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Stevie Wonder - Innervisions (Tamla Motown, 1973)






El año pasado pasó por aquí un recopilatorio de Stevie Wonder (The Original Musiquarium I), donde el compañero “Rlguitarra” os hablaba de la “era clásica” de este musico. Hoy me quiero centrar en ese periodo, y os traigo uno de sus discos más memorables de esta época. Un absoluto clásico que en algún momento tenía que estar en este blog.

Como para muchos de mis coetáneos, Stevie Wonder fue durante un tiempo el de “Si bebes no conduzcas”, o “I just called to say I love you”. Hasta que uno tiene curiosidad de saber por qué se le aclama como un genio. Es entonces cuando uno comienza a investigar si carrera y su discografía, y descubre la razón de tantos elogios. Exactamente por discos como éste que os traigo hoy.

El contexto es el siguiente. Stevie Wonder ya era considerado un niño prodigio (cantaba, componía, y tocaba con destreza multitud de instrumentos, ya desde una edad muy temprana), lo que le hizo unirse a la Motown con solo 12 años. Fue incluso comparado con Ray Charles (no porque los dos fueran invidentes, sino porque los dos fueron absolutos genios desde edad temprana). Durante ese periodo con la Motown, tuvo una exitosa carrera y varios singles de éxito, siempre bajo la protección de Berry Gordie, fundador del sello.

El giro en la carrera de Wonder llega en mayo de 1971, cuando Stevie Wonder cumple 21 años (mayoría de edad) y decide romper el contrato que le unía a la Motown. Siguiendo la estela de lo que ya había hecho Marvin Gaye (que ese mismo año público el disco “What’s Going On”), decide que quiere percibir más royalties de su música, y, sobre todo, un mayor control de su obra, un control artístico total, sobre la producción de su música y la publicación de sus discos. Es también el momento en el que percibe el dinero que había ganado con la Motown, que al ser menor de edad hasta entonces, estaba retenido hasta que cumpliera la mayoría de edad. Por supuesto, la cantidad de dinero que recibe es mucho menor de lo que esperaba, lo que ayuda al desencuentro entre Stevie Wonder y Berry Gordy.

Wonder utiliza el dinero recibido de la Motown para dedicarlo por completo a su siguiente disco. Lo que tiene claro Stevia Wonder es que quiere cambiar por completo el concepto de su música, el estilo con el que se le había asociado desde pequeño, y quiere romper con la imagen asociada a la figura del pequeño Stevie Wonder, “Little Stevie Wonder”, o el pequeño genio, como se le conocía. Así que decide dejar Detroit para irse a Nueva York, donde se aloja muy cerca de los estudios Electric Lady, los estudios que Jimi Hendrix había creado. Allí en Nueva york es sonde escucha un disco que va a cambiar el rumbo de su música: “Zero Time” de la Tonto’s Expanding Head Band, de 1971. Detrás de esa banda, estaban los nombres de Malcolm Cecil y Robert Margouleff. Y, sobre todo, detrás del sonido que llamo la atención de Stevia Wonder, se encuentra un extraño aparato invención de estos dos tipos. El sintetizador T.ON.T.O., cuyo nombre viene del acrónimo: The Original New Timbral Orchestra. Un sintetizador polifónico, analógico, concebido como un conjunto de sintetizadores, que ocupaban una habitación entera, y pesaba 1 tonelada. construido a base de módulos de sintetizadores Moog serie 3, Oberheim, ARP, Roland, Yamaha, e incluso algunos sintetizadores construidos por el propio Malcolm Cecil, y concebido para ser tocado por varias personas al mismo tiempo.




Cuando Wonder lo escuchó se dio cuenta de que ese sintetizador podía ayuda a recrear los sonidos que tenía en la cabeza. Así que esos sonidos terminarían formando parte de los discos que conforman ese periodo clásico:

“Music of my mind” 1972

“Talking Book” 1972

“Innervisions” 1973

“Fulfillingness first finale” 1974

Aquí es donde difiero de algunas fuentes que incluyen también su “Songs in the key of life” (1976) en ese periodo clásico. Es sin duda otra obra maestra, pero ya sin la colaboración de Malcolm Cecil y Robert Margouleff, y su sintetizador T.O.N.T.O. Es, según mi punto de vista, otro periodo diferente.

Tras un primer encuentro con los creadores de ese mastodóntico sintetizador, Stevia Wonder se lanza a componer las canciones de su primer disco (aun sin contrato, que seria renegociado poco después). Cuenta la leyenda que se encerraron todo el fin de semana, y acaban grabando nada menos que 17 temas, concebidos a partir del sintetizador T.O.N.T.O.

A partir de ese primer encuentro, trasladan los sintetizadores a los estudios Electric Lady, donde comienza entonces la composición y grabación de su futuro disco. “Music of my mind” (1972).

Difícil para un musico deshacerse de esa imagen cultivada durante una década de canciones pop al estilo de la Motown, y sobre todo deshacerse de esa imagen ligada a sus apodos de “Little Stevie Wonder”, o “el pequeño genio”. Stevie Wonder tiene 21 años, es mayor de edad, y quiere modernizarse. Además, aun había reticencias a considerar los sintetizadores somo un “verdadero” instrumento musical. Así que hubo una mezcla de decepción y sorpresa con ese primer disco.

El ritmo de composición era frenético: A finales del 71 tenía ya compuestas unas 50 canciones (algunas se usarían en discos posteriores).

Con el segundo de sus discos de este periodo, “Talking Book” (1972), grabado entre Nueva York (Electric Lady), y Los Angeles (Crystal Industries Recording Studios), llega por fin la aclamación popular y de la crítica. El disco del “Superstition”, o del “You’re the sunshine of my life”. El sonido de este periodo se define claramente con este disco: el uso del clavinet (clavicordio eléctrico que acabo siendo parte inherente al sonido Funky), pianos eléctricos (Fender Rhodes), y la demostración de que se podían llevar a las listas de éxitos canciones con una clara complejidad armónica, o rítmica. Stevie Wonder fue muy innovador fue en la composición. Cuando uno se pone a analizar algunas de las canciones de mayor éxito de Stevie, es increíble la cantidad ritmos y estructuras complejas, de cambio de tono o modulaciones, y también de armonías más propias del jazz que utiliza en muchas de sus composiciones que pasan por ser canciones pop comerciales, pero que estas llenas de detalles de composición dignos de un musico excepcional (multi-instrumentista y cantante extraordinario).

No solo en lo musical Stevie Wonder fue innovador. También en la producción. Sus técnicas de producción y de grabación (muy originales para esta época) fueron adoptadas por muchos productores, como por ejemplo  el acierto en el uso de la “reverb”, que iba modificando a lo largo del disco, en función del sentimiento que quería transmitir en cada canción, el uso de diferentes tipos de micrófonos para dar un toque más agresivo o delicado, en función de la canción, o el uso innovador del Talkvox 69, ese pedal que permitía modular el sonido con la boca, a través de un tubo. Mas habitual verlo en guitarristas, pero Stevia Wonder lo uso por ejemplo en la canción que abría el disco “Music of my mind” (“Love Having you around”). 

También fue innovador el uso prominente de los teclados. No solo los sintetizadores, sino del Fender Rhodes, el Clavinet, y los pianos. No fue el primero en usar sintetizadores, ya se habían utilizado antes en la música popular, al igual que los pianos eléctricos, donde había antecedentes como Ray Charles con el Wurlitzer, o Herbie Hanckock y Joe Zawinful con el Fender Rhodes. Pero si fue el primero en trasladar ese sonido de manera destacada en la música popular, y en los éxitos de las listas de pop.

La reseña del “Talking Book” la tenéis aquí:

https://ffvinilo.blogspot.com/2015/01/stevie-wonder-talking-book-1973.html


Se suele decir que el corazón del Talking Book fue el Electric Lady, donde tenían por entonces sus sintetizadores. Pero en uno de los periodos donde estaban en Los Ángeles, los Crystal Studios estaban ocupados por Joni Mitchell, y consiguen alquilar otros estudios en LA, los estudios Record Plant. Como contraprestación a todo el dinero del alquiler que Stevie Wonder avanzó para el uso de los estudios, (alquiló y pagó un año de alquiler por adelantado), estos fueron adaptados a las necesidades del musico, con la mejor tecnología. Una mesa de 24 pistas, un sistema de sonido cuadrafónico, una librería de sonidos a su disposición, y finalmente, la instalación del sintetizador T.O.N.T.O. en el estudio, que acabaría llevándose de NY a LA.

Y aquí es donde llega ya el objeto de la reseña de hoy: el majestuoso “Innervisions”.

Una vez publicado el disco Talking Book, Stevie Wonder, Malcolm Cecil y Robert Margouleff, siguieron trabajando en su siguiente disco, compatibilizándolo con la vorágine de conciertos de Stevie Wonder. Así como los Electric Lady de NY fueron el corazón del “Talking Book”, los estudios Record Plant fueron el corazón del “Innervisions”.

Y eso se notó en el sonido, que para mi gusto llega en este disco a su punto culminante en la producción. Una producción ultramoderna, con unos equipos de última generación, uso del estéreo, efectos, sintetizadores, que ya se había realizado en los dos discos anteriores, pero que aquí llega a su máxima expresión. Este es un disco de esos de hay que escuchar con cascos, y que podría servir para probar un equipo de alta fidelidad. En resumen, una producción ejemplar, con un sonido absolutamente colosal. Toda una referencia en la música popular del siglo XX.

En este disco se hace uso del estudio como otro instrumento más, y ya con el sintetizador T.O.N.T.O. a plena disposición en el estudio junto al resto de instrumentos, las posibilidades sonoras son espectaculares.

La gran diferencia con respecto a su anterior disco es que el “Innervisions” tiene en su concepto general una mayor dimensión espiritual.

Ya en su primer disco de esta época, “Music of my mind”, se podía leer esta frase en la contraportada: “Este disco es prácticamente el trabajo de un solo hombre. Todas las canciones han sido compuestos, arregladas, e interpretadas por Stevia Wonder, al piano, batería, armónica, clavicordio, Clavinet, sintetizadores ARS y Moog. Los sonidos propiamente dichos vienen del interior, de su espíritu”.

Siento contradecir a Stevie Wonder, pero no hay que olvidarse de el trabajo de Malcolm Cecil y Robert Margouleff con los sintetizadores, los arreglos y la producción. Una de las causas de la ruptura artística de Wonder con esta pareja (durante la grabación del “Fulfillingness first finale”, en 1974), fue precisamente la falta de reconocimiento de Wonder con el trabajo de estos dos tipos.

La portada es una maravilla, realizada por el artista Efran Wolff, que representa a Stevie Wonder como una especia de vidente místico (haciendo referencia al título del disco: “visiones interiores”).

Como en sus anteriores discos, unos cuantos músicos acompañan a Stevie Wonder en la grabación de las canciones. Nada menos que 13 músicos participaron en total en este disco, lo cual no resta un ápice de coherencia a la obra en su conjunto. En tres de las canciones Stevie Wonder toca todos los instrumentos: “Living for the city”, “Higher Ground” y “Jesus Chidren of America”. Hay que decir que en el disco se incluyen canciones que llevaban ya grabadas desde el año anterior, desde que comenzaron las sesiones de “Music of my mind”. “Too high” es un ejemplo. Otras como “Higher ground”, fue grabada en mayo del 73, en tan solo 3 horas en el estudio. 

En general este disco supone un salto de calidad y de profundidad en las letras. Esto ya no son simplemente canciones de amor. Ahora los temas son más profundos. Y si, Stevie Wonder demuestra que se pueden tratar temas sociales, políticos y espirituales a través del soul y del pop. El abuso de las drogas en “Too High”, el racismo, con “Living for the city”, o “He’s misstra Mistra Kwon it all”, hablando de Richard Nixon. Aunque no excluye por supuesto las canciones de amor. “Higher ground” y “Jesus Children of America” nos habla de las preocupaciones espirituales de Stevie Wonder, o “Visions”, con un mensaje algo más cercano a la religión.


En julio de 1973 aparece su single, adelanto del disco: “Higher Groung / Too High”. De “Higher Ground” hicieron los Red Hot Chilli Peppers una versión, en su disco “Mothers Milk”, de 1989.

“Higher Ground” habla de la reencarnación, de ahí esa dimensión más espiritual. El single fue otro éxito mundial, al igual que el disco, publicado en agosto 1973.

En cuanto al sonido, “Higher Ground” sigue la estela de “Superstition”. Se utiliza un Clavinet Hohner D6, cuya señal esta pasada por un filtro llamado, Mu-tron 3, con el que se genera un ligero efecto de Phaser, y pasado además por un Wha-Wha, y una etapa de distorsión. Es tal la fama de Stevie Wonder en esos momentos que la propia marca Mu-tron elige a Stevie Wonder para hacer la publicidad de este filtro.

En la canción “Too High”, vais a escuchar de forma predominante el Fender Rhodes, y también su famosa armónica, que también fue un signo distintivo del sonido de Stevie wonder, ya desde los años 60: su famose armónica cromática (Honor Chromonia super 64). La letra habla de habla del abuso de las drogas.

Es curioso, porque, os he hablado antes del sintetizador T.O.N.T.O., pero este nombre no aparece acreditado en ninguno de los discos de su época clásica. Se menciona a los sintetizadores MOOG y al ARP. En realidad, el T.O.N.T.O. era un sintetizador fabricado con otros sintetizadores, entre ellos el Moog y el ARP. Claro, se tocaban con el T.O.N.T.O., pero en realidad eran sintetizadores Moog, ARP, o el que en ese momento se utilizase. Lo que si permitía este sintetizador es usar varios sintetizadores al mismo tiempo.

Un ejemplo de esto último es la canción “Living for the city”. Para el bajo se usa un sintetizador Moog. Y para las melodías, se mezcló el sonido de varios osciladores MOOG 901 series, con un ARP 2600. En este caso, según los créditos del disco, Stevie Wonder toca todos los instrumentos. O al menos el Moog, y la batería. Atendiendo a los créditos del disco, hay que entender que fue Stevie Wonder quien toca los sintetizadores Moog y ARP, ya que se acredita a Malcolm Cecil y Robert Margouleff en la “programación de los sintetizadores Moog y ARP, y la ingeniería de los sonidos electrónicos”. Así es como esta especificado en los créditos.

Esta canción fue publicada como single en noviembre de 1973. A pesar de ser una canción atípica, con esos efectos y esas voces que se oyen en la canción, y a pesar de abordar un tema espinoso como el racismo, fue todo un éxito. Pero en ese momento, un acontecimiento había cambiado la vida de Stevia Wonder para siempre. “Innervisions” se había publicado en agosto del 73. Tan solo tres días después de publicarse el disco, Stevia Wonder sufre un grave accidente de coche, que le lleva a esta una semana en la UCI, y un año de recuperación completa. Aunque tres semanas después de entrar en el hospital, ya pudo volver a su casa, el accidente le cambio. Stevie Wonder ya era una persona muy espiritual, practicaba la meditación, pero ese periodo en el hospital acentuó aún más esa percepción espiritual de la vida, hasta el punto de que incluso anuncio que se iría a vivir a África. El caso es que ese accidente influyo de manera decisiva en su siguiente disco, dándole un tono más sobrio, más sombrío, mucho más introspectivo y personal, y ahondado en aspectos morales, en el sentido de la vida, y también en temas recurrentes como la reencarnación. En noviembre del 73 comienza las sesiones para este nuevo disco “Fulfillingness first Finale”, pero eso ya es otra historia (que quizás continue en otro post).

Por cierto, el accidente fue el origen de una canción “Contusión”, un instrumental Jazz-rock, que grabaría en su disco “Songs in the key of life”, del 76.

Después de esta (extensa) entrada, no queda más que ponerse a escuchar con atención una de esas grandes obras maestras de la historia de la música popular.


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Comentarios

  1. Vaya maravilla de disco y vaya grandísima entrada 👏👏 totalmente complementaria a los dos buenísimos especiales del podcast. Si alguien que lea este comentario no los ha escuchado, que no pierda el tiempo y vaya raudo a ello que son tremendos. Y por supuesto, quien no conozca esta etapa del señor Wonder, ya está tardando, son unos discos maravillosos. Muy buena entrada. Raúl L.

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    1. Muchas gracias por los cumplidos. En realidad, fue tu entrada la que me hizo comprobar que este disco no estaba aun en #FFVinilo, y lo apunté en la lista. En algún momento casi todos llegamos, de una o otra manera, a esta etapa de Stevie Wonder. Yo tardé anos en descubrirla, pero cuando llegué me quedé a vivir definitivamente en ella. Como tu bien dices, quien no conozca esta etapa, ya esta tardando. Saludos, y gracias por comentar.

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  2. Si no hace mucho se lo decía a Dani con motivo de su reseña dedicada a Roberta Flack, hoy me pasa lo mismo con este disco y en particular con Living for the city, una canción que tengo grabada a fuego en las neuronas y me lleva a mi habitación de la infancia, jugando con mis Guisval y mi Exin Castillos mientras mi madre plancha en la habitación de enfrente con la radio puesta. Del resto de temas no recordaba ninguno y tampoco me han impresionado demasiado, a excepción –por decir alguno– de Jesus children of America o Higher ground. En cuanto a la entrada en si, super currada e informativa. Desconocía todo lo relativo al T.O.N.T.O. y me ha parecido muy interesante. Saludos. KING

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    1. Gracias por el comentario. Si, esa "living for the city" me parece alucinante. Veo que para ti tiene otro significado mas personal, es el poder de las canciones. La historia si es interesante, y desconocida para muchos, por eso, entre otras cosas, quería traerla por aquí. No toda la música tiene que gustarle a todo el mundo, por muy elogiada que este por la mayoría. Se trata de gustos personales, y punto. Y ahí no hay nada que decir. Gracias y un saludo.

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  3. Qué gozada es este blog. Leyendo vuestros post descubro música que, a veces, como este caso, siempre ha estado ahí, pero yo no me he acercado nunca. Un texto tan sentido como el tuyo en el que, además, ilustras con la intrahistoria de la obra me hace sonreir. Ser feliz. Y si, además, como es el caso, la música me llega y me hace disfrutar, como se dice, miel sobre hojuelas. Tengo una cuestión : ¿había algún latino en el grupo que entendiera el acrónimo tonto? En esta escucha primera del álbum (lo juro) destaco He's mistress, Don't you worry bout a thing (tufazo Santana) y Higher ground. Por cierto, puro Ben Harper. Gracias por este texto y por regalarme un disco fantástico.

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    1. Cuánto me alegro de haber acertado. Como ya he dicho alguna vez por aquí, hacer descubrir música y que alguien conecte con esa música es una gozada. Casi tanto como descubrirla yo mismo. Así que muchas gracias por el comentario. Mas allá de las canciones más conocidas del disco, todas las canciones son joyas, por eso es uno de esos discos tan reverenciados. Por responder a tu pregunta, en los créditos aparece un tal Gary Olazabal, como operador de cinta, que luego sería el coproductor del "Songs in the key of life" de S. Wonder. No conozco su origen exacto, ni si entendía el español, pero no creo que le hiciera la broma al señor Wonder :). Muchas gracias por tu comentario, y me alegro de que lo hayas disfrutado. Saludos.

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  4. Fantástica entrada. Mucho tiempo creí que el higher era de los red jeje. A veces me llega a saturar el sonido "negro" pero es cierto que a pocas dosis lo disfruto mucho. Una vez que he escuchado el disco, intentaré escuchar el podcast pero no prometo nada porque no soy muy de eso. Sigue haciendo estas entradas, se aprende un montón y sube el nivel del blog. Un saludo.

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