Hay una pregunta
que me ronda la cabeza desde hace varios años, sin que nadie haya logrado darme
una respuesta convincente, y me temo que nunca encontraré la respuesta. ¿Que
les dan en la zona de Valencia (y alrededores) para que desde hace 20 años haya
surgido una escena de power-pop con un nivel que roza la excelencia? Basta
citar algunos nombres para darse cuenta de que algo raro pasa en esa zona
geográfica: Vicente Prats, Octubre, Señor Mostaza, Damien Lott (que toca la
batería en este disco), Star Trip, Hank Idory,… seguro que me dejo alguno, pero
¿no es curioso la cantidad de grupos de primer nivel surgidos en las últimas
décadas en la zona del Levante?
Hoy os traigo unos
de esos discos que más he escuchado en la última década. Y la prueba de que no
es verdad que a partir de cierta edad uno pierda la capacidad de sorpresa y no
pueda engancharse a nuevos grupos. Y es lo que me pasó con este disco.
Publicado en 2017. Llegó a mis oídos por casualidad, y desde la primera escucha
me enganchó. Es verdad que soy fácil de contentar: en cuanto suenan unas
guitarras Rickembaker, producciones límpidas, armonías vocales luminosas, y
unas melodías absolutamente evocadoras, a mi ya me han ganado.
Hank Idory es el grupo tras el que se encuentra el músico Juancho Alegrete, y éste fue su primer disco, publicado en 2017. Su segundo disco, “Sentimental Jamboree”, de 2022, también es absolutamente espectacular. Algún día lo traeré también por aquí.
El nombre hace referencia al clásico disco de Bowie “Hanky Dory”, aunque la música se acerca más a otros parámetros.
Yo suelo aplicar
una formula que casi siempre funciona:
Melodías + coros +
RnR = Power Pop
Evidentemente hay
Power Pop en la música de Hank Idory. Se puede sentir la influencia del
“jungle-pop” mas ortodoxo, ese de los Byrds, Big Star, o Teenage Fanclub.
Guitarras potentes, pero melódicas y luminosas al mismo tiempo. Pero es
evidente que esta etiqueta se le queda corta a la música de Hank Idory. Cuando
uno escucha el disco, siente que en su música hay un poso de melancolía, de
tristeza serena. Una mezcla de sentimientos encontrados. ¿Es un disco alegre o
triste? No lo sabría decir. Creo que es una mezcla de los dos sentimientos. Es
alegre y triste a la vez. ¿Esto es posible? Si, absolutamente (¿acaso no se
habla del sentimiento de “saudade” en la Bossa Nova?). Y esto tiene que ver con
otra de las influencias de Juancho Alegrete: el sunshine pop. Esa ola de pop
luminoso, pero con un sentimiento algo decadente al mismo tiempo, ha influido enormemente
en su música, y eso esta presente en el disco. Cuando uno indaga en las
influencias de este músico, él mismo habla de su admiración por grupos como
“The Association”.
¿Y esas
instrumentaciones, esos arreglos orquestales, esos sonidos de vientos,
teclados, trompetas, más propios del pop barroco? Le he escuchado citar en
varias ocasiones a Burt Bucharach, y también a muchos grupos representantes del
pop barroco y del pop de orfebrería de la década de los 60 (evidentemente, los
Beatles y los Beach Boys también están representados en todo el collage de
músicas que han influido en Juancho Alegrete). Esto lo explica todo. Toda esa
mezcla esta perfectamente equilibrada en este disco.
Es evidente que
tras este disco hay un trabajo minucioso en los arreglos, en la ejecución, y en
la producción. El sonido de la batería me vuelve loco, y el de las guitarras
(obvio) es un sonido perfecto. Carlos Soler es el productor del disco, y creo
que ha conseguido una mezcla limpia, equilibrada, y deja el hueco necesario a
toda la variedad y riqueza de arreglos que hay repartidos de manera magistral
por todo el disco (desde las guitarras de 12 cuerdas hasta sintetizadores Moog
o mellotrones).
Aparte del nivel de
cariño y exigencia que se aprecia en el aspecto musical del disco, está claro
que Juancho Alegrete ha querido dar un concepto de “obra completa” al disco,
cuidando también su aspecto visual. Es difícil representar visualmente el concepto
que un artista quiere dar de su obra, y que encaje también con la forma en que
los receptores de esa obra lo percibimos. Pero creo que ha dado en el clavo con
la portada (obra de Javier Sáez).
Esto me lleva a
otra reflexión. ¿En qué pensáis cuando escucháis una canción? ¿Veis al grupo
actuando, veis notas musicales, nubes paseando por el cielo? En esta canción
que os pongo como ejemplo (una de mis favoritas del disco), yo no puedo evitar,
después de un momento de cielo gris, nubarrones, y lluvia, ver claramente salir
el arco iris (el de la portada) cuando llega ese estribillo luminoso.
Otro ejemplo del
aspecto estético del disco es este fabuloso video, obra del diseñador pop Álvaro
Ortega:
¿Queréis otro
ejemplo de cómo crear una obra maestra de pop a partir de una melodía
deliciosa y unos arreglos magistrales, tanto en los coros como la instrumentación?
Aquí suenan pianos eléctricos, flautas, guitarras eléctricas limpias, otras distorsionadas,
trompetas, armonías vocales grandilocuentes… sublime.
No puedo tampoco olvidarme del sello Pretty Olivia. Echadle un vistazo a su catálogo porque su buen gusto para la música esta fuera de toda duda.
Así pues, este
disco fue para mí uno de los descubrimientos de la pasada década. Un disco
absolutamente perfecto. Power pop preciosista, pop radiante, con unas melodías
espectaculares, armonías certeras, con ese sonido cristalino de guitarras
Rickenbaker, para mi gusto, de lo mejor que se ha publicado en España en los
últimos tiempos. Otro de esos discos que creo que ha pasado demasiado
desapercibido, y por eso quiero reivindicarlo en este foro. Si alguien descubre
y se engancha al grupo gracias a este post, me dio por satisfecho.
Aquí os dejo el
disco completo.
En la pagina
Facebook de Hank Idory se puede leer: “En busca de la melodía perfecta”. Espero
que la siga buscando por mucho tiempo.
Saludos,
Joder, un entradón muy bien escrito, aunque dedicado a un disco que no me provoca la alegría que a ti. Pese a ello, la verdad es que tiene unos arreglos muy currados y su escucha me ha resultado bastante más agradable de lo que imaginaba (El tiempo siempre miente me ha atrapado un poquito, debo admitirlo). Me quedo con lo que dices sobre su producción límpida, sus armonías vocales luminosas y sus melodías evocadoras (aunque seguramente a mi no me evoquen lo que a ti). Me parece cierto también lo que comentas sobre que envuelto en esa atmósfera poppy se advierte un poso de melancolía, y estoy muy de acuerdo en que la parte gráfica encaja perfectamente en el diseño sonoro del álbum. En particular, me gusta mucho la foto de la funda de la guitarra sobre la hierba. En fin, es todo cuanto puedo comentar del disco que –como siempre– he escuchado atentamente. Saludos. KING
ResponderEliminarQué gusto leerte. La pasión que le pones contagia. En verdad es un disco triste, con abrazos y sonrisas melodiosas, pero amargo en el fondo. Obviamente, no despierta sentimientos parecidos a los tuyos. De hecho, varias de las canciones son demasiado ¿powerpop? Tarde en Arecibo, Hoy empieza todo o El tiempo siempre miente, quizá por ese poso roquero que atesoran, me han gustado más. Lo que no puede discutirse es el barroquismo de la mayoría de las canciones, lleno de detalles y arreglos. Una portada preciosa también. Genial aporte. Un saludo.
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