Ir al contenido principal

Bow Wow - Hard dog (Roadrunner-1983)


Pues sí amigos, siguiendo con mi obsesión por lo japonés, hoy llega a este blog uno de los discos de Bow Wow –no confundir con el rapero norteamericano de igual nombre–, banda nipona que supuso el germen de la impresionante formación que a mediados de los 80 cambió su nombre por Vow Wow y de la que ya os he hablado por aquí en diversas ocasiones. Así, a mediados de los 70, el productor Yoshimi Ueno reclutó al guitarrista y cantante Mitsuhiro Saito y al batería Toshihiro Niimi –de quienes había sido manager en el pasado– para montar una banda y añadió al fantástico guitarrista Kyoji Yamamoto –que también se convirtió en vocalista principal– y al bajista Kenji Sano, dos virtuosos que seleccionó en la Yamaha Music School. A finales de la mencionada década editaron varios discos que les proporcionaron la oportunidad de telonear a Kiss o Aerosmith en sus giras por Japón, pero la producción de sus álbumes era tan mala que el futuro de la banda era bastante desesperanzador. 

Sin embargo, en 1981 grabaron este Hard dog con producción de Yoshinori Igishi que les sirvió como revulsivo, aumentó su popularidad, les permitió girar por festivales europeos y sentó las bases de la dirección musical que tomarían en la primera mitad de los ochenta, antes de hacer la conversión al hard rock melódico como Vow Wow, propiciada por la huída de Saito en 1983. Precisamente ese fue el año en el que RoadRunner editó en Europa antiguos discos de la banda como Hard dog, por lo que la copia que poseo es de esa edición y no de la original de SMS Records del 81. 


Grabado en los estudios K.R.S. y con portada de Hajime Anzai y Kaoru Ijima, el track list fue: 

A 
Fugitive 
Gonna be alright 
Big shot 
Can’t take it anymore 
Searching 
Breakdown of the earth 

B 
My dear alarm clock 
Judas (in blue) 
Close to the end 
New red boots 
I know 

Fugitive es un hard rock potente y crudo con guitarras estupendas, como Gonna be alright, aunque este tiene un estribillo más pegadizo. Big shot es más de lo mismo, cortito y simple. Can’t take anymore es algo más elaborado pero sin abandonar la tendencia general del álbum que en realidad es una sucesión de hard rocks sencillos, pegadizos, con una buena ejecución en su base rítmica y una guitarra que sobresale sobre el resto. La voz no está nada mal, pero ni punto de comparación con la etapa posterior de la banda con Hitomi a las voces y la adición de teclados, algo de lo que la banda se vanagloriaba de no utilizar en este punto de su carrera. Searching es una baladita con acústicas, sencillita y poco más, y finaliza la cara con Breakdown of the earth, de mis favoritas junto a la que inicia el álbum y otra demostracion de Kyoji Yamamoto a las seis cuerdas, además del único tema que se aleja del hard rock directo y muestra algo de experimentación relacionada con las raíces progresivas de la banda. Temazo. 

La cara B comienza con My dear alarm clock, que enlaza con el tema anterio y es una especie de rock clásico puesto al día –ojo, al día de 1981 claro– con preeminencia de la melodía del bajo. Una canción simpática aunque no me llama la atención tanto como la mencionada Breakdown of the earth. Las guitarras, estupendas. Judas (in blue) es un resultón tema con slide guitar y Close to the end es otro hard rock enérgico con afiladas guitarras y un sonido muy setentero, en realidad como todo el disco. La soprendente y speedica New red boots es otra puesta al día de un rock clásico pasado por las idas de olla de Yamamoto a la guitarra y experimentos vocales. El disco finaliza con I know, otra de mis favoritas –acaso mi preferida– y una estupenda guinda para este pastel que sin ser genial resulta más que digno. 


En resumen, todo un documento sonoro del hard rock que se hacía en Japón a principios de los 80, aunque ya os he dicho que en mi opinión no sería hasta la llegada de Genki Hitomi a las voces que Vow Wow –ya con V– alcanzarían su máximo nivel. Por si queréis profundizar os acompaño el enlace a Spotify. 


¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Pues ni idea de esta primera vida de los japos. A hincarle las orejas.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Cactus - One way...or another (ATCO, 1971)

  El grupo que traigo hoy es uno de esos que, a pesar de su calidad, no logró el éxito comercial que merecieron durante su existencia, y creo que hoy en día tampoco han adquirido el nivel de reconocimiento que merecen. Aunque hace años el amigo  Rockología  ya se encargó de avisaros con la reseña de su tercer disco (“ Restrictions ”), yo no me canso de hablar de este a grupo a todos los aficionados al hard rock setentero, o al rock guitarrero en general. Ya sé que esto se dice de muchos grupos, pero es que éste era un supergrupo. Esta palabra, que generalmente se utiliza muy a la ligera, aquí cobra todo su sentido, y, si no, fijaos qué plantel. Camine Appice à la bateria. Tim Bogert al bajo, Rusty Day a la voz y la armónica, y Jim McCarty a la guitarra. Carmine Appice es uno de los mejores y más influyentes bateristas de la historia del rock. Fue el primero en comenzar a tocar la batería con una contundencia inusual. Según el propio Appice, se vio obligado a hacerlo porque debía ha

KISS-ASYLUM (1985-Mercury)

  A mediados de los 80, seguramente que de KISS lo único que quedaba era el nombre. Ace Frehley y Peter Criss no estaban físicamente y Gene Simmons aunque seguía figurando casi que tampoco, vivía más interesado en una carrera cinematográfica que no despegaba o produciendo a bandas del nuevo Glam Metal USA como Keel o Black N Blue.  Si me apuras, The Paul Stanley Band no hubiese sido un mal nombre, ya que el antaño "Chico de las Estrellas" era el único que realmente tiraba del carro en aquellos años. Gracias a él y a Vinnie Vincent disfrutamos de los primeros Kiss "desmaquillados" merced al aplastante por momentos "Lick It Up". Cuando Cusano fue expulsado por sus excentricidades la banda grabó el irregular "Animalize", que bueno, tampoco estaba tan mal y hasta nos brindó con un VHS de la época bastante subido de tono.  Y luego llegó "Asylum" con un nuevo guitarrista llamado Bruce Kulick y otra oportunidad para seguir en la reciente rueda

Judas Priest – Killing machine (CBS, 1978)

Amigos, mi colección de vinilos no es infinita y –si le sumamos que muchos han sido ya reseñados por otros colaboradores de este blog–, después de todos estos años se me están acabando los discos con los que doy contenido a mis entradas. Así que llega un momento en el que uno tiene que ir tirando de fondo de colección y rezar por que a nadie se le haya ocurrido hablar de alguno de los álbumes que aún no os he traído. Por eso, no importa que ya os haya hablado en varias ocasiones de los Judas Priest –creo que soy el que más vinilos ha comentado por aquí– y hoy me saco de la manga otra de sus imprescindibles obras, este Killing machine , quinto lanzamiento en estudio de la segunda banda más famosa del área de Birmingham. Creo recordar que el primero que me compré de ellos fue el Defenders of the faith ( aquí ), luego el Screaming for vengeance ( aquí ) y después ya me pierdo, no sé si fue el recopilatorio Hero, Hero

President - Have a nice trip (1993 - Barrabás)

Si alguien me hubiera preguntado, oye Paco ¿dime tres ciudades de España en la que no haya bandas de heavy/thrash metal? Una de ellas, no por nada en especial, por desconocimiento total de la escena metálica salmantina, o por ser una ciudad universitaria, de pequeño tamaño y poco industrial, seguramente hubiera sido Salamanca. Pues, me hubiera equivocado.

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.