Ir al contenido principal

Mötley Crüe - Dr. Feelgood (Elektra Records 1989)



Motley Crüe entró a comienzos de 1989 en los estudios Little Mountain de Vancouver con el productor Bob Rock y su incondicional Randy Staub a por su última oportunidad. La compañía de discos ya no les aguantaba, los organizadores de conciertos de medio mundo no les aguantaban, sus familias no les aguantaban. Además, tras un tremendo episodio de sobredosis por parte de Nikki Sixx (bajista) la banda al completo comenzó un periodo de desintoxicación que continuó durante la grabación de Dr. Feelgood. Bueno, eso dicen, porque Bob Rock cuenta que se pimplaban una botella de vino nada más empezar el día.

La grabación se dilató durante seis largos meses. La banda acabó abroncada y la constante promoción posterior (se tiraron dos años prácticamente sin parar) terminó con Vince Neil (cantante) fuera del grupo, lo que, en realidad, significó el final del grupo.

En lo musical, la producción y la mezcla del álbum son excelentes; encumbraron, al fin, a Bob Rock como el productor de moda. Las canciones las compuso Nikki (música y letra) con Mick Mars (guitarrista) y la ayuda puntual de Tommy Lee (batería) y el propio Vince. Se mantuvo en el top 1oo casi dos años seguidos y alcanzó el número 1 en dos ocasiones, sobre todo gracias a canciones de éxito como Dr. Feelgood, el Mr. Tambourine man de los Crüe, dedicada a su camello, o una de las grandes joyas del álbum, Kickstart my heart. Esta última fue compuesta por Sixx después de su experiencia extracorpórea tras la sobredosis de heroína y marca la tónica de producción y arreglos roqueros de todo el disco; incluye un buen trabajo con el talkbox de Mars, una base rítmica cojonuda, letra sencilla y el enésimo buen estribillo. Un vídeo rompedor muy de la época y a vender rosquillas.
Las consabidas baladas y medios tiempos de fácil asimilación no faltan. Without you, muy del estilo Home sweet home. Time for change, que cierra el disco, un canto de Sixx al futuro, que él asocia al cambio que las nuevas generaciones podrían traer consigo. Y una de mis favoritas, Don’t go away mad (just go away), un gran medio  tiempo lleno de flow que comienza con una intro deliciosa, un buen puente y el subidón justo antes del estribillo.
El resto, mucho sexo de todo tipo a golpe de cadera y rock, como Same ol’situation (S.O.S.), una letra de tríos alrededor del mundo, o She goes down, efectivamente, ahora tocan felaciones.
El vinilo que traigo hoy es la re-edición remasterizada del 2000 que editó el grupo en su propio sello, Motley Records, junto con la distribución de EMI. Buen gramaje, encarte con fotos y letras y calidad de primera.

Pasad buen fin de semana.
Mötley Crüe - Kickstar my heart

Mötley Crüe - Don't go away (just go away)

Comentarios

  1. Estupenda entrada y un muy buen álbum de una banda icónica de la época. Recuerdo cuando en mis comienzos como tuitero un seguidor me hizo unfollow porque puse un vídeo de los Crüe y me dijo el pavo que le había decepcionado porque eso no era heavy jajajaja... a tomar por culo, puto iletrado. Fue mi último vinilo del grupo. Los dos que siguieron -el estupendo Mötley Crüe y el irregular, por ser benévolo, Generation Swine- ya los tengo en cedé. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. jajajaja!!! genial tu anécdota con el twittero indignado por colgar a los Mötley Crüe...veo que se te quedó clavado!! Por otro lado esta entrada era obligatoria, no podia faltar en este blog.

      Eliminar
    2. Pues eso, a tomar por culo, jeje

      Eliminar
  2. Buen disco aunque no es mi favorito de los Crue sinceramente, aunqe tras esta entrada me dan ganas de buscarlo (lo tengo en cinta)
    Buen fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. En su momento lo devoré. Me parece mejor que los dos anteriores, solo prefiero el Shout y quizá el primero, por eso de la espontaneidad y los cojones rock punk que tenían en sus inicios.

      Eliminar
  3. Anónimo6/6/14 18:45

    Mi preferido de Crüe es Shout at the devil. Este Dr feelgood es un cañon pero adolece de la espontaneidad de su primer trabajo, con todo y sin ser una de mis bandas favoritas es un buen disco.
    Recuerdo que en una d las multiples cintas que le grababa a mi mujer cuando eramos novios, ella no era heavy, pero ya sabeis, las mejores baladas las de los grupos heavys jajajaja, le metí entre otras Whitout You, la use para cerrar la cinta y en la cartulina de la cinta le escribí, en esta cancuón toca la batría un chico muy guapo, como yo qe esa casado con una chica muy guapa, como tu jajajajajaja. Por entonces estaba casado con Heather Locklear.Puto romanticón que era. Hay que joderse.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo más bien hubiera dicho que eras un "moñas", jeje. Me quedo también con Shout pero este le va a la zaga. El estupendo sonido le hace ganar enteros y a resistido muy bien el paso del tiempo. Qué leches, son los Crüe.

      Eliminar
  4. Otra estupenda entrada que no podía faltar en éste estupendo blog. Saludos amigos gran reseña de un disco emblemático.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Creedence Clearwater Revival - "Green River" (1969)

  Las canciones, conscientes de su pegada y su carácter de inmediatez, se liberan de artificios y apéndices instrumentales.... Por Jorge García . Pocas bandas a lo largo de la historia han conseguido hacer tanto y tan bueno en menos tiempo que el que emplearon los cuatro componentes de la  Creedence Clearwater Revival . Aunque de los tres años que la formación empleó en grabar discos (con John Fogerty al frente), 1969 fue el que se llevó la palma con tres álbumes publicados en menos de doce meses. Y para más inri, podemos afirmar que al menos hasta el tercer catálogo publicado por el grupo, el nivel fue a más, alcanzando con su tercera entrega,  "Green River",  su mejor trabajo hasta aquél momento. Precisamente de esta tercera intentona discográfica vamos a hablar hoy. Un disco en el que el menor de los Fogerty alcanza un status como compositor y líder ciertamente demoledor, tomando el mando de la situación y construyendo un disco de apenas media hora de duración pero con tod