la gente de mi edad actual poco menos que como a abuelos. La vida y su paso inexorable. Ya ves, estas tontás me provocan más melancolía que el black metal depresivo. En fin, que además me ha servido para conocer algunos temas más de OMD (podía vivir sin ello, la verdad) que no había oído nunca porque evidentemente no era un seguidor del grupo. Total, que a ratos me ha resultado prescindible y a ratos entretenido. La nostalgia, que todo lo tolera. Un abrazo, blando. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los thrashfronterizos con la vejez es lo que tenéis, que la nostalgia os acecha y abraza en el momento más inesperado. Jaja.
      En fin, podría hacer sido peor, te lo aseguro.
      Coincido contigo en lo de que le gente con mi edad antes me parecían abuelos. Un abrazo.

      Eliminar
  2. Clasicazo blandengue has compartido hoy. He pinchado un par de temas que me han retrotraído a noches de fiesta joven y sudor nocturno. Hasta el saborcillo del copeo me ha llegado a la boca. Ni tengo ni creo que tenga ningún disco suyo, pero qué duda cabe que escuché muchas veces varias de estas canciones años ha. Tenemos un pasado ya 😝 Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que teníais los thrashnochadores, que a última hora escuchábais cualquier música, bebíais cualquier alcoholazo y os comíais cualquier cosa jaja.
      Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Georgia Satellites - Georgia Satellites (Elektra, 1986)

  Este podría ser uno de los mejores discos debut de los ochenta si fuera de verdad un disco primerizo. Según como se mire, porque la historia que llevó al parto de esta joya que hoy nos ocupa tiene mucha miga. Remontémonos al inicio de 1983 cuando unos muchachos de Georgia consiguen grabar una maqueta de seis canciones en unos pequeños estudios de Atlanta con Jeff Glixman a los mandos. ¿Y por qué un productor tan afamado se fijó en estos desconocidos? Jeff era un tipo de Atlanta que gustaba de tomar cervezas en los garitos de la zona, allá donde hubiera actuaciones, y coincidió varias veces con “The Satellites” (que así se llamaban por entonces). Congeniaron y les hizo de celestina para aquella primera maqueta. Cuando las fechas para grabar un disco “de verdad” estaban a punto de llegar el verano siguiente, los muchachos partieron peras: adiós banda, adiós oportunidad.  Ya sabemos en este blog que la suerte aparece en el camino de muchos de nuestros músicos favoritos. Y en es...

Ozzy Osbourne - Blizzard of Ozz (Jet records, 1980)

Hoy traigo al blog uno de los discos más importantes de la historia del hard’n’heavy de todos los tiempos, el inicio de la carrera en solitario de un mito, el gran John Michael Osbourne , conocido mundialmente como Ozzy . Y aunque las circunstancias que rodearon al artista en ese momento vital son harto conocidas y se puede encontrar por la red información en abundancia, (creo que) no está de más que haga un pequeño resumen muy condensado en esta entrada.    Estamos en 1970, Black Sabbath han editado su primer disco y el infame manager Don Arden se ofrece para llevar la carrera del grupo. Ozzy Osbourne , el cantante de la banda, tiene 22 años y en las oficinas de Arden conoce a la hija de este, Sharon , de 18. Ellos aún no lo saben pero en unos años la joven se convertirá en una figura imprescindible para el alocado vocalista.    El tiempo pasa y los Sabbath con...

Grand Prix - Samurai (Chrysalis, 1983)

Si quieres cardarte las melenas, ajustarte los pantalones y trasladarte a un garito británico de principios de los ochenta, súbete a este Samurai, no solo por las canciones con un toque de pomposo AOR con guitarras heavies, también por la producción y la mezcla: esas baterías, esos coros, esos tecladitos. Y ten en cuenta que la masterización reciente (la que escuchas en redes y plataformas), ha limpiado un poco el efecto final. Love it or leave it, no hay otra. Y aquí, lo amamos. En Grand Prix se reunieron talentosos músicos jóvenes. En su primera versión, allá por 1980, contaban con Bernie Shaw a las voces, Michael O’Donoghue a las guitarras, Ralph Hood al bajo, Andy Beirne a las baterías y Phil Lanzon a los teclados. Todos se encargaban de cantar y hacer coros. Tras la edición de su primer largo, llamado como la propia banda, Shaw dejó el grupo y fue sustituido por Robin McAuley, quien grabaría los dos siguientes: There for none to lose (82) y este que hoy os traigo. La banda se sepa...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Sumerlands – Dreamkiller (2022)

El segundo disco de Sumerlands, Dreamkiller , es una reafirmación de principios: heavy metal melódico, con raíces en los años ochenta, pero producido y ejecutado con herramientas actuales. No es un ejercicio de nostalgia, sino una relectura sobria y bien enfocada de una fórmula clásica. Con una duración de apenas 31 minutos, el álbum va al grano, con composiciones cañeras, un sonido equilibrado y una ejecución limpia. La banda ha establecido una firma sonora reconocible en los últimos años y aquí continúa con ese enfoque: guitarras con presencia, sin adornos y sin eclipsar al resto de los elementos. El cambio más notable respecto al debut de 2016 es la incorporación de Brendan Radigan como vocalista. Su desempeño es sólido y contiene un timbre adecuado para este estilo. Radigan no intenta deslumbrar, sino integrarse al conjunto, y lo logra con solvencia. Su fraseo es preciso, su dinámica vocal clara, y sabe cuándo sostener una línea y cuándo dejar que la instrumentación respire. ...