Ir al contenido principal

Smash – La Glorieta de los Lotos (1970 – Philips)

Hace unos meses, a raíz de la publicación de la entrada sobre el grupo The Storm, uno de vosotros sugería ¿para cuándo una entrada de Smash? La verdad es que la he ido postergando, e incluso sin muchas ganas de hacerla ya que es tan grande lo que hizo Smash a finales de los sesenta principios de los setenta que hacerla venía grande a un tío como yo que divido la música entre la que me gusta y la que no, que no diferencio géneros y que soy incapaz de diferenciar un sitar de una trompeta.

Se puede decir que Smash fueron de las primeras bandas en hacer rock “moderno” en España, ello influenciado por el ambiente musical revolucionario que se respiraba por aquella época en Sevilla y los sonidos que ofrecían y pasaban por la bases americanas establecidas aquí, sin olvidar que el país seguía bajo el yugo de la dictadura franquista.

La Glorieta de los Lotos, es un lugar con estanque dentro del Parque de María Luisa donde se reunían los melenudos sevillano, dejad volar vuestra imaginación..., así como el título de un disco que suena increíble, experimental, improvisado, en el que se nota la libertad de creación que utilizaban Gualberto García, guitarra, sitar y clavicordio, Henrick Michael, guitarra y violín, Julio Matito, bajo y voz, y Antonio Rodríguez, batería y percusión, para mezclar rock, progresivo, psicodelia, folk, flamenco, clásica, blues y los palos que se os venga a la mente. Desde el minuto uno, se notan influencias de los Beatles, Dylan o Hendrix, entre otros.

Mejor que lo escuchéis, porque seguro que vosotras y vosotros sabréis sacarle matices a los que yo no tengo acceso. Solo comentar, que ningún tema defrauda, incluso ni los desvaríos en "Rock and Roll”, tema que cierra el disco y que son “diferentes intentos de grabación, que el grupo desconocía que se estaba grabando tomas buenas, conversaciones, tomas malas y absolutamente todo” tal como reza la carpeta, y los comentarios que acompañan a los créditos de cada uno de los temas, por lo que os recomiendo aumentar la imagen del interior de la carpeta.

Pillar una edición original se antoja actualmente casi imposible por su escasez y su alto precio, así que primero tuve grabado el disco en una cinta de cassette, pasando unos años después a una copia en CD, hasta que hace un par de años no me puede resistir a ese horrible vinilo naranja y negro, eso sí, una reedición de audio restaurado y remasterizado de 2021 por Philips.


        

En 1971, Smash edita su segundo álbum bajo el título We come to smash this time, que les dio el reconocimiento y fama que se merecían, pero los etiquetó para siempre, sin ellos sentirlo, como pioneros del llamado rock andaluz. A pesar de vender discos y abarrotar conciertos no veían ni un duro, lo que unido al rumbo que musicalmente quería tomar Gualberto fuera de la banda, hizo que se separaran, no sin antes sacar un par de singles, entre ellos el famoso “Garrotín” y actuar en directo en el Musical Express del añorado Ángel Casas, actuación que, junto con el disco completo y una interesante entrevista de Ordovás a Gualberto, os pego para que veáis la fuerza que tenía esta gente encima del escenario.

Sed felices y escuchad música, es una orden.





Comentarios

  1. Joder, vaya grupo. Y además, poniéndonos en el contexto, hablamos de finales de los 60 en Andalucía, paradigma de la imagen cañí de toros, folclóricas y tablaos que propiciaba el régimen. Y entonces sale un disco como este, donde blues, rock y psicodelia se dan la mano, cantando en inglés. Una gozada. En fin, discazo. Incluso esa mezcla de negro y naranja me parece atractiva jajaja. Y me río yo de eso de que no sabes diferenciar un sitar de una trompeta. Un abrazo. KING

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro que hayas disfrutado del disco. La verdad es que hay por ahí joyitas rockeras españolas como esta que valen la pena airear. Me tendrías que oír cantar jajaja y de tocar instrumentos mejor ni te cuento, Un fuerte abrazo amigo

      Eliminar
  2. Maravilla de disco. Tengo una edición, si no me equivoco, del año 71, y te aseguro que suena a gloria, tal vez sea porque soy de esos que añoran lo pasado, y si no lo he vivido yo, más aún, pero me encantan las producciones de esta gente, unos adelantados a su época, desde mi punto de vista. Un gran post, has descrito las sensaciones de escucha a la perfección! Chapeau.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. del 71? creo que tienes la primera edición, una joya. En todo caso si, un gran disco, donde tocas variedad de palos formando un ambiente irrepetible. Bienvenido Horacio, un abrazo. P

      Eliminar
  3. Qué buena música hicieron. Es lamentable la falta de memoria musical que tenemos en este país. Dos calles deberían tener en cada ciudad. Tengo por ahí un cedé de edición poco cuidada. A mí me gusta ese horrible naranja; tiene que ser curioso verlo girar. Y la carpeta está chula. Aprovecho para repasar el disco. ¿De qué hablarían aquellos roqueros setebteros alrededor de la glorieta de los Lotos... Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo del color... si hubiera sido solo naranja pues bien o incluso algo mezclado, pero así mitad naranja mitad negro... al girar mola la verdad. En todo caso un discazo. ¿De qué hablaban en la glorieta? Pues de lo que hablábamos nosotros con la peña y una litrona en la mando de arreglar el mundo a golpes de futbolín. Me viene también a la cabeza la "tocaba correr...." de Molina. Un abrazo master. P

      Eliminar
  4. Qué alegría ver a los Smash por aquí. Banda histórica del rock en España. Me gusta que hayas empleado el término "libertad de creación", porque para mí ha sido siempre difícil clasificarlos. Aunque se les haya metido en el cajón del rock andaluz, creo que son más que eso. Yo me enganché al grupo gracias a un recopilatorio del sello Ramalama ("Todas sus grabaciones"), y luego fui escuchando los LPs. Hace siglos que no los escucho, así que este fin de semana es una buena ocasión para este "Glorieta de los Lotos". Tengo en mi lista de vinilos pendientes éste y el "We come to smash this time". Por cierto, a mí me gusta ese vinilo negro-naranja. Gracias por acordarte de los Smash.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a tí que me diste el empujón que necesitaba para comentar el disco. Lo de las etiquetas como que muchas veces no ayudan a las bandas y en este caso poco la verdad porque esta gente hacía hard rock, blues, psicodelia y más cosas, aunque con algunos toques muy ligeros de flamenco, nada de lolailo. Un abrazo. P

      Eliminar

Publicar un comentario

Otros crímenes...

Paice Ashton Lord - Malice in Wonderland (Polydor, 1977)

Esto no estaba previsto. Este disco no estaba en la lista de títulos para reseñar en #FFVinilo. Pero es que el fin de semana pasado por fin pude hacerme con él, y tenía ganas de compartirlo. Los que leéis esto ya conocéis esa sensación de ir pasando discos y encontrar de repente esa portada que tienes en la cabeza desde hace tiempo. Qué sensación. Se que vosotros me entendéis, así que no encuentro mejor foro para compartir ese momento que este blog, lleno de melómanos “vinileros”. Lo curioso es que no solo encontré una, sino dos copias, una francesa (“gatefold”) y una inglesa (sencilla). Con buen criterio, me quedé con la inglesa. Y claro, eso se nota en el sonido. ¡Como suena esta maravilla! Si os gustan esas producciones típicas de los 70 con mucha profundidad y dinámica lo vais a disfrutar (nada que ver con las producciones actuales, cada vez más “planas”). A la producción, la leyenda, Martin Birch (Deep Purple, Whitesnake, Black Sabbath, Iron Maiden, …). ¿De dónde sale este grupo?

Scorpions – Love at first sting (Harvest-EMI, 1984)

Y si hace unas semanas os hablé aquí del inmenso 1984 de Van Halen , hoy toca comentar el no menos imprescindible Love at first sting de los alemanes Scorpions , otro que este año también celebra su 40º aniversario. La banda venía de una gira internacional presentando Blackout , el pedazo de disco que finalmente los había puesto en el mapa –yo mismo los descubrí gracias a él, os lo conté aquí – y tenían la misión de superarse, algo nada fácil no sólo en el aspecto creativo. Una de las razones era la mala relación entre el bajista Francis Buchholz y Dieter Dierks , dueño de su compañía de discos y productor del grupo desde 1975. Por eso, cuando la banda –que empezaba a tener dinerito del bueno– pidió grabar el nuevo álbum en un estudio que no fuese el del productor, Dierks se los llevó a los Polar studios de Estocolmo –exacto, los de Björn y Benny de ABBA – pero dejó en Hannover al bajista, contratando como músico d

Firehouse - Firehouse (CBS, 1990)

El pasado 5 de abril falleció el cantante de Firehouse, Carl Jeffrey Snare, por un fallo cardíaco en un proceso cancerígeno que le había llevado unos días antes a pasar por un quirófano. Además de ser un seguidor fiel de la banda, les he visto dos veces en directo; una de ellas la recuerdo con especial felicidad por lo que disfruté (tocaron junto a unos fantásticos TNT).  Casualmente, la semana pasada en este blog hablaba, en los comentarios de un post, del legado de algunos músicos más o menos desconocidos por el "gran público" comparándolo con otros del mismo o menor valor idolatrados, quienes reciben homenajes y se les dedican calles. Con esa reflexión me quedé enganchado. Al repasar la discografía de Firehouse, me di cuenta de algo obvio: existen músicos que han dejado un legado en nosotros. Da igual lo importante que sean más allá de nuestras orejas. Nos pertenecen. Y C. J. Snare es, para mí, uno de esos músicos. Desde este debut que hoy comparto su voz me ha acompañ

Carlos Santana - "Europa" (CBS, 1976)

Es imposible no identificar esta canción con solo escuchar las cinco primeras notas. A pesar de ser instrumental es tan conocida que cualquiera con un mínimo de cultura musical podría “ cantar ” y reconocer las notas iniciales ( tan-tan-na-na-na-nanananá-tanananá…. ). Y cualquiera con un mínimo de sensibilidad también notará cómo se le eriza el vello. Es una melodía que llega al alma, triste y melancólica, una guitarra que habla y llora, que nos cuenta una historia y, sin necesidad de palabras, solo con las notas de la guitarra es fácil de entender. Pero veamos qué hay detrás de ella. Vamos a desnudarla y a comprenderla.

Boikot - Los ojos de la calle (Discos Barrabás, 1990)

  Hay música que corresponde a un momento concreto de nuestra vida y que, por edad usualmente, por cuestiones personales a veces, queda ahí anclada, como un bonito recuerdo. Música a la que no suelo volver casi nunca. Y ese caso lo representa perfectamente el debut de Boikot. En el devenir de la cultura rock madrileña se conformó, en la segunda mitad de los ochenta, un grupo de bandas jóvenes con unas sonoridades muy particulares, emparejadas con eso del rock urbano, pero tintado de una manera particular en la que escuchábamos las raíces de Leño o Burning junto con ramalazos unas veces punk, otras más metaleras, otras más seventies, incluso algo de blues. Ahí puedes meter a Esturión, Casablanca, Porretas o los mismos Boikot.  En medio de ese “fregao” musical cobró protagonismo Mariano García, polémico personaje, especialmente en sus últimos años. Generó negocio, oportunidades y ayudó a crear y mantener “la escena” madrileña a través de varias salas (Canciller, Barrabás), su labor promo