Ir al contenido principal

Show-Ya – Queendom (Eastworld-1986)


Hola a todos de nuevo. Un viernes más prosigo con la serie dedicada a mi compra de vinilos en Tôkyô, esta vez con las estupendas y –fuera de su país– poco valoradas rockeras niponas Show-Ya. Y es que si ya cuesta que, obviando a Loudness, se conozca en general el trabajo de bandas ochenteras como EZO, Earthshaker o Vow Wow, el ser una all-female band hace aún más difícil que en el país de las Malús, Rosarios o Edurnes se tenga respeto por estas chicas –señoras ya, en realidad– de larga trayectoria. No os voy a hablar ahora de su historia porque no hace demasiado ya escribí en mi blog un completo artículo dedicado a la discografía de estas impresionantes músicas que iniciaron su carrera gracias a un concurso. Por eso me planto directamente en su segundo álbum, el único que por desgracia fui capaz de encontrar en mi paso por la tienda de Disk Union de Shibuya. Toda una pena porque me hubiese llevado todo lo que hubiese visto de ellas en vinilo, pero no pudo ser. Aún así, estoy muy contento de haber conseguido este Queendom que encontré casi por casualidad en mi tercera y última visita a la tienda. 


Debo daros la razón en que esa portada de Hideharu Sato y las indumentarias que me llevaban las chicas hacían pensar en cualquier cosa menos en una banda de hard rock con unas guitarras estupendas a cargo de Miki Igarashi y un toque purpleniano otorgado mayormente por los teclados de Miki Nakamura, sin desmerecer la fantástica voz de Keiko Terada y la solvente base rítmica aportada por Satomi Senba y Miki Tsunoda. Pese a ello, estamos ante un trabajo de gran fuerza con un estilo entre Rainbow y Bon Jovi


Grabado en los Take One studios de Tokyo y mezclado en los Abbey Road studios de Londres con Akira Tanaka y Kinji Yoshino a la producción, el track list era: 

A 
Broken my heart 
Mr.J 
In the night 
シークレット
時を越えて 

B 
しどけなくエモーション 
Again 
サイレント ヴィジョン 
Fire 
I can tell you 


El disco empieza con una intro de teclados, presentación de Broken my heart que abre el álbum con esa mezcla de pop rock y hard melódico en la que destacan la voz de Terada y la guitarra de Igarashi. Mucho más speedica es Mr.J en la que sin abandonar la melodía y los arreglos de teclados, la base rítmica se acelera e Igarashi se luce más si cabe. Con In the night regresa Nakamura a primera línea con sus teclados, dando inicio a un tema de hard rock melódico en el que vuelven a sobresalir Terada con su fantástica voz y –cómo no– la estupenda Igarashi. Con Secret queda claro con esas guitarras blackmorianas y Nakamura emulando a Jon Lord que las chicas son fans acérrimas de Deep Purple. La cara A finaliza con Toki wo koete, un baladón en el que Terada se erige en protagonista. 


La siguiente cara se inaugura con Shidokenaku emotion, el tema que se lanzó como single del disco, caracterizado por los guitarrazos de Igarashi pero con unos teclados poppies que me recuerdan a los primerizos Bon Jovi. Again comienza con guitarras y teclados y se convierte en un pop rock de calidad con una buena base rítmica que precede a la estupenda Silent vision, otro de esos temas que pueden calificarse como mezcla entre j-pop, hard rock melódico y pinceladas guitarreras. En esta, el riff de teclados me resulta de lo más pegadizo y es lo mejor de la canción. Y si en la anterior Igarashi se limitaba a una labor de puro acompañamiento rítmico, en la nuevamente blackmoriana Fire es la guitarrista la que junto a la omnipresente Terada lleva el protagonismo del tema y se luce en el solo, sin olvidar nunca la sólida pegada de la incansable Tsunoda a los parches y los arreglos de Nakamura a los teclados. Apabullante. El punto final llega con I can tell you, una baladita algo melíflua con preeminencia de teclados. En resumen amigos, un estupendo disco que si bien no es el mejor ni el más determinante del estilo que cultivaban estas chicas, si refleja de manera fantástica de lo que eran capaces. 




Si no las conocíais os remito a mi artículo antes mencionado –no es porque lo haya escrito yo, pero está muy bien– y os recomiendo que escuchéis los temas que allí adjunto. Respecto a este álbum, os acompaño un par de canciones así como una actuación de 2013 para que veáis cómo suenan estas mujeres, estupendas instrumentistas que a fecha de hoy siguen al pie del cañón y que son fervientes valedoras del rock femenino en su país, consideradas unas pioneras y organizadoras del festival de rock Naon Yaon para all-female bands desde 1987. 

¡Feliz viernes! 
@KingPiltrafilla

Comentarios

  1. Joda, vaya caña guapa que dan estas señoritas. Una rareza del nivel de Paco, pero en versión Japo. Les voy a dar otra escucha y a disfrutar. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y eso que no es su álbum más currado, pero desde que las descubrí me tienen enamorado. Lástima que lo último que han editado no tiene el duende de antaño.

      Eliminar
  2. Increible. Era imposible detectar bajo esas pintas, pero ya sabemos como son los japoneses, un grupo de hard clásico. Muy interesante. Me gusta como suena el japonés en el rock. Quizá por eso estoy enganchado a las Baby Metal, entendiendo que es mucho menos auténtico que esta banda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si te interesan, investiga el resto de sus trabajos (en mi artículo sobre las chicas puese varios clips) porque valen mucho la pena. Y en efecto, no puedes compararlas a ese chiste que son Baby Metal.

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo