Todos conocemos a cantantes poco talentosos que han triunfado en esto del rock y sus derivados; por muchas razones: una buena imagen, un carisma arrollador, estar en el grupo correcto con las canciones correctas. También somos conscientes de las limitaciones de algunos músicos que mangonean sus instrumentos en nuestros grupos preferidos, de todo hay, pero subsisten ahí como parte del paisaje: molan sus pelos, sus gestos, son los más guapos o, en fin, por alguna razón que desconocemos. Al menos, si no cantan y no tocan bien sus instrumentos, sabrán componer; pues también tenemos ejemplos a miles de malos compositores, que lo intentan, ojo, le ponen su amor y su inteligencia, pero carecen de gusto, atino o, vaya por dios, conocimientos de solfeo.
Y hoy traigo a un artista que combina todos estos elementos. No es un buen cantante. Ni tiene carisma. Ni siquiera aporrea bien su batería. Y, desde luego, ha demostrado ser un compositor mediocre. Pero en unos años de su vida fue uno de los personajes más conocidos del circo del rocanrol, un tipo amado y encumbrado. Mr. George Peter John Criscuola, más conocido como Peter Criss, The Catman, batería “original” de los poco alabados neoyorquinos Kiss.
Cuando estaba la banda “del beso” en la cresta de la ola, su mánayer (y eso que llaman “el entorno”) decidieron que sería buena idea editar cuatro discos en solitario titulados originalmente “Solo Album” con el nombre de cada uno de los miembros de KISS. De tres de ellos ya hemos hablado en el blog: Gene Simmons, Ace Frehley y Paul Stanley. Toca, para completar el lote, el más impopular de todos, el de color verde, el disco de Peter Criss.
Cuando surgió esta idea megalómana, Peter se lo tomó muy en serio; una oportunidad para demostrar su talento más allá del laberinto que para él eran los discos oficiales de la banda, en donde conseguía meter apenas una canción propia. Se sentía el Ringo Starr del grupo nada menos. Y cuando se puso a ello… Surgieron los problemas. Tuvo un accidente de coche (fruto de su vida licenciosa) que retrasó el inicio de la grabación y le obligó a grabar con la nariz, varias costillas y algunos dedos rotos. “Toqué la batería con yesos en varios dedos. Fue muy doloroso, pero tenía el objetivo de hacer el mejor disco de los cuatro. El cuello me dolía tanto que tenía que llevar un collarín. Y cuando cantaba, sentía cómo me apuñalaban las costillas”.
El productor tampoco fue fácil de encontrar. Ninguno quería o le parecía bien a Peter. Al final, Vincent "Vini" Poncia Jr resultó agraciado. Vini se había convertido en la mano derecha de ¡o sorpresa! Ringo Starr en sus aventuras en solitario, componiendo la mayor parte de Ringo the 4th (1977) y produciendo Bad Boy (1978). Poncia, además de dotar al disco de un sonido limpio en donde destaca la voz de Criss, se encargó de los arreglos y aportó una composición al conjunto.
Porque lo de la composición fue un verdadero problema. Nuestro gato no tenía canciones. Y tampoco se le daba bien eso de juntar música: ni sabía solfeo, ni tenía buen oído y quién sabe si acaso tenía buen gusto. Siempre se enganchó a amigos para salir adelante. Y en esto apareció Prentice John Delaney Jr conocido en este blog a partir de ahora como Sean Delaney. A este tipo, dice la leyenda, le debemos que Kiss consiguiera su primer contrato (casi), pues, afirma, llevó a los jefes de Casablanca Records a un concierto de la banda. Y, con poco más, acabaron en el sello. A partir de ahí se encargó de múltiples tareas: las coreografías, los escenarios, la intendencia y hasta de componer y (dicen) tocar la guitarra de vez en cuando. El caso es que Sean estaba produciendo el disco de Simmons en solitario cuando Neil Bogart (el jefe, vaya) le llamó para que rescatara a nuestro protagonista. Aportó dos canciones y coprodujo estas y otra más. Se encargó de rebuscar en el catálogo de viejas tonadas no aprovechadas de Criss (canciones de sus primeros años en bandas como Lips o Chelsea) y rascó alguna versión. Hasta completar el lote.
Esto nos lleva a otro amigo, Stan “Doc” Pendrige. Con The Catman formó varias bandas a principios de los setenta, antes de conectar Peter con Paul Stanley y Gene Simmons, y fue recurso habitual para componer esas canciones que goteó en el catálogo Kiss aquellos años. Muchas veces, reconvertían maquetas o arreglaban canciones que ya habían grabado; así surgieron Beth o Hooligan, por ejemplo, y la mayoría de los cortes que conforman este del que hablamos. Como compensación, Stan fue uno de los guitarristas principales aquí.
A pesar de todos estos “inconvenientes”, las sesiones tuvieron un ambiente calmado y amigable. “Hubo mucha diversión haciendo el álbum. El foco estaba en Peter como cantante. Hacer canciones que fueran emotivas, en las que él pudiera desarrollarse, con R&B y un rollo blusero para que él se luciera” dijo Vini Poncia.
El disco, como todos, salió a la calle el 18 de septiembre de 1978, pero vendió menos copias que sus compañeros, alcanzando un respetable puesto 43 en las listas. ¿Es realmente el peor de los cuatro? En realidad, resulta un disco muy sincero: Criss se mostró tal como era, sin los falsos adornos de Simmons, pero con la falta de capacidad y calidad que Stanley y Frehley sí demostraron. Nada que objetar al sonido, la producción o los arreglos: la mayoría de las canciones, simplemente, se alejan de lo esperado para un miembro de Kiss y la ejecución de Peter tampoco es especialmente carismática o única para compensar el salto. Su excompañero Simmons dijo de él: “aparte de todos los discos que hemos hecho solos o como grupo, creo que demostró que el tipo que había detrás andaba perdido, no solo por las composiciones, también por la dirección que debía tomar”. Y Criss confesó: “en perspectiva, hacer los “solo albums” puso la puntilla al final de la banda. Desde el principio, Sean Delaney estuvo en contra. Pensaba que habría ganadores y perdedores y que eso nos hundiría”. Y así fue. Peter perdió más que nadie. En su biografía (Makeup to breakup) lo deja claro: “mi álbum refleja mis gustos musicales, con inspiración rhythm&blues y Motown, instrumentos de viento y coro femenino”.
En el estudio Criss se encargó de todas las voces principales y la mayoría de las baterías, recibiendo con las baquetas ayuda y suplencia de Allan Schwartzberg. El bajo se lo repartieron Bill Badine y Neil Jason, la mayoría de las teclas las metieron Bill Cuomo y Poncia y las guitarras corrieron a cargo de varios músicos.
Arranca la cara A con I’m gonna love you, una canción con poso roquero, con buen tempo y arreglos de viento protagonistas en el estribillo, aunque, en el fondo, es más un tema pop que otra cosa. Es resultón, las guitarras suenan muy bien y Peter canta con sentido y sensibilidad. Sigue You matter to me con un rollo más discotequero, tanto por el arreglo de batería como por el piano/teclado. Compuesto y producido por Poncia, es un anticipo del sonido que parte del siguiente disco de Kiss (Dynasty) acabaría adoptando unos meses más tarde (con el mismo productor). Salió como single (no sé en qué estarían pensando). A mí me suena totalmente fuera de contexto y tampoco hay nada que destacar por aquí. En cambio, Tossin’ and turnin’ (versión de un corte que Bobby Lewis grabara en 1961) cae mucho mejor a la voz de Criss y mantiene un sentimiento roquero en la trastienda. El coro femenino y los metales le dan un toque muy chulo. Don’t you let me down fue el segundo single (otro despropósito), un r&b de manual, lento, que ni la aceptable actuación de Peter rescata. Y, por fin, algo de marcha roquera (sin pasarse). That’s the kind of sugar papa likes tiene alma de blues, un groove pegajoso y un solo magnífico de Steve Lukather.
La cara B comienza con los dos rescates que aportó Delaney. Easy things es una balada acústica con orquesta al estilo de Beth, un remedo aceptable de aquella, con una línea vocal bonita y bien arreglada, a la que falta “algo” a pesar de los guitarrazos finales. Se deja escuchar y en un concierto animaría a encender unos mecheros al viento. Rock me, baby trae un sonido cincuentero con un buen piano, un estribillo divertido y un Peter vacilón. También se deja querer. Las baladas se apoderan de esta cara y aparece la segunda; Kiss the girl goodbye suena demasiado melosa, con el overdub a tope, en plan crooner Criss total. El último intento de roquear se titula Hooked on rock ‘n’ roll y, bueno, se queda un poco en intento, porque ni asusta ni anima a bailar. El cierre moña con I can’t stop the rain, de nuevo en formato Beth total, con piano y orquesta, no deja mal sabor de boca: Peter se luce y el estribillo es pegadizo.
Al final, ni el disco supuso el reconocimiento que su creador creía merecer ni ayudó a devolver a la banda su buena estrella: en el siguiente disco (Dynasty) Criss apenas tocó la batería y cantó en un corte y desapareció (casi) definitivamente tras una terrible y problemática gira.
La edición que comparto está impresa en los Estados Unidos (de ahí que mantenga las dos eses con forma de rayo), pero no contiene ni la funda con los créditos ni el famoso poster de la edición original. Eso sí, sigue sonando a nuevo. Por algo será.
Disfrutad del fin de semana.
Bueno, pasó lo que tenía que pasar, llegó el disco de Peter Criss a estas tierras. Preguntas si es el peor de los 4, déjame responderte: "Si". Jejejejeeee. Por eso tu LP americano sigue sonando tan bien, es un buen disco para ponerte de fondo mientras haces otras cosas. Pero por otra parte tu entrada es genial y la verdad es que le has hecho justicia. Has explicado tan bien el proceso y la historia del disco poniendo por delante los pecados de Peter, que al escucharlo mientras te leía, me ha parecido mejor de lo que lo recordaba. También creo que la elección de los singles fue desafortunada, hubiera llamado más la atención un buen tema como Tossin' and Turnin'. No estoy de acuerdo con mi primo Gene, creo que Peter si tenía una idea musical, otra cosa es que fuera la acertada para KISS. Hay mucho R&B, Motown y baladas intentando repetir hasta la saciedad la fórmula "Beth", refrendando sus gustos musicales, otorgándole honestidad al redondo y enfocándolo totalmente como un disco en solitario. Lo que pasa es que en la portada aparece el nombre de KISS y Peter maquillado como Catman y eso ya genera una expectativa que no se corresponde con el resultado. Es como cuando comparas lo que pides por AliExpress y lo que realmente te llega.
ResponderEliminarLo dicho, muy buena entrada, es una gozada.
Un abrazo Manu!!
Gracias por los piropos. Mi idea al enfrentar este escrito era, precisamente, enmarcar a la persona detrás de ese maquillaje y las circunstancias en las que grabó este disco. Ni bueno ni malo, o las dos cosas, según lo mires, pero olvidable según se levanta la aguja del vinilo. Morir siendo como soy, podría ponerse de epitafio al final de esa última canción. Y murió, vaya que lo hizo. Abrazo de vuelta.
EliminarManu, no puedo añadir gran cosa a tu reseña. Has pasado la prueba. Dice el señor gato: “Toqué la batería con yesos en varios dedos”, baia, baia Píter... eso suena a excusa patillera. “...pero tenía el objetivo de hacer el mejor disco de los cuatro”, ¿Te diste cuenta de que ni por asomo lograste tu objetivo, no? “Y cuando cantaba, sentía cómo me apuñalaban las costillas”, lo mismo que sentimos al escuchar tu disco la mayoría de los fans de KISS. Punto. Hasta aquí mi análisis sarcástico del álbum. Y es que como dices, Peter no era ni un buen batería ni tenía carisma ni cantaba bien. En mi caso, le tengo aprecio como miembro original de una banda que musicalmente ha sido muy importante a lo largo de mi vida, pero –y aquí los kissmaníacos acérrimos que no estén de acuerdo me pueden comer [paro aquí por respeto a Manu]– es el peor batería que ha pasado por el grupo. Sin embargo, coincido con JP Soft Hand. El problema era esperar un disco con la atmósfera y el sello KISS. Si sólo esperamos escuchar un disco setentero navegando por una mescolanza de estilos, el resultado tampoco es tan malo, lo digo en serio. Un abrazo y vivan los KISS forever. KING
ResponderEliminarHe pasado la prueba dice, qué tensión con este post, carajo. Al menos he conseguido que aceptes que "el resultado tampoco es tan malo". Que sí lo es, adornado con una buena producción y bastante ayuda. Supongo que muchos crooner y cantantes melódicos de aquellos años no eran nada sin compositores, productores y demás mercadotecnia, pero solían destacar por algo (buena voz, buen aspecto, carisma, yo qué sé). Nuestro gato, por mucho cariño que le queramos poner, es una imagen icónica en un Universo icónico para nosotros. En fin, póquer de discos reseñado y a otra cosa. Sí te confieso que he disfrutado mucho haciendo este post y se me ha hecho largo hasta publicarlo. ¡Casi lo suelto el viernes pasado!. Abrazo de vuelta y vivan forever los KISS, cojones.
EliminarVeo que has cumplido tu palabra. Se ha cerrado el circulo. Ya están los cuatro discos en #FFVinilo. Ayer lo escuché entero, hasta el final. Sin pausas. Creo que es la segunda vez en mi vida que lo hago. La verdad es que hay poco que añadir a lo dicho en los comentarios. Tu post describe perfectamente las circunstancias del disco y del autor. Debo decir que me gustan los sonidos Rhythm and Blues/soul-disco y el "Dinasty" y el "Unmasked" me encantan. Y la voz de Peter Criss también me gusta. El sonido del disco es bueno. En cambio, las canciones no me terminan de convencer. Creo que les falta ese "algo" para que me enganchen. Por lo demás, tampoco ha sido ningún sufrimiento escucharlo, simplemente pasarán unos cuantos años más hasta que me lo vuelva a poner. ¡Saludos, y bravo por el post!
ResponderEliminarSiempre cumplo mi palabra cuando se refiere al Universo KISS. De lo demás... Estoy preparando "algo" para después del verano en lo de El Fantasma de la Ópera sobre Dynasty/Unmasked, ya te contaré si sale. Una pareja de discos muy especial para mí también. El de Peter se deja escuchar, pasa sin hacer daño, y eso es lo peor que puedes decir de una obra artística: ni gusta, ni disgusta. Mal, mal. Saludazo de vuelta y gracias por los piropos.
EliminarPor fin un disco con la marca Kiss que me resulta distinto y entretenido. Que no significa que me enamore pero me mola la variedad de estilos. Tossin es genial.Kind of sugar y Rock me baby son divertidas.
ResponderEliminarSiento ser la nota divergente, pero entre los 4 discos, me quedo con este y después con el de Ace. Un abrazo.
NO ME LO PUEDO DE CREER KING
EliminarMe alegra que al fin entres en el Universo Kiss. Au que sea por la puerta falsa 😂
EliminarEs lo que tiene no ser fan de Kiss, que yo no voy buscando a Kiss en todos los discos, y por eso puedo valorar este o el de Ace sin verme cegado por el nombre de liss en neón...no sé si me explico...
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