Ir al contenido principal

David Bowie - "Station To Station" (1976)

 


No parece por tanto descabellado señalar a "Station To Station" como el eslabón perdido entre la sofisticada y elegante y época soul y el introvertido viaje plástico y metafísico del periplo Berlinés.
Por Jorge García.


"El Hombre que Vino de las Estrellas" es una extraña y bastante disparatada película que Nicolas Roeg filmó en 1976. Para interpretar al personaje principal, un extraterrestre llamado Thomas Jerome Newton, que llega a la tierra con la pretensión de buscar agua y un medio para transportarla a su agonizante planeta, que sufre una sequía que hará desaparecer en él todo rastro de vida en breve, el realizador contó con David Bowie.

La influencia que este rol causó en el británico fue lo que motivó a un Bowie que se encontraba en aquellos tiempos al límite en sus adicciones, a crear un nuevo álter ego: The Thin White Duke.

Este nuevo personaje es el auténtico precursor de un disco como "Station To Station". De hecho, este personaje fue durante muchos meses el hilo conductor de David Bowie con el mundo, con su mundo. Más que un personaje terminó siendo un portavoz, una imagen excesivamente adherida a la psiquis del artista, un alter ego que se paseaba impecablemente vestido con luminosas camisas blancas y elegantes chalecos, erguida la testa como corresponde a la altivez del personaje: frío y de corazón insensible; que busca la emoción entonando canciones románticas, un personaje, como definió el propio David Bowie: desagradable.

Musicalmente este disco se encuentra en tierra de nadie. Producido por el propio artista junto al productor Harry Maslin con quien ya trabajara en "Fame" y "Across The Universe", temas de su predecesor "Young Americans". En lo que al line up se refiere sigue contando con el baterista Dennis Davies y el guitarrista Carlos Alomar a los que a partir de este momento se les une el bajista George Murray, Earl Slic también a las guitarras y Roy Bittan al piano.

Pocos recuerdos reconocería Bowie tener de la grabación y gestación del disco. en una época en la que se encontraba fuertemente atado a la coca, la inspiración para la creación de los seis temas que forman el elepé es el resultado de combinar sus pretéritas experiencias recogidas de la época del Glam-Rock - en especial de las sesiones de "Aladdin Sane" - y la influencia del soul y el funky que de forma tan evidente se materializó en "Young Americans".



Además, el inglés ya empezaba a ser influido por la corriente de rock electrónico alemán denominada Krautrock. Estilo transgresor donde los haya que sobre el artista de la mirada bi-color ejercieron bandas como Kraftwerk y Neu!. Esta influencia dio inicio al uso de sintetizadores en el sonido del disco y abría definitivamente la puerta por la que entrase en aquel oscuro y plastificado periodo que junto a Brian Eno recorrería en los últimos años setenta firmando la famosa Trilogía de Berlin.

No parece por tanto descabellado señalar a "Station To Station" como el eslabón perdido entre la sofisticada y elegante y época soul y el introvertido viaje plástico y metafísico del periplo Berlinés.

En las letras también observamos ciertas obsesiones que revoloteaban alrededor del Bowie de aquellos días, tal vez la explicación podamos encontrarlas en el abuso de ciertas substancias como el detonante de un pensamiento incoherente y extraño en un artista excesivamente fascinado por el nazismo, el ocultismo de Aleister Crowley, la búsqueda del Santo Grial o la filosofía excesiva y en ocasiones, radical, de Friedrich Nietzsche.

Musicalmente el disco fue lanzado meses antes con el adelanto del single "Golden Years", un funky de ritmos dorados y ácidos que funcionaba como un tiro, gracias a un ritmo nervioso y cardíaco y a una melodía de lisérgica energía.

Además de este tema, el disco se abría con una larga canción que con el mismo título del álbum nos inicia en el estrafalario mundo interior del artista en aquel momento: Referencias religiosas con el cristianismo y el judaísmo mezclándose con el ocultismo. Todo recubierto por un mantra sónico dividido en dos conceptos, uno vanguardista: Sonidos de trenes, (¿acercándose a la estación?), letanía de pianos y sintetizadores que indicaban cuales habrían de ser los pasos futuros de Bowie en su célebre trilogía; y una segunda más luminosa y rockera, con un fuerte e hipnótico estribillo, lo cierto es que el coctel que ambos conceptos destilan crea un ácido y tóxico bebedizo que engancha al oyente, un gran tema al fin y a la postre.

"Word On A Wing" cierra la primera cara, Bittan hace entonar al piano una dulce melodía que en su mezcla con unas guitarras de connotaciones funkys y la batería electrónica crean un estado sónico pegadizo. Se trtata de una melodía relajada, cantada con calma, suavidad y falsetes en un estribillo en el que brilla vocalmente la bellísima voz del duque, un bonito tema que habla de religión, y que años después el cantante reconoció como una llamada de auxilio, un precedente de los tiempos oscuros que estaban por llegar.

El lado B del disco da comienzo con "TVC15", se trata de un intenso tema de elevada tensión lisérgica y piano clásico de fondo, arropado por palmas que dan un bailable ambiente disco al corte, un saxo jazzístico hace el resto.

Según Carlos Alomar, "Stay", con su frenético riff funky fue grabada bajo un frenesí de coca, el resultado fue un tema de excesos sonoros que contagia toxicidad y que en mi opinión resulta demasiado elaborado y largo.

Y el disco termina con la deliciosa "Wild Is The Wind", un soul transformado en un tema intemporal y ecléctico, cantado de forma magistral por Bowie, único no compuesto por el y que le embrujó tras conocer a Nina Simone y escuchar la celestial lectura que ella hacía con el piano. David Bowie firma una elegante y límpida lectura de esta obra Maestra soberana del soul escrita por Ned Washington Dimitri Tiomkin.


Bonito vinilo, con portada en blanco y negro que fija un  momento de la película de Roeg y que fue inmortalizada por el famoso fotógrafo Steve Shapiro.

Uno de los discos que en opinión de este escriba mejor envejecen de la cosecha de la década de los setenta del entonces y más aún ahora, icónico Duque Blanco y Flaco.

Comentarios

  1. Anónimo4/7/25 17:54

    No conocía este disco para nada. De hecho, de la carrera de Bowie después de 2002 –al año siguiente me pedí de regalo de cumpleaños su BEST OF– conozco más bien poco. Me gusta mucho ese ambiente que Alomar y Slick dan a las guitarras (y Bittan en lo suyo, por supuesto) aunque el sonido en general –aunque se nota cierta relación, como no puede ser de otra manera– en mi opinión seguramente desautorizada se aleja bastante, tanto de sus primeros discos como de la época más dance, o del Scary Monsters, que llegué a comprarme en cassette. Con todo, resulta entretenido, movidito, bien producido, entre clásico y experimental... en fin, no demasiado carismático en mi opinión (dudo que me lo vuelva a poner nunca) pero muy recomendable y muy aprovechable incluso para un metalhead como yo. Claro que, en esto de la música, soy raruno y poco fiable al amar por igual Ashes to ashes que Phantom lord de Metallica, por ejemplo. Saludos. KING

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Extremoduro - Yo, minoría absoluta (DRO, 2002/2014)

  Cuando una banda de rock alcanza el éxito tiende a repetir la fórmula o a dejarse domar por los sonidos que le imponga la discográfica. En el caso de Roberto Iniesta, el Robe, alma, cerebro, venas y corazón de Extremoduro, el éxito le pilló preparado. "La masa es imbécil. Si sales en la tele puedes hacer un libro, un disco o lo que se te ponga en la punta del nabo. A mí eso no me interesa ni vender más discos ni que me conozca más gente. Como estoy ahora estoy bien, pudiendo organizar una gira y no tener que decir «no puedo dejar de tocar en noviembre porque no tengo un puto gil», así me vale". Y continuó haciendo lo que le dio la gana después del éxito de Agila (1996): editaron el directo Iros todos a tomar por culo (1998) y el controvertido Canciones prohibidas (1999), donde daban rienda suelta a su creatividad, con éxito y críticas reguleras.  Y se tomaron un descanso. "Creo que cuando siguen haciendo cosas buenas y nuevas los grupos funcionan, aunque estén dos o...

Ramoncín - Al límite vivo y salvaje (1990, BMG)

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid y que este sábado tengo una Cita con mi chica para irnos de concierto a ver y escuchar al señor José Ramón Márquez , os traigo uno de los directos más importantes del rock español. Muchos denostan y menosprecian la figura e impronta de Ramoncín en nuestro rock patrio por su época de adalid de los derechos de autor a la cabeza de la infame SGAE, por su etapa de tertuliano y protagonista del papel cuché e, incluso, por su largo periplo como presentador de un concurso de televisión (mis amigas se pegaban por ir de público para verlo, todo hay que decirlo). Bien, pues no saben separar el polvo de la paja. Yo paso de todo aquello, y me quedo con la música que es lo que todos aquí amamos. Me voy a quitar desde el principio la parte técnica e histórica. Grabado en el 90 durante unos recitales en los que no presentaba ningún disco nuevo lo que le quitaba un poco de presión. Luego nos enteramos de que eran una despedida: en aquel m...

Ilegales - Agotados de esperar el fin (Epic, 1984)

  Este es uno de los discos de mi vida. De esos que tienes tan metidos dentro de ti que no necesitas escucharlos con frecuencia. De hecho, hace muchos años que no lo escuchaba, y al volver a hacerlo para escribir esta reseña me ha provocado las mismas sensaciones que recordaba. Como suele pasar en estos discos, me sabía de memoria el orden de las canciones y hasta el tiempo que dura el espacio entre canción y canción. Esta nueva escucha me ha servido también para reafirmar mi opinión de que este es uno de los mejores discos españoles de la historia. Así de claro. Esta cinta (ya que primero fue una cinta grabada, antes de hacerme con el vinilo), fue una de esas que desgasté en mi radio cassette en mi época preadolescente. Ni siquiera tenía caratula, ni los títulos de las canciones, pero fue una de mis cintas favoritas durante esa época. Siempre me chocó el sonido tan especial del disco. Una “reverb” exagerada en la voz, el sonido de la batería super seco, casi cercano al de una ...

Los Ronaldos - Saca la lengua (1988, EMI)

      ¿Qué mejor excusa para escribir la entrada de hoy que Coque Malla da esta noche un concierto en el Wizink Center de Madrid celebrando el 40 aniversario de su carrera musical en el que sus ex compañeros de Los Ronaldos le acompañarán en el repertorio que rememore de aquella época? Pues es una fantástica excusa, pero yo tengo otra casi mejor para hablar de este disco: y es que el rock nos gusta y nos divierte. Nada mejor para escuchar rock and roll, yeah. Cuando empecé a escuchar música estaba influenciado por mi hermano mayor, que era un fanático del heavy metal anglófono y mi hermano Carlos, mucho más popero pero también con la mayoría de discos en inglés. Y por ello, yo no escuchaba música en español. Me sacaban 9 y 7 años por lo que iban mucho más avanzados y les seguía. Un ejemplo, en mis adoradas VHS’s con videoclips, apenas hay temas en español: directamente no se grababa si lo entendíamos. El caso es que todo empezó a cambiar allí por finales del 88 y ...