Amigos, estamos a finales de julio y la mayoría de vosotros estáis de vacaciones. Eso sólo puede significar una cosa y es que ha llegado el momento de abrir un paréntesis. Así pues, hoy me despido hasta septiembre –aunque seguiré entrando a leeros– y lo hago con este álbum de Rainbow, ni más ni menos que el primero que compré de la banda de Blackmore. Y llegué a ellos porque un compañero me había dejado un bootleg del grupo titulado Lost in Hollywood del que recuerdo aún su portada –un Cadillac y una rubia en bolas, para qué os voy a contar más– y lo mucho que me gustó. Así que corrí a comprarme algo de ese grupo escogiendo su último álbum, este Bent out of shape al que tengo especial cariño, además de por la calidad de sus temas, por que como os he dicho es el primero que tuve de los Rainbow.
Evidentemente, luego caerían todos los demás porque –como sabéis–, Bent out of shape es la séptima obra de estudio de la banda que montó Ritchie Blackmore en su primera espantada de Deep Purple. Grabado para Polydor records en los Sweet silence studios de Copenhague, era el tercero con Joe Lynn Turner como vocalista y el cuarto con Roger Glover a los controles, el bajista del grupo y también antiguo miembro de Deep Purple junto a Blackmore, quien a esas alturas ya gozaba de buena reputación con su carrera paralela como productor para –entre otros– Nazareth, Judas Priest, David Coverdale en solitario, Michael Schenker Group, la Ian Gillan Band o los mismos Rainbow.
El line up de la banda por entonces –Ritchie no se caracterizaba precisamente por mantener el mismo equipo de músicos entre cada álbum y cuando no cambiaba el cantante hacía lo propio con un teclista o un batería– estaba compuesto por Mr. Blackmore a las guitarras, Roger Glover al bajo, Joe Lynn Turner a las voces, Chuck Burgi a la batería y David Rosenthal a los teclados. Como anécdota, deciros que ejerció labores de ingeniero de sonido un joven Flemming Rasmussen que el año siguiente se convertiría en productor de Metallica, en la primera de sus tres colaboraciones con la banda.
Con portada de Derek Burnett bajo la dirección artística de STd, el track list de este impresionante disco era:
A
Stranded
Can’t let you go
Fool for the night
Fire dance
Anybody there
B
Desperate heart
Street of dreams
Drinking with the devil
Snowman
Make your move
Stranded es un temazo en el que la voz de Turner y la guitarra de Blackmore –machacón riff e impresionante solo marca de la casa– demuestran una vez más el porqué ese tándem fue tan exitoso. Y si la primera canción dejaba un buen sabor de boca, Can’t let you go y su inicio de teclados es una de las imprescindibles de la historia del grupo. Aquí, además del dúo dinámico, Glover y –sobre todo- Rosenthal también tienen protagonismo. Y después de este temazo en el que Turner y the man in black se lucen de nuevo, Fool for the night nos ofrece más de lo mismo... y es que es una tontería analizar uno a uno los cortes de este enorme álbum del todo imprescindible, que además de poseer tonadas impresionantes sin desperdicio ninguno –dos de ellas instrumentales– tiene como exponente ese pelotazo radiofónico que fue Street of dreams que se coló en el Billboard Hot 100 y llegó al número dos en su lista Mainstream Rock.
Más orientado a la melodía radiable que al hard rock clásico que sus predecesores, hay que decir que aunque gozó de un enorme éxito –sobre todo gracias a sus dos pedazo de singles–, las maniobras de los managers de Deep Purple para reformar el Mk.II de la banda obtuvieron su fruto y se puede decir que con Bent out of shape el grupo murió en su mejor momento comercial.
Como bonus os acompaño la grabación de Stranded, el clip de Can’t let you go, la emocionante intrumental Anybody there –aún hoy me pone la piel de gallina–, el clip de Street of dreams y la rápida Make your move.
A mediados de los 90, un desigual Stranger in us all se editó bajo el forzadísimo epígrafe de Ritchie Blackmore’s Rainbow... pero a Ritchie ya le había embrujado esa especie de Yoko Ono del hard rock llamada Candice Night y el genio de la guitarra se vistió de bardo y se retiró a tocar acústicas, mandolinas y zanfonas.
Y ahí sigue, para verguenza ajena de muchos. En fin.
Y ahí sigue, para verguenza ajena de muchos. En fin.
¡Felices vacaciones!
@KingPiltrafilla
Una alineación de lujo que se armó el gran Ritchie Blackmore que daría como resultado éste trabajo que nos alucina hasta haber entrado más de una década del nuevo siglo. Sin duda que fue una gran despedida y aún no se devela el misterio de porqué abandonó el sonido de las guitarras eléctricas para dar paso a las mandolinas y demas´
ResponderEliminarSaludos King y que disfrute sus vacaciones.
¿El misterio?, sí hombre... el misterio se llama Candice.
EliminarAunque no lo reviso con frecuencia un buen álbum. Más melódico que hard, pero de calidad top. Nos releemos en septiembre crack. Disfruta.
ResponderEliminarGracias. Por aquí estoy, decidiendo los títulos de la temporada que viene.
EliminarRealmente fantástico el review, habia escuchado canciones sueltas de los discos de Rainbow de los 80s pero ahora que he visto el review lo estoy escuchando entero y que maravilla. Cuando vuelva a ir a pub Rainbow aqui en Granada tengo q pedirles qme pongan alguna de este album jajajajajaja por cierto el lugar esta muy bien, es un pub heavy de los pocos que quedan y hecho por fans de rainbow.
ResponderEliminarPues si alguna vez regreso a Granada, en lugar de pasar un calor inenarrable por la Alhambra, me daré una vuelta por el Rainbow. Saludos.
EliminarGran entrada para un gran disco un tanto olvidado pero que contiene verdaderas joyas. Por cierto...una vez más me has "robado" una idea de #FFVinilo...siempre fuiste el más rápido a este lado de la orilla, forastero.
ResponderEliminarJajajajaja... también hay veces en las que ha ocurrido lo contrario o se me ocurre un vinilo y resulta que ya ha pasado por aquí. Ahora tengo cuatro en el horizonte. A ver si no me los pisa nadie. Saludos.
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