Así es, amigos del vinilo, tras el parón navideño, reanudo mi colaboración con este blog adentrándome en las calles del neoyorquino distrito de Queens y dedicando mi entrada a Anthrax. Tras un Fistful of metal que pasó desapercibido para mi –y supongo que para el resto de españoles-, lo primero que escuché de estos norteamericanos fue su tema Madhouse gracias a ese clip magistral –por lo básico, directo y cargado de humor- que nos mostraba sin artificios lo que era esta banda: locura, tralla, energía y alegría. Ese single me hizo llegar a Spreading the disease –aplastante- y luego al inmenso y clásico Among the living del ’87, con ese inicio del tema homónimo con el bajo que entra y... en fin, una caña. Por aquel entonces era seguidor de Metallica, pero estos tipos eran más, no sé... más afilados. Total, que un año después sacaron al mercado este State of euphoria y se afianzaron como una de las bandas imprescindibles del género.
Ese inesperado inicio con cello de Be all, end all, los cambios de ritmo de Make me laugh, la fantástica versión del Antisocial de los franceses Trust, Who cares wins con otro de esos preciosos inicios que nos introducen poco a poco en el tema, o la buenísima Now it’s dark con esos coros marca de la casa (Don’t you fuckin’ look at me) con la que se inicia la cara B. En fin, una buena colección de temas caracterizados por esa apisonadora que los primos Charlie y Frank a la percusión y el bajo respectivamente conducen a lo largo del álbum. Según algunas fuentes, la crítica no les perdonó que con este State of euphoria no superasen en ventas largamente a su predecesor, pero ¿desde cuando nos importa lo que diga la crítica?. No hay thrasher de esa época que no tenga este álbum junto al Spreading, el Among y el Persistence. Yo les seguí también en la era Bush con el Sound -magnífico en mi opinión- y el Stomp. Sin embargo nos acercábamos a finales de los 90, mi particular era postmatrimonio y el inicio del fin de mis gastos incontrolados en música y comics. Por suerte, con el cambio de siglo llegó internet, los p2p o Youtube y he podido seguir en contacto con la musica que me gusta, algo que -por ejemplo- este año me ha permitido disfrutar de la última y fabulosa obra de estos tipos incombustibles.
En cuanto al álbum que me ocupa, la banda por aqul entonces estaba integrada por la formación clásica de Joey Belladonna a las voces, Scott NOT Ian y Dan Spitz a las guitarras, Charlie Benante a la batería y Frank Bello al bajo. La producción corrió a cargo de la banda y el mítico Mark Dodson -mago de los controles y responsable de innumerables álbumes que todo metalhead debería atesorar-, con quien repetirían en su posterior Persistence of time. Respecto a la portada, el responsable fue Don Brautigam, otro ilustrador conocido por todos nosotros –autor de otras portadas de la banda, así como de Mötley Crüe, Metal Church o Metallica- recientemente fallecido. Eso sí, a mi me gustó mucho más la contraportada de Mort Drucker.
El track list fue como sigue:
A
Be all, end all
Out of sight, out of mind
Make me laugh
Antisocial
Who cares wins
B
Now it’s dark
Schism
Misery loves company
13
Finale
Feliz viernes.
@KingPiltrafilla
Genial Anthrax. Este álbum me enganchó al grupo. Disfruto tanto de su etapa con Bush como con Belladona. Otra entrada bestial hoy.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarNo es de sus mejores lanzamientos,pero sin duda su thrash diferente y energico fue un aliciente para mi que siempre los he seguido hasta estos ultimos años que realmente he pasado totalmente de ellos al igual que ellos con lanzamientos fuera de mi tolerancia.Buen recuerdo.Saludos.
Son dignos de estar donde están, en los puestos altos del metal. Nunca decepcionan. Como siempre gran entrada King.
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